01 - Criatura - CF30 {Saga Experimentos} {Corrigiendo} Terminada

3 - Me Gustan Las Pesadillas Al Igual Que Los Cuentos

Me despierto sobresaltada por la pesadilla que tuve con esa maldita criatura, tengo un latente dolor de cabeza. Suelto un quejido y me sobo los ojos para despertarme por completo. Esta es la primera vez que una pesadilla me causa miedo y despierto sobresaltada; eso jamás me pasa.

En el sueño estaba caminando por el bosque feliz de la vida, estaba atardeciendo. El momento ideal para tomar fotos. Pero algo andaba mal, me estaban observando. Al otro instante estaba siendo arrastrada a una cueva, mi ropa estaba desgarrada y yo estaba chillando que me soltara. La cosa me metió en el fondo de la caverna, un punto donde todo se volvió negro. Me forzó a estarme quieta y me mordió el cuello. El dolor se sintió, pero fue solo una sombra. Eso me hizo darme cuenta que era un sueño. Luego la cosa me arrancó lo poco que me quedaba de ropa, sus garras y dientes rasgando mi piel cuando intente pelear.

Su cuerpo estaba cernido sobre mí, su vientre cálido golpeo contra mi estómago, como si se sentara. Luego, sentí un dolor agudo y desperté. Dos pesadillas en una noche.

Me quito las sabanas y me siento en el borde de la cama mientras bostezo. El reloj marca las 7 am y con eso se me sube un poco el ánimo por despertar temprano. Pero si no hubiera sido por que me llegó un mensaje, probablemente sabría en que siguió el sueño. Es mi hermana menos preguntando como voy. Le paso fotos como única respuesta.

Voy directo al baño y una chica muy pálida me regresa la vista; me doy golpecitos para tomar algo de color pero nada, luego de cepillarme los dientes mis labios obtienen su color natural. Me peino el cabello para un costado y le pongo una liga para que no se mueva. Cuando me fije en la tela de la camiseta, noto una mancha oscura en ella. Aparto la tela y veo que las heridas soltaron sangre, pero se ven mejor. Me doy un baño rápido y me pongo un jean oscuro, una camisa de deporte con el número 69 en la espalda, mi tenis y mi sudadera negra con morado. Busco en mi mochila galletas pero no encuentro ninguna. Me encojo de hombros y tomo algunas del bolso de viaje.

Erza aparece de la nada y me mira con la cabeza ladeada, yo le restó importancia a su presencia y me calzo la mochila; hoy buscaré mapas del bosque y algunas cosas que necesitaremos en el lugar. Salgo de la habitación, siendo seguida por el minino de ojos azules. En el bufet tomo dos sándwiches, una merengada de cambur y una trota tres leches para después. A Erza le doy otra lata de atún y juntos comemos en una de las mesas más apartadas, junto a una ventana que da con el bosque. De entre los arboles sale un lince, y me llega la idea de dibujarle. Rebusco en mi mochila el cuaderno, pero por más que remueva todo, no lo encuentro. Una punzada de pánico me invade al pensar que lo pude haber perdido.

Respiro profundamente y guardo todas mis cosas otra vez. Tomando al gato en brazos me voy corriendo al cuarto a buscarlo. El minino maúlla para llamar mi atención, pero lo que más me importa en este momento es mi cuaderno. Cuando llego nuevamente remuevo la cama, el bolso y hasta por debajo de todo lo relevante; pero mi queridísimo cuaderno no está.

— ¡¿Dónde carajos está ese cuaderno?! — Exclamo con desesperación, buscando por todos —. ¡No puedo perderlo! ¡No puedo!

« Cálmate de una maldita vez. »

Me hago caso y me dejo caer en la cama mirando el techo para poder pensar con claridad. Nada... no se me ocurre donde puede estar. Busco el cuaderno que tenia de repuesto y salgo a recorrer el pueblo, mientras medito donde puede ser que haya dejado mi objeto extraviado. Erza va de tejado en tejado mirando a todos a mí alrededor y al suyo.

La pesadilla que tuve me ataca los pensamientos de cuando en vez, pero trato de quitármela de encima. Conseguí unos mapas y folletos del área, una navaja, linternas, un pedernal, una brújula y algunas cuerdas de un centímetro de diámetro. Las tiendas las tienen los chicos, luego veremos quién duerme con quién.