En el espiral

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En el espiral comencé de pronto a escuchar un llamado, un sonido insistente y bastante más agudo de lo que mis oídos podían soportar, algo ridículamente simple; una melodía cuya sencillez simplemente taladraba los oídos y hacía a mi cerebro sufrir.

Desperté y el sonido resultó provenir del teléfono celular que había dejado en la sala en el reclinable color marfil.

- ¿Hola? -contesté cuando pude ponerme de pie y llegar al aparato, con voz ronca e inconfundiblemente adormilada.

- ¿Alex? -respondió una voz que al parecer era de mujer, pero que, estando tan adormilada como lo estaba me resultaba difícil de reconocer, porque de hecho no la había oído nunca.

-¿Qué...? No soy Alex soy Eli... -dije y de pronto la lucidez vino a mi mente y el sueño se fue por completo, me quedé callada y miré la pantalla del móvil; un iPhone blanco estaba en mi mano y claramente de haberlo visto antes de tomarlo me hubiese percatado que no era el mío. Leí la pantalla y me congelé.

* Arielle*

Sentí algo extremadamente pesado caer desde mis hombros hasta el estomago y el calor subió recorriendo mi garganta, colgué inmediatamente y puse el teléfono de vuelta en la mesa como si tratase de esconder de alguien el hecho de que un teléfono que no era mío había estado en mis manos y peor aún, lo había contestado sin querer.

Eso sin pensar que a quien le había contestado era la mismísima novia del dueño del móvil que en este mismo instante estaría hecha una furia en algún lugar de Los Angeles pensando quién sabe qué cosas de mí y de su novio. "Menos mal no dijiste tu nombre" pensé queriendo calmar un poco la nota de preocupación que se había instalado en mi estómago, y de pronto la idea de que posiblemente el dueño de este celular podría haberse llevado el mío en su lugar me hizo sentir aún más preocupada de lo que ya estaba, corrí a la recámara y para mi alivio mi teléfono; un iPhone dorado estaba en la mesita de noche junto con el libro y la coca de lata de anoche y eso sólo significaba una cosa; Alex había olvidado su celular en mi casa. Lo volvería a ver.

La sola idea de que el volverlo a ver me causara tanta emoción me pareció ridícula y decidí opacarla con algo más grande, como el hecho de que había metido a Alex en un serio lío con su novia. Tomé de nuevo el teléfono de la mesa y encendí la pantalla en busca de alguna llamada ó algo que pudiese indicarme si Al se había percatado que su teléfono no se encontraba con él pero aparte de 3 llamadas perdidas de Arielle anteriores a que yo contestara simplemente no había nada. Decidí dejar el movil en paz hasta que su dueño lo necesitara y entonces probablemente llamara para saber en posesión de quién estaba. Miré la hora; 7 am.

Desbloqueé el teléfono -esta vez el mío- y llamé a Amy pues era obvio que me había quedado dormida anoche sin llamarla y ella aún no se reportaba, el aparato llamó varias veces pero mi amiga no contestó, tal vez estaba dormida ó no podía usar el movil en el hospital así que le mandé un texto pidiéndole me avisara que se encontraba bien y cualquier novedad en cuanto pudiera.

Me recosté de nuevo en la cama llevando conmigo el celular de Alex por si él llamaba y lo dejé en la mesita de noche junto al mío. Encendí el televisor de la recámara y sin querer volví al espiral del que Arielle y el molesto timbre del móvil me habían sacado muy a mi pesar.

La Escapista (Alex Turner fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora