αlmαs gєmєlαs ♡━ нуυимιи.|| αdαpтαcιóɴ

010.

Al día siguiente Seungmin procuró desde temprano que Jisung no fuera consigo a la cafetería; lo amaba pero sus planes se destruían cuando su mejor amigo lo acompañaba... "¡Ay Seungmin, a nadie engañas!" El castaño pensó y es que la verdad era que le avergonzaba que su mejor amigo lo viera tan bobo como se ponía cuando tenía a Haejin cerca.

Es que aquellos ojos oscuros y aquella blanca y perfecta sonrisa le robaban toda la coherencia y lo dejaban siendo un torpe y descabezado chico.

Por eso, planeaba contarle algún chiste a Haejin el día de hoy. Y es que Seungmin se reiría de cualquier otra persona que intentara hacer algo tan absurdo para llamar la atención de alguien, pero Haejin provocaba que Seungmin se olvidara de todo y se dejara llevar en su locura.

"Esta vez todo saldrá con respecto al plan".

Con este pensamiento, Seungmin se dirigió su clase, decidido a que tan pronto saliera del instituto, iría a la cafetería y seguiría cada paso de su plan.

ツツツ

Aquella ya familiar campanita anunció su llegada a la cafetería y, como siempre, buscó con su mirada a Haejin. Pero esta vez no lo vio por ninguna parte. Aun así, el ojiazul caminó hacia una mesa vacía y dejó su mochila.

—Hola chico —Lo saludó Woojin cuando llegó a la caja — ¿Qué vas a ordenar?

—Hola Woo, Vainilla Latte por favor —Respondió Seungmin y le dio el dinero al moreno. Moría por preguntarle por Haejin, pero el día anterior Woojin se había reído por su falta de discreción, así que decidió no hacerlo.

Seungmin tomó su café de la ventanilla y regresó a la mesa en la que había dejado su mochila. Miró hacia todas partes pero aún no encontraba a Haejin. Así que decidió aprovechar su tiempo en la cafetería y sacó uno de sus libros, dispuesto a terminar una de las tareas que le habían asignado ese día en el instituto.

Cada tanto, Seungmin alzaba su cabeza con la esperanza de ver a Haejin pero en ningún momento pasó por su vista. Aun así, Seungmin mantuvo su fe de al menos verlo un minuto y siguió estudiando. Cuando ya iba por su segundo café y ya había pasado un poco más de una hora, el ojiazul resignado decidió que era hora de partir. Se levantó y desechó su vaso, para luego dirigirse al baño.

Cuando empujó la puerta, sus oídos fueron impactados por una hermosa voz que estaba cantando una canción que Seungmin estaba seguro que la había escuchado en la radio en algún momento.

"Yo no quiero parar

Te voy a encontrar 

y te voy a amar siempre

No lo entiendo esto no es un error

Te voy a encontrar 

te quiero a mi lado".

Seungmin sintió como si sus pies estuvieran sembrados al piso y no pudiera moverlos del lugar.

Esa hermosa voz lo tenía hipnotizado, totalmente transportado a otro universo en el que se escuchaba esa melodía cada segundo del día.

Este trance en el que se encontraba el ojiazul fue roto abruptamente cuando el dueño de la voz salió de uno de los cubículos del baño y observó al ojiazul que estaba de pie sin hacer nada en el centro del baño, al lado de los lavabos.

Y, como era de esperarse, el dueño de la voz era Haejin. "Eres un lento Seungmin, POR SUPUESTO que era Haejin." Pensó.

—Em... ¿está todo bien? —Preguntó Haejin al ver a Seungmin de pie, simplemente mirándolo.

—Tienes una voz hermosa —Dijo Seungmin y de nuevo, deseó patearse por su sutileza. "¿Algún día aprenderás a seguir tus planes y no hacer o decir lo primero que se te ocurre?"

—Oh... ¿me escuchaste? —Preguntó el azabache un poco sonrojado y Seungmin asintió como respuesta —Gracias... llevaba un par de años de no cantar pero desde que desperté he tenido esa canción atorada en mi cabeza... la verdad no me estaba dando cuenta de que estaba cantando en voz alta.

—No deberías dejar de cantar nunca —Dijo Seungmin y mandó al carajo el filtro de su boca —Tienes una voz que merece ser escuchada por el mundo. Es realmente hermosa.

—Gracias, Seungmin —Respondió Haejin ahora con un sonrojo completo en su rostro y cuello. Y en ese instante Seungmin se dio cuenta de lo mucho que le gustaba como sonaba su nombre saliendo de los labios de Haejin.

—Solo te digo la verdad —Dijo Seungmin en casi un susurro y Haejin solo asintió con una pequeña sonrisa en sus labios. Seguidamente, el chico empezó a caminar en dirección a la puerta. Cuando tuvo su mano en la manilla, Seungmiin habló de nuevo —Oye Hae-Haejin...

— ¿Si?

— ¿Te gustaría salir conmigo una tarde de estas?