Un universo alterno en el que todas las personas tienen el nombre de su alma gemela en la palma de sus manos.
Solo que Hyunjin estaba seguro de no necesitar un alma gemela; y decidió cubrir su mano para nunca ser encontrado.
💝 Hermosa portada hecha...
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El día decidió iniciar con un deslumbrante sol, lo cual era extraño puesto que el día anterior había llovido con fuerza por horas.
Pero este cambio provocaba una vista hermosa; el pasto se veía verde y fresco con su humedad brillando con los rayos de sol, los árboles se veían rejuvenecidos, las flores se veían altas y esbeltas, y un chico de ojos azules que se despertaba con su alarma se veía lleno de vida.
Estirando un brazo, Seungmin apagó su alarma y una sonrisa se dibujó en sus labios al recordar todo lo que había ocurrido el día anterior. Abrió sus ojos y atrajo su mano derecha hacia su cara.
—Buenos días, mi Hyunjinnie —Susurró Seungmin y plantó aquel rutinario pero significativo beso sobre su marca. Su sonrisa se ensanchó más al percatarse que en unas pocas horas podría darle ese beso a su Hyunjin en persona.
Al pensarlo, empezó a sacudir su cuerpo con emoción.
Por moverse así, su almohada se movió y quedó muy cerca de su nariz, presentándole aquel inolvidable aroma a Hyunjin que había quedado sellado en ella. La noche anterior se había percatado de que su almohada olía muchísimo a su alma gemela y se había sonrojado de pies a cabeza al recordar el exacto PORQUÉ de que su almohada oliera a Hyunjin.
Ahora, de nuevo sintió su cara arder en un sonrojo. Tomó la almohada y la pegó a su cara, inhalando fuerte y recordó cada segundo de la tarde anterior. La despegó de su cara al notar que su cuerpo estaba empezando a reaccionar por los recuerdos y corrió a la ducha, para alistarse y solucionar otros problemas, ya saben. No quería llegar tarde al instituto por estar recordando a Hyunjin y cada centímetro de su cuerpo.
ツツツ
Al llegar al instituto y caminar por los pasillos en dirección a su casillero, Seungmin empezó a entrar en pánico porque no tenía idea de cómo hablar con Jisung sobre todo lo sucedido.
La verdad era que desde aquella vez en la cafetería, que Seungmin le había dicho que lo dejara solo en su confusión con respecto a Haejin, se habían visto muy poco y no habían hablado mucho por lo mismo. Sabía que Jisung estaba dolido y tenía toda la razón de estarlo, pero Seungmin realmente necesitaba solucionarlo por sí mismo.
Aun sin saber cómo hablar con Jisung, Seungmin entró al pasillo en el que estaba su casillero y, justo como esperaba que sucediera, estaba su mejor amigo recostado a su casillero, muy serio y con su mirada pegada al piso.
Con pasos lentos y cautelosos, Seungmin se acercó a Jisung y se detuvo cuando lo tuvo a varios pies de distancia.
—Hola Sungie... —Saludó Seungmin en casi un susurro y tragó grueso al ver que Jisung no despegaba sus ojos del piso.
—Estoy enfadado contigo —Respondió el castaño aun sin mirarlo.
—Lo sé —Dijo Seungmin con un suspiro cansado —Tienes todo el derecho, pero es que tengo tanto que explicart...
