25

1.6K 241 55
                                    

Mina se dió cuenta de que pasar el tiempo con Nayeon no era tan malo.

- Veo veo.

- Bueno.

Pero eso no quería decir que lo demostrara.

- Una cosa.

- Ajá.

- Maravillosa.

- Me alegro.

- De color... Mmh, amarillo.

- El sol.

- Es de noche.

- Entonces la luna.

- No es amarilla.

- Me rindo.

- El tobogán de allá.- señaló uno a pocos metros de ellas.- Sos un asco en este juego.

- No estoy jugando.

- ¿Podés ponerle onda?

- No.

- Bueno otro juego entonces.

Y así, pasó media hora de Nayeon prácticamente jugando sola, y de Mina rogando que se aburriera ya para poder irse a su casa.

Cuando la chica se cansó de los juegos, comenzó a contarle cosas. No sabía porqué el odio había desaparecido esa noche, porqué ponía tanto empeño en llevarse bien.

Quizás Nayeon se cansó de las peleas.

- Entonces Jihyo nos dijo inmaduras, pero yo creo que era algo serio.

- Mirá vos.

- Es que no puede ser así.

- Mmh.

- Jeongyeon es una cagona.

- Vos también te asustaste.

- ¡Ese chihuahua tenía rabia!

Mina rodó los ojos.

- ¿Cuando vas a irte a tu casa?

- No quiero irme a mi casa.

- ¿Por qué?

- ¿Te importa?

- No.

- ¿Te dijeron alguna vez que sos muy aburrida?

- ¿Te dijeron alguna vez que sos muy rompe bolas?

- Me lo dijiste como cinco veces en diez minutos.

- ¿Sabés qué? Yo me voy.

Mina se levantó del columpio, su casa quedaba justo en frente de la plaza así que solamente cruzó la calle.

Nayeon, algo dudosa, la siguió.

- No vas a meterte en mi casa.

- ¿Crees que no puedo?

- Dios, ¡Dejame sola un minuto!

- Como decís vos cada vez que te pregunto algo; no.

- Sos un grano en el culo.- dijo abriendo la puerta.

- También me lo dijiste.- respondió entrando.

- Mi papá trabaja de noche y mi mamá usa pastillas para dormir, pero igual no hagas tanto ruido.

- No prometo nada.

Mina y Nayeon subieron por las escaleras hasta la habitación, donde Mina al principio sintió vergüenza puesto a que no es muy organizada con sus cosas. Además, ya podía escuchar las burlas de Nayeon por sus pósters de anime en las paredes.

Sin embargo, Nayeon se guardó todas los chistes para sí misma.

- Hoy conozco tu casa, el sábado vas a conocer la mía.

- ¿Por?

- Perdí, tengo que hacer la joda, ¿Lo olvidaste?

A decir verdad, estaba más centrada en el hecho de odiar su presencia en el equipo que en esa pequeña apuesta.

- Un poco, pero no quiero ver conejitos ni nada rosa.

- A menos que entres a mi pieza no.

- No voy a entrar ahí.

- Yo pensé que nunca iba a estar en la tuya y acá estamos.

Mina entró en su propio baño, cambiándose de ropa por algo más cómodo para dormir. Escuchando como Nayeon abría las puertas de su ropero, probablemente haciendo lo mismo. Se resignó a tener que aceptar compartir la ropa, pero no la cama.

Pero otra vez, todas sus ideas se fueron a la basura al ver que Nayeon ya estaba lista para dormir envuelta en su sábana.

- Ah no, te voy a tirar un colchón y dormís en el piso.

- No te escucho estoy durmiendo.

- Me estás hablando, estás despierta.

- Soy sonámbula.

Al final de la noche, Mina tuvo que dormir con Nayeon a su lado.

treasure • minayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora