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Mina suspiró cuando Haseul agarró su celular, el de Momo y el de Soojin para que prestaran atención. La capitana sabía que tendría varios inconvenientes de ahora en adelante con dos de sus miembros pero estaba dispuesta a ayudarlas.

- ¿Hay un karaoke? - preguntó Nayeon emocionada cuando miró a un pequeño escenario con micrófono.

- Podemos ir.- propuso Momo, ella quería acompañar a Nayeon en todo.

- Na.- no hace falta decir quien se opuso.- Yo me voy en un rato.

- Bue, una paja da salir con vos así.- Lisa rodó los ojos.

- Bueno, chau, no salgan más conmigo.- Mina logró sacarle su celular a Haseul y se levantó de la mesa.

Estaba más irritada de lo normal, esto no tenía que ver con Nayeon, Momo pensó. Sin embargo, la que salió detrás de ella no fue su mejor amiga, más bien, la persona que menos quería ver en ese momento.

- Nayeon no estoy de humor, andá con las chicas.

- Mina, ¿Podemos pasar una noche tranquila sin discutir? - la sorprendió la elección de palabras.- Yo tampoco tuve un buen día, las chicas me re caen bien, me gustaría hacer las paces al menos por hoy.

- La verdad no tengo ganas de estar ahí.

- Bueno entonces vamos a otro lado.

- ¿Vamos? No, yo me voy a mi casa y vos con las chicas, nos vemos.

Mina dió un par de pasos, alejándose cada vez más de la pizzería, sintiendo como otro par de pasos la seguía también. Supuso que se trataba de Nayeon, así que solamente lo ignoró.

- ¿Podemos hablar? Es incómodo caminar en silencio.- la voz que tanto odiaba la empezó a molestar más de lo normal.

- ¿Qué querés que te diga? - respondió cortante.

- Qué sé yo, algo.

- Bueno, me caes mal y te odio.

- Bueno al menos decime porqué.

- Sos re odiosa, te metes en todo y no me gustan tus dientes.

- ¿Mis dientes?

- Parecen de castor, anda a comer madera y dejame sola.

- A mí no me hablas así, otaku. Te voy a patear.

- Con cuidado, no arruines tu pedicure.

- Para tu información no me la hice todavía.

- Ah, entonces me vas a patear con tus juanetes.

- ¡Yo no tengo juanetes!

Durante un buen rato, caminaron diciéndoce cada insulto que conocían, hasta que Nayeon comenzó a quejarse de que le dolían los pies y Mina le decía que era su culpa porque no tenía porqué seguirla.

Era bastante oscuro cuando llegaron a una plaza, habían algunas personas ahí haciendo deportes o simplemente pasando el rato. Mina no quería ir a su casa todavía, así que se sentó en una de las amacas, Nayeon a su lado.

- ¿Por qué tanta insistencia en estar conmigo? Las chicas son más divertidas.

- Voy a estar con ellas más veces ahora que somos compañeras, con vos no porque me evitas todo el tiempo.

- Por algo será.

- Dale, deja de tenerme bronca un rato.

- No.

- Dale.

- No.

- Voy a gritar.

- No me importa.

- Estoy hablando en serio.

- Bueno.

- A la cuenta de tres.

- Está bien.

- Uno.

- ...

- Dos.

- ...

- Tres.- y así como lo hizo, Nayeon gritó tan fuerte que varias personas las miraron completamente asustados de que le haya pasado algo. Mina cerró los ojos y suspiró ante lo tan agudo que la chica podía gritar.

- ¡Bueno ya pará!

- ¿Vas a dejar de odiarme por hoy?

- No.

- Uno.

- Voy a tolerarte un rato.

- Bueno algo es algo.

treasure • minayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora