01 - Criatura - CF30 {Saga Experimentos} {Corrigiendo} Terminada

15 - La Maravilla De Los Cuentos... ¿Terror O Fantasía?

Dejo su cuerpo tirado junto a la cama, tiene pelones en algunas áreas al igual que rasguños. Está hecho un desastre. Entre algunas heridas hay escamas verdes brillantes.

Me inclino sobre él y examino más de cerca su cuerpo, la sangre ya dejó de salir por el golpe que le di; su puño izquierdo está cerrado así que extiendo la mano y lo abro. Tiene el collar, por lo menos no fue tan irresponsable.

Se lo coloco y arrastro al baño para dejarlo en la bañera; está todo demacrado. Tiene ojeras muy marcadas y facciones cansadas. Tiene múltiples heridas abiertas que si no fuera el quien las portara diría que necesita un millón de puntadas.

¿Qué demonios le pasó para terminar así?

Abrí el grifo para que se llene la tina mientras me lavo la sangre de mi intimidad, esta misma me arde al tacto pero aun así seguí. Una vez terminé conmigo y de llenar la bañera, agregué jabón y salí del baño. Me acerqué a la cama al ver que Minesa se removía incómoda, buscando algo. Su pequeña y sonrosada nariz hace un bajo ruido de olfatear mientras se mueve temblorosa por la cama. Cuando me sintió llegar empezó a soltar leves chillidos, exigiendo comida. Lo que me confunde es que no era exactamente llanto humano, era algo como el chillido de una cría animal. Algo que para mis sensibles oídos se escucha aturdidor, bajo y agudo.

La tomé en brazos tan cuidadosamente que cualquiera diría que estoy tomando frágil cristal. Apenas si entra en contacto como mi pecho sus pequeñas y delicadas manos buscan a tientas mi seno. Bajo a la sala tratando de calmar sus ansias; Isaác me dijo que tenía una computadora con internet, que fue con la que me comuniqué con mis amigas. Busco inmediatamente en el modo incógnito las tiendas de ropa más cercanas y luego los a domicilios para ordenar un conjunto para mí, para Kuroi y para la baby. Dejo mis datos de tarjeta y la dirección de Isaác.

Bajo el cierre del suéter para que Minesa pueda comer su leche al ver que su llanto solo se hace más insisten. Esto es cansado y doloroso cuando succiona de mi pezón con bastante fuerza, reabriendo las heridas que se formaron a medida que jalaba. Voy a Facebook para escribir a mis amigas, así saber por dónde vienen.

Les escribo un simple "hola" y me responden con una llamada. Veo que a un lado hay auriculares y los conecto para escuchar.

— ¿Qué horas son estas de llamar? — Cuestiono acariciando la cabeza de Minesa. Los cortos y suaves cabellos se la cubren.

— ¿Cómo te encuentras? — Pregunta Bárbara.

— Yo bien, podría estar mejor. Mañana se llevarán la sorpresa de sus vidas.

— ¿Qué pasó? No digas que Isaác y tu ligaron — Alega Camila pecaminosa.

— No, my love. Es algo más serio. Pero ya quiero que lleguen; me hicieron mucha falta. Necesitaba su apoyo anoche y esta mañana. Pero por suerte me encuentro bien.

— ¿Y qué pasó esta mañana? — Pregunta Kathi.

— Solo puedo decir que nada bonito, pero tampoco feo. Pero esta es la conversación de mañana, así que ¿cuánto les falta? — Minesa suelta algunos chillidos y con delicadeza la callo volviendo a que siga succionando.

— Como 9 horas. ¿Qué fue eso?

— Bueno, ni modo. Nos hablamos, descansen.

Corto la conversación y salgo de mi cuenta; no les quiero dar chance a replicar porque van a insistir con la verdad. Esta no es una charla que quiera tener ahora.

Me giro a ver a la bebé y la encuentro dormida. Sabía que lo suyo era puro capricho. Se escuchó el que tocaron la puerta, me levanté con cuidado de no despertar a Minesa, subiendo nuevamente el cierre del suéter.