15. Uniones (parte 3)

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Desde ese día, Fuyuhiko no volvió a ver a Misaki. A veces pensaba que seguía allí, pero luego descubría que sólo había sido una mala jugada de su mente.
Tōdō y Haruhiko estaban preocupados, Fuyuhiko hacía semanas que no salía de Marukawa, pasaba las noches en su despacho intentando dormir en el sofá sin mucho éxito y  se acercaba por el apartamento sólo para lo indispensable.
Haruhiko finalmente había averiguado toda la verdad de boca de Shinnosuke. Realmente le sorprendió el don de Tōdō, pero aún más el saber que su padre podía ver a Misaki y que ambos tenían esos sentimientos.
El joven taxista creyó que Haruhiko pensaría que estaba loco cuando pensó en contarle toda la historia, pero después de que el menor de los Usami le explicara su experiencia el día que descubrieron lo que le ocurrió a Misaki, confió en él y se sinceró.
Shinnosuke no podía evitar sentirse culpable por lo que estaba pasando Fuyuhiko y muchas veces se preguntó si había hecho lo correcto, pero aunque hubiera cambiado de opinión, ya no podía dar marcha atrás.

- Fuyuhiko...deberías descansar unos días...no te ves bien - dijo Isaka ofreciendo un café a su amigo, mientras se sentaba en una de las butacas del despacho de Usami.

Fuyuhiko restregó ambas manos en el rostro, tratando de despabilarse. Sabía que no tenía el mejor aspecto, pero no podía dormir bien desde que su castaño desapareció de su vida.
Usami tomó el vaso que le tendía su jefe y le dio un largo sorbo, haciendo una mueca de disgusto. El café de Misaki es otra cosa que echaba de menos.

- Estoy bien, Isaka-san...- dijo Fuyuhiko con una sonrisa que no engañaba a nadie.

- Toma dos semanas de vacaciones Usami-san... ¡No! No repliques...es una orden... - exclamó Isaka al ver la intención de protestar del mayor - Y te las tomas desde ya.

Fuyuhiko suspiró resignado y bajo la escrutadora mirada de su jefe, recogió sus cosas y salió del despacho cerrando la puerta irritado.
¿Qué diablos iba a hacer dos semanas en su vacío apartamento? El solo hecho de pensarlo le oprimía el pecho. No podía estar en ese sitio sin pensar en Misaki y eso lo estaba matando.
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- Creo que sería mejor si me fuera...no creo que quiera verme precisamente a mí ahora mismo...

Tōdō se miraba las manos inquieto. Haruhiko le había llamado para que le acompañara a hablar con su padre. El menor de los Usami había telefoneado a Isaka Ryuichiro y le había pedido que le diera a su padre unas vacaciones obligadas. Al principio Isaka se había negado, pero al ver el rostro ojeroso y cansado de Fuyuhiko, finalmente acepto aún sabiendo que su amigo le maldeciría de por vida.

- Vamos Tōdō-san...no digas eso...mi padre no puede estar eternamente enfadado contigo y de verdad me preocupa. No podemos dejarle solo ahora y que haga alguna tontería.

Shinnosuke entrecerró los ojos confuso.

- ¿Cómo qué?

Haruhiko desvió la mirada apenado. No quería tener que decir que dos días después de que Misaki saliera de la vida de su padre había intentado suicidarse para poder seguir al menor. Por suerte Haruhiko había llegado a tiempo y no habían tenido que lamentar ninguna tragedia.
Después de eso, se refugió en su trabajo y dejó de tener contacto con él. Haruhiko nunca había visto así a su padre y realmente le dolía que estuviera sufriendo tanto.

- Tōdō-san, eso no importa, necesito que me ayudes a sacarlo del estado en el que se encuentra...¡por favor! Yo ya no se que más decir o hacer...pronto trasladaré definitivamente mi residencia a Rusia y necesito saber que mi padre estará bien.

Shinnosuke miró cómplice a Haruhiko. Sabía de sobra con quien se iba y se alegraba por su amigo. Entendía por que se lo estaba pidiendo, pero no estaba seguro que él pudiera ayudarle. Fuyuhiko le odiaba desde que provocó que Misaki se alejara de él y dudaba que quisiera estar en la misma habitación siquiera.

Como en el cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora