Salida y preguntas

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Entre imágenes y recuerdos una voz a lo lejos se hizo presente. No lograba comprender qué era lo que decía. Sonaba cual murmullo procedente de un lugar diferente, un mundo distinto al que sus recuerdos cada vez más incipientes le hacían volver.

Poco a poco iba comprendiendo mejor lo que decían.

- ¿Cuál es tu nombre? - escucho.

Trato de responder, pero a duras penas lograba modular una sílaba, mucho menos una palabra.

-Está vivo.

-No lo muevan.

-Ha perdido mucha sangre.

Parpadeo y esta vez lo recuerdos eran imágenes de gente que se movía entre luces, que a diferencia de las que había contemplado parecían estar muertas o al menos no tener la pureza de las anteriores. En un principio sombras, luego formas más definidas. Unas vestidas de verde, otras de negro y rojo, unas cuantas de un blanco opaco.

-Debes vivir- dijo la voz de una mujer mientras le acariciaba el rostro.

- ¿Mamá? - pregunto a la vez que trataba de tomar la mano que sentía en su cara. Cuando logro asirla se percató que la textura era diferente, de una piel menos suave y algo más áspera.

-Tranquilo ya estás bien- 21 respondió la voz.

Abrió los ojos, un rostro femenino, de tez morena, redondo, se encontraba ante él observándolo. La vestimenta evidenciaba que era una carabinera quién lo acompañaba mientras unos bomberos lo ponían sobre una camilla y sacaban de lo profundo de una cueva.

-Todo está bien - le dijo la carabinera- No tienes nada grave, ahora te llevamos a la posta.

Un tambaleo hizo que termina de tomar conciencia de lo que sucedía. Un grupo de rescatistas lo sacaba de lo profundo de una cueva. Bomberos, carabineros, ambulancia, todos se habían movilizado para sacar a como lo habían denominado "el reportero perdido en acción". No fue hasta después, cuando ya estuvo con completa conciencia que supo que esa misma noche de su caída, un nuevo incendio había brotado solo unos metros de donde él se encontraba. "De no haber caído por el pozo las llamas te habrían consumido vivo." Le dijeron mientras iba en la ambulancia. Por lo que le relataron, una anciana de nombre "Juanita" lo vio en el fondo de un pozo seco que se conectaba con unas cavernas subterráneas. Nadie se lograba explicar cómo es que ella había llegado hasta donde él se encontraba y que más encima hubiera fijado su atención en un pozo seco desde hacía años. Cuando le preguntaron cómo lo encontró, ella respondió "Dios me dijo que debía ir a ese lugar." Tal respuesta no dejaba mucho a la imaginación o posiblemente dejaba demasiado. Como fuera el hecho era que habían encontrado a Gonzalo dos días después de haber desaparecido justo antes de un enorme incendio que una vez más asolaba el sector. Sin embargo, en esa ocasión el pueblo estuvo atento y logro detenerlo antes que llegara al improvisado campamento donde se encontraban quienes en otro tiempo habitaron el pueblo de "Santa Ana".

-Tuviste mucha suerte - le dijo el paramédico que lo acompañaba en la ambulancia -. De no haber caído por el pozo podrías haber muerto calcinado...

- ¿A... qué...? se refiere? - pregunto Gonzalo con una tranquilidad y fuerza que no dejó de sorprender al hombre.

-El fuego se esparció rodeando la zona en la que estabas, casi como si alguien te hubiera cercado, pero bueno en estos tiempos se puede esperar cualquier cosa... incluso tú sobreviviste a algo que es casi imposible. Mucha gente cae por pozos como por el que caíste tú, pierden sus vidas de inmediato, quedan paralíticos o sencillamente son encontrados luego de años cuando ya no son más que huesos comidos por los ratones. La verdad lo tuyo es un milagro... - apretó los labios -. Lo extraño es esa herida que tienes... es de bala, los carabineros y bomberos no dijeron nada, tal vez no se dieron cuenta, pero yo las sé reconocer, no sé en que estabas, pero debes agradecer de estar con vida. - miró adelante y agregó-. Mejor no hables... debes descansar.

Chile en llamasWhere stories live. Discover now