treasure • minayeon

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El domingo Mina estuvo todo el día con bronca, ni siquiera le habló a su propia familia, se dedicó a pensar en cómo la señora Im era tan basura para tratar a Nayeon así.

Ella odiaba a Nayeon, o eso creía, pero nadie merece ser tratado de esa forma sin hacer nada. Mina detesta las injusticias.

No habló con nadie sobre el tema, no sabía sí Momo lo había contado a sus amigas y poco le importaba. Ella estaba preocupada por lo que pasó en el instante en el que salió de esa casa y fue obligada a irse.

Golpeó la puerta, claro, muchas veces, pero Momo fue capaz de convencerla de que tener problemas con la policía no era lo mejor ahora que el torneo estaba por empezar.

El lunes lo primero que hizo fue buscar a Nayeon, quería hablar con ella, quería comprobar que estuviera bien.

Nayeon no fue ese día.

Tampoco lo hizo al día siguiente.

Cansada de no saber nada, le mandó mensajes, todos eran leídos pero no respondidos, por lo menos comprobó que seguía viva.

Aunque eso no era suficiente, quería verla también. No sabía porqué, pero la sola idea de no ver más a Nayeon le causaba una presión en el pecho. ¿A quién molestaría sino? Momo siempre era una opción, pero tenía un pequeño defecto; ella no es Nayeon.

Fue a su casa el jueves después del colegio, el entrenador preguntó por ella y lo único que dijo es que estaba enferma, al menos eso la salvaba un par de días más.

Golpeó la puerta tres veces, no le importaba sí la odiosa mujer abría, en ese momento no le importaba nada, estaba preocupada y enojada. Una dura combinación sí alguien se atrevía a interponerse en su camino de ver a Nayeon.

Tuvo suerte, la persona que abrió fue Jihyo.

- ¿Dónde está ella?- preguntó en seguida.

- No quiere verte.

- No me importa.

- A ella sí.

- Dale, un ratito no más.

- ¿Por qué tanta insistencia? Se supone que no la aguantas.

- Menos me aguanto a las personas como su mamá.

Jihyo lo pensó antes de asentir al final.

- Su cuarto es en la primera puerta de arriba.