αlmαs gєmєlαs ♡━ нуυимιи.|| αdαpтαcιóɴ

026.

En ese momento, los dos, Hyunjin y Seungmin se dieron cuenta de que estaban presenciando el encuentro entre dos almas gemelas.

Seungmin instantáneamente buscó la mano de Hyunjin y la apretó contra la suya. El mayor en cambio lo movió para que quedara frente a él y lo abrazó por la espalda, apoyando su barbilla sobre el hombro del menor. Seungmin posó sus manos sobre las de Hyunjin, que estaban entrelazadas sobre su abdomen. Juntos, observaron aquella hermosa imagen.

Sobre las mejillas de Jisung rodaban un par de lágrimas con lentitud, tenía sus manos hechas puños a los costados de su cuerpo y parecía estar sembrado al piso. Su pecho se estremecía y sus ojos no se movían, fijos sobre aquel alto chico. La expresión de su cara era indescriptible, parecía que había visto lo más hermoso, impresionante y maravilloso de toda su vida... y para Jisung, así era.

Después de tanto tiempo... al fin...

Muy despacio, Minho dio el primer paso hacia el castaño. Poco a poco se fue acercando hasta quedar a un pie de distancia del precioso chico. Jisung seguía paralizado y Minho sonrió con dulzura al notar el estado de... su alma gemela.

Con delicadeza, el más alto levantó sus manos y las posó con suavidad sobre las mejillas del castaño y lo acarició. Sus ojos bailaron por toda la cara de Jisung, observando y memorizando cada centímetro. Después de unos instantes, Minho rió un poco y de sus ojos brotaron unas pequeñas lágrimas.

—Llevo tres años esperándote —Empezó a decir Minho en un susurro y esas palabras fueron suficiente para despertar a Jisung del trance en el que estaba —Tres largos años... que valieron la pena por completo, porque eres aún más perfecto de lo que soñaba.

Jisung no se pudo contener más y lanzó sus brazos sobre los hombros de Minho, apretándose a él en un añorado abrazo. Sus cuerpos calzaban a la perfección uno con el otro. Sin soltarse mucho del abrazo, Jisung alzó su enguantada mano y se la presentó a Minho.

En ese momento, Hyunjin y Seungmin comprendieron que se iban a mostrar sus marcas, así que muy despacio caminaron hacia la puerta de la cocina. Aunque no importaba mucho si se iban despacio o si se iban corriendo gritando; de igual manera Jisung y Minho estaban totalmente idos el uno en el otro.

Cuando cruzaron la puerta, se encontraron con la madre de Hyunjin sentada en la mesa, sujetando una taza de café entre sus manos, su mirada ida en el caliente líquido. Cuando los dos chicos se adentraron y se le acercaron, ella se percató y los observó con una sonrisa.

— ¿Pero qué tenemos aquí? —Dijo ella sonriendo mientras se levantaba de donde estaba y se acercaba más a ellos.

—Mamá, él es Seungmin, mi... mi alma gemela —dijo Hyunjin, su mano aun sujetando la de Seungmin, que estaba temblando incesantemente debido a la impresión de ver a su mejor amigo conectarse con su alma gemela y además de los nervios. Su madre tomó la mano libre de Seungmin y con su otra mano acarició la mejilla del ojiazul.

—Yo llevo aún más tiempo esperándote que el que lleva este tonto de aquí —Ella dijo, señalando con su cara a Hyunjin y Seungmin rió por el comentario —Por un tiempo creí que no te conocería nunca, pero me alegro muchísimo de que esté sucediendo en este momento.

—Es un placer conocerla —Respondió Seungmin sonrojado.

— ¿Ya conociste a Minho? —Preguntó ella y ambos rieron.

—Ay mamá. No sabes de lo que te perdiste —Hyunjin contestó, abrazando de nuevo a Seungmin por detrás. Su madre lo miró confundida y Hyunjin siguió —Seungmin trajo a su mejor amigo y pues... su mejor amigo resultó ser el alma gemela de Minho. Así que no, básicamente no lo ha conocido.

— ¿Estás hablando en serio? —Preguntó ella sorprendida y ambos chicos asintieron.

—Jisung llevaba solo un año esperándolo y ya estaba muy triste... no me imagino lo que debió ser para Minho esperarlo por tres años —Seungmin comentó y volteó su cara para mirar al pelinegro y Hyunjin apretó su agarre sobre su abdomen —Pero creo que todos nos conocimos cuando debíamos conocernos, ¿no crees?

Hyunjin lo miró y en ese momento amó aún más a su pequeño Seungmin. Sin importar que su madre estuviera ahí, lo besó con dulzura.

—Sí, mi Minnie... y ahora todo es perfecto.