Capitulo 6

1K 54 0
                                    

NUEVOS AMIGOS

 El domingo como siempre, era el día más aburrido. Pero pasada una hora se harían las seis y Harry había prometido pasar a esa hora por casa. Opté por ponerme un Jeans ajustado, con una remera roja, en los pies, como siempre mis All Stars blancas. Cuando miré el reloj de la cocina, marcaban las seis menos cuarto, eso me daba tiempo a preparar las cosas para mis clases en la Universidad del día siguiente.

 

  La cosa era que al llegar a casa, había tenido tiempo en para ponerme a pensar sobre mi vida. Logré una descripción completa de Harry, aunque no lo conocía demasiado. Físicamente, perfecto. Mentalmente, era inteligente y un pervertido, y aunque no me lo había demostrado abiertamente lo sabía, podía notarlo. Su ropa, estaba bien, su forma de vestir iba de acuerdo a su mente. Admitía que nunca en mi vida había estado tan interesada por un ser humano al que conocía hacía sólo tres días, si contaba el día de hoy. Pero había algo en él, algo que me llamaba la atención, que me hacía querer acercarme lo más que podía. Caroline me dijo ayer por la noche: "Si te acercas tanto al fuego corres el peligro de quemarte". Era cierto, lo corría. Porque mis sentidos actuaban debilitada y estúpidamente cuando estaba cerca de Harry. Llevando a mi cuerpo y mi mente a hacer cosas que no haría si él fuera un simple chico que hubiera conocido en la Universidad. Pero todo en su apariencia era lo contrario de "normal".

 

  Tal vez pensaba que no era normal por el hecho que olvidé completamente y recordé justo en aquel momento: hablaba en mi mente.

¿Qué podía pensar sobre eso? Bueno, la primera opción, estaba loca. La segunda, estaba loca, y la tercera, el chico malo era un alien. Y estaba casi segura de que los aliens no se veían tan perfectamente. Casi segura. Entonces la única opción que me quedaba era pensar que estaba loca, eso sonaba más lógico.

 

  Mientras me encontraba sumergida en mis pensamientos el timbre me sacó de allí y me hizo volver a la realidad. Presioné la tecla para abrir la puerta de entrada al edificio, olvidando preguntar quién era, pero seguro era Harry.

  Más tarde, sentí un golpe en la puerta, y corrí a abrir, misteriosamente emocionada por la llegada del castaño a mi casa. Raro. Harry me sonrió dulcemente, llevaba sus pantalones habituales negros ajustados, una camiseta negra y su chaqueta de cuero colgada al hombro. Sus ojos verdes estaba más radiantes que nunca.

– Hola – Dije tímidamente, él puso un beso en mi mejilla y sonrió.

– Hola ¿Estás lista? – Preguntó mirándome de arriba abajo, asentí mientras mis mejillas se teñían de rojo carmín.

– Sí, pasa, tengo que terminar de guardar las cosas en mi bolso.

  Harry puso sus pies dentro y caminó tras de mí, hasta la sala. Tomé mi bolso y corroboré que tenía todo en su lugar, celular, dinero, tarjeta. Harry se sentó en el sofá con las manos cruzadas tras su cuello. Volteé a él y lo miré con el ceño fruncido, sabía que quería preguntarle algo, pero no recordaba que. Él se levantó de un salto y caminó a mí.

– ¿Nos vamos? – Preguntó mirándome serio e inquieto, asentí, todavía con la duda en mi cabeza. Siempre olvidaba lo que debía decir, pero luego lo recordaba, era demasiado extraño, pero estaba lo suficientemente anonadada con Black como para prestar atención a mis estúpidas intuiciones e inseguridades.

– Sí, vamos.

  Salimos del edificio, y su Audi negro estaba estacionado en la parte trasera, como siempre. Cuando estaba cerrando la puerta principal de edificio, escuché la voz chillona de Caroline a lo lejos. Comencé a actuar rápido mientras Harry inclinaba una ceja, mirándome divertido, rodé los ojos, y al terminar, corrí rápidamente hacia su auto. Segundos más tarde Caroline apareció con Louis tomada de la mano y subieron arriba. Suspiré con alivio.

El Ángel Caído: La Profecía de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora