Un grito ensordecedor me despierta de golpe; miro en todas direcciones, preocupada de lo que esté pasando. Kuroi estaba junto a mí en su forma semianimal, uno de sus brazos posesivamente aferrado a mi cintura por debajo de la sábana, mirando para todos lados sobresaltado. Mi mirada cae en la puerta de mi cuarto, encontrándome con una morena —a punto de un ataque cardíaco—, mirando al pelinegro con completo pavor; y a Malote, su perro que ladra como el infierno ante el extraño en mi cama.
— ¡¿Qué es esa cosa?! —Exclama aterrada, en un grito aturdidor. Miro al oji-verde que conecta conmigo sus ojos, se encoje de hombros y se vuelve a dejar caer, liberándome momentáneamente. Suspiro sin ánimos de nada y veo la hora... 9 am. Wow, el sueño pos orgasmo es fantástico —. ¡Gina Gabriela, sal de ahí! — Me espeta la morena sin saber que hacer exactamente, su perro no dejando de ladrar. Respiro profundo al ver la desesperación de mi amiga. Intento levantarme de la cama con la sábana enredada en mi cuerpo para ocultar mi desnudes y la evidencia de lo que pasó, pero apenas logro ponerme de pie, caigo de bruces como una idiota. Camila deja escapar una exclamación ahogada y Malote ladra más fuerte queriendo venir a socorrerme, pero su dueña es demasiado cobarde como para acercarse.
Gruño con molestia girándome para quedar boca arriba, el oji-verde se me acerca para ayudar a levantarme; inclina su cuello y me toma de la cintura, me engancho de él y con esfuerzo me yergo.
— Gracias, puedes volver a dormir — Murmuro solo para él. Asiente cuando está seguro de que no caeré y vuelve a acostarse en la cama haciéndose volita. Dando saltitos llego al marco de la puerta, donde me recargo para verle a los ojos a mi amiga —. Silencio, Malote — Le doy un golpe en la nariz al perro — Esto tiene una interesante explicación... Pues... — Me quedo en blanco un momento, veo al pelinegro y regreso a ver a la morena —. Pues... te cuento en el desayuno.
— ¡¿Estás loca?! ¡Salte de ese cuarto! — Dice tomándome de la mano para alarme; trato de mantenerme sostenida del marco, pero gracias a que me está sacando de mi apoyo termino cayendo —. ¡Puta madre, Gabriela! — Me ayuda a levantarme y yo rápidamente me cubro.
— Camila, por favor cálmate. No puedo caminar.
— ¡¿Cálmate?! ¡Me calmo una mierda! ¿Tienes un maldito chupacabras en tu cama y me pides que me calme? — Sonrío por su alegato —. Y más encima sonríes.
— Número 1; cálmate, sino pondrás las cosas peor de lo que están. Número 2; no es el chupacabras, ese es extraterrestre, eso... — Señalo a Kuroi —, es de la tierra. Número 3; si supieras lo que sé, no me criticarías mi sonrisa. Dame un momento para ponerme algo y bajo a la sala.
— Pero... — No la dejo acabar.
— Pero nada, confía en que sé lo que hago. Veme en la sala — Se rinde e insegura se va por el pasillo. Cierro la puerta, me regreso a ver la habitación. En el suelo está mi camisa y ropa interior. Ahí se fueron unas braguitas —. Sabes, Kuroi. No hacía falta que destrozaras mi ropa interior — Le reprocho cojeando hasta la gaveta de mi ropa.
— ¿Lo siento? — Dice más como pregunta que como una disculpa. Saco un suéter morado que me llega hasta la mitad de los muslos y una braga. Me giro a verle con los brazos cruzados —. Lo siento — Repite bajando un poco la cabeza al igual que las orejas. Me acerco a la cama, tomando su cabeza con mi mano libre y le planté un beso en ella.
— Disculpado... Me baño y luego tú. Nos veremos en la sala — Le explico, asiente.
— Aunque esperaba que pudiéramos tener un apareamiento matinal — Se queja mirando mi busto, me pongo roja encogiéndome de hombros.
— Deja de mirarme las tetas — Me quejo nerviosa, me sonríe con malicia.
A duras penas logro entrar al baño para escapar y asearme.

ESTÁS LEYENDO
01 - Criatura - CF30 {Saga Experimentos} {Corrigiendo} Terminada
Ficção CientíficaHistoria dedicada a @GinKR18 Esta historia se inspira en la ciencia ficción, donde Gina acompañada de sus amigos organiza un viaje a un pueblo algo olvidado pero con vida a su linda manera. De lo que no se dan cuenta es de el peligro que acecha; no...