SU LLEGADA
~ 4 AÑOS MÁS TARDE ~
27 de Marzo. Exactamente cuatro años hacían desde que mi hermana Lola había muerto. Mamá y papá estaban a mi lado, y frente a nosotros, su tumba. Como todos los años íbamos a visitarla, dejarle flores y hasta hablar un rato con ella. La extrañaba. Mucho.
Cuando mamá se dispuso a irse, la seguí, luego de saludar a papá, quien había viajado desde Washington, hasta Maine, para visitar a Lola. Mamá no quiso enterrarla en Washington, como sabía que Lola lo hubiera preferido.
Pasaron cuatro años, años larguísimos, aunque sabía que cada uno tiene los mismos días, semanas y meses, estos últimos se hicieron demasiado intensos. Mamá se había separado de Ethan hacía ya unos meses, tal vez seis, no llevaba la cuenta. Sólo sabía que desde que estaba divorciada, no paraba de hacer diferentes cosas, una semana era cocinera, otra hacía vestidos, y la otra quería maquillar, era insoportable. Pero para mi favor, hacía varios meses que me había mudado a vivir sola, junto a mi amiga Caroline, desde que había comenzado la Universidad, eramos inseparables, ella era muy distinta a mí, y la verdad, un poco rara, debo decir, bastante. ¡Hablaba hasta por los codos!, pero por momentos, desaparecía, y no sabía dónde se había ido, otras veces se para en seco y se va sin explicación. De todos modos, no quería incomodarla con preguntas.
Caroline era muy distinta a mí, pero solo en algunos aspectos. Físicamente era baja, me llegaba a los hombros, su piel era a mi lado, bastante morena. Su cabello era largo, negro, y con sutiles ondas al terminar en sus puntas. Sus ojos eran color marrón oscuro. En fin, ella era hermosa, una de esas chicas que querrías conocer y ser su amiga, porque tenía un carácter que no encuentras en todos lados, podía ser buena y bondadosa, y al segundo la peor persona del mundo, pero no conmigo, ella siempre andaba cuidándome, es que tenía un año más que yo, la conocí en el centro comercial, en una de las locas visitas que hice junto a mi madre, de otra manera no hubiera puesto un pie en ese ruidoso e irritante establecimiento. Sí, los odio, odio los centros comerciales, porque mamá me llevaba allí por horas cuando era niña, un castigo.
Bien, volviendo a mi mejor amiga Caroline Howel, estaba empecinada con presentarme a uno de sus amigos, un tal Bástian, lo había visto por foto, no es que no me gustase o me pareciese feo, quien era yo para decir eso... Pero no me atraía, que raro.... el día en que un chico me gustase las vacas volaría.
Mamá decía constantemente que debía dejar de leer sobre historias de amor, porque hacían que mis ideales del "novio perfecto" estén muy altos, y que esa era la vida real, no un libro, por lo tanto, no encontraría a nadie así. Claro, tenía razón, pero seguiría leyendo de igual manera. Sabía que si algún día tenía que encontrar a alguien lo haría.
Lo que a ella le preocupaba era que no hubiera chicos en mi vida, solo estaba Louis, mi mejor amigo desde hacía dos años, íbamos juntos a casi todas las clases, y en verdad le quería. Él era, por decirlo de alguna manera, el chico más popular de toda la Universidad, se preguntarán que es lo que hacía conmigo, bueno, también me lo pregunto yo, pero no había explicación, al igual que Caroline, ellos dos me cuidaban todo el tiempo, a veces me sentía como una estúpida niña de solo doce años, cuidada por una pareja de enamorados. Sí, Carol y Louis eran novios. Y claro, mientras ellos recorría las calles de la mano, yo estaba allí, perdida en mis libros, una vez más.
Estaba preparándome para mi día en la Universidad, que predecía sería bastante caótico, ya que tenía examen de final de semestre, de Psicología, Historia y Arte. Estudio Literatura, pero no me servirá de nada, ya que en esta zona los escritores de columnas para el periódico o revistas estaban de sobra, ya me había resignado a trabajar en algún Bar o algo por el estilo.