SOLO EL COMIENZO
Llegamos al amanecer a una cabaña ubicada en el centro de un bosque, al pie de una montaña. Harre decía que eran lugares tranquilos, que te ayudaban a relajarte. Al poner un pie bajo el auto, respiré profundo y sentí el aroma a flores, árboles y humedad. El lugar era bastante iluminado a diferencia del bosque en WestWells, donde Harry vivía. Él y yo bajamos del auto, mientras los demás todavía seguían durmiendo, en realidad creo que no dormían solo querían holgasanear. El sol recién estaba comenzando a aparecer tras los árboles. Harry me abrazó desde atrás y besó mi mejilla. Me sentía verdaderamente tranquila allí con él, y sabiendo que a pesar de lo que yo ahora era, el castaño aún seguía queriéndome.
Por otro lado, me dolía saber que todo aquello había sucedido. La mañana en que desperté junto a Harre por primera vez me sentía la mujer más feliz del mundo, y nunca había pensado que luego de dos días me encontraría allí, escapando de Vampiros que querían matarme, por que yo también lo era. La mentira de mi madre era también lo que encogía mi corazón, verdaderamente ella sabía que yo podría haber sido lo que era. Podría habérmelo advertido. No estaba culpándola de lo que había pasado hacía años. Ella amaba a mi padre, según lo que contó en la carta, y la entendía, porque a pesar de que Harry al igual que mi padre, era diferente a mí, lo amaba con mi vida, y sentía que sin él no había nada.
“¿En qué piensas?” – Murmuró Harry en mi mente, le sonreí y voltee a él.
– ¿Por qué nos trajiste aquí? – Pregunté admirando la hilera de árboles perfectamente alineados frente a nosotros.
– Luego de mi caída, en Inglaterra, me uní a un grupo de Ángeles Caídos que viajaban hacia aquí, ellos vinieron a ocultarse a este bosque, desde ese día, es mi lugar preferido en el mundo – Explicó sin dejar de abrazarme, yo le sonreí.
– ¿Cuándo caíste? – Pregunté curiosa. Él se puso serio de inmediato y entendí que no quería hablar sobre el tema, pero de todos modos habló:
– El primero de Febrero del año 1870 – Dijo alzando una ceja – ¿Muy viejo para ti amor?
– Tienes ciento cuarenta y tres años, o sea… – Conté con mis dedos – Eres ciento veinticuatro años mayor que yo, creo que mi padre va a matarte si se entera que un viejo como tú sale con su hija… – Dije divertida. Harry rodó los ojos y me apretó aún más con sus brazos desde atrás.
– ¿Le contarás lo que un viejo de ciento cuarenta y tres años puede hacer en la cama? – Preguntó susurrando a mi oído, mis mejillas se volvieron algo rojas y reí nerviosamente.
– ¿Qué hiciste en esos años? – Pregunté cambiando de tema. Di una vista a los demás que se encontraban durmiendo como animales en el auto, pero seguían en la misma posición.
– No quieres saberlo… – Murmuró negando con la cabeza, me voltee a él.
– Claro que quiero – Dije cruzándome de brazos. Él sonrió y se mordió el labio inferior mientras recorría mi cuerpo pervertidamente con sus ojos verdes penetrantes.
– Básicamente, estuve en el ejército de Anastasia, desde ese entonces ella me ayudó a sobrevivir aquí en la tierra, contra Vampiros, luego de un tiempo, me convirtió en su cazador oficial, allí conocí a Will. Desde entonces mi vida comenzó a ser más agitada, Vampiros de aquí, Vampiros de allá, Nephilims…
– ¿Nephilims?
– Mitad Ángel, mitad Humano ¿Recuerdas?
– Ohh… Sí, lo recuerdo – Afirmé.
