Capítulo 19 - Nene de cinco.

473 31 6
                                    

Ya se había hecho tarde y Ivo me estaba llevando a mi casa.

— Un día, cuando tenía cómo diez años murió mi abuelo, yo siempre vi que mi mamá estaba normal —. Sonreí al recordarla. — Siempre con una sonrisa. Un día le pregunté si lo extrañaba, si en algun momento le dolió su muerte, entonces me dijo, tu abuelo siempre me dijo que la vida hay que vivirla, que las personas se disfrutan en vida, nunca hay que estar mal por una perdida, al contrario hay que estar feliz por poder cruzar con esa persona en la vida, por tenerla —. Lo miré. — Ahí entendí todo.

El me miró y sonrió.

— Tu mamá fue una gran mujer —. Me dio la mano.

— Lo fue —. Dije.

Nos quedamos callados en un silencio nada incomodo, en un silencio calido.

Mire por la ventana, las estrellas iluminaban el cielo. Sonreí.

La vida me dejó todos los buenos recuerdos con mi madre, quizás me saco parte de mi vida al llevarse a la mujer que tanto amé pero me dio algo a cambio, una persona que me iba a ayudar, una persona que me da paz.

Ivo es un ser de luz, amé al destino por cruzar su vida en la mía. Ivo siempre me dio esperanza, siempre me hizo pensar "quizás nada es tan malo como parece".

Sea como sea, el estaba ahí y sabia que siempre podría contar con el.

— ¿En qué pensas bebé? —. Dijo Ivo.

— Boludeces —. Dije restando importancia. — Eu, te amo, sabelo —. Le dije y después le di un beso en la mejilla, porque el estaba manejando y seguramente un beso nos mataba.

— Yo te amo mucho más —. Sonrió.

Paz, eso me daba Ivo, y no necesito nada más que eso.

Estaciono el auto ya que habíamos llegado a mi casa.

— ¿Te quedas a dormir? —. Le pregunté aunque sabia la respuesta.

— De una —. Dijo.

Fuimos a la habitación y el fue directo a acostarse. Se saco las zapatillas y se tiro.

Fui a buscar que ponerme. No encontraba la remera larga que tenía, la que usaba para dormir.

— La concha de la lora —. Me queje al agarrarme el dedo con el cajón.

— ¿Qué pasó bebé? —. Vino rápido y vio el pequeño corte que tenía en el dedo.

¿Cómo mierda me corté el dedo con un cajón? ¡Un cajón!

— Vení —. Me agarró y me llevo hasta el baño.

Puso mi dedo abajo de la canilla y empezó a limpiar la pequeña herida.

— Es una boludes Ivo —. Dije pero el no dijo nada.

— Quedate acá —. Dijo y se fue.

Volvió con una curita y me la puso en el dedo.

— So' más tierno bebé —. Le dije jugando, no le gustaba que le dijera que era tierno.

— Callate tarada —. Dijo sonriendo, me agarro y me subió a upa suyo.

Enredé mis piernas en su cintura y lo empecé a besar.

Primero fue lento pero el beso cada vez se iba intensificando más.

Me tiro a la cama y me sacó la remera. Me besó el cuello y fue bajando.

[...]

Me desperté y lo primero que vi fue a Ivo, estaba dormido pero fue una sensación única, quería quedarme toda la vida ahí, mirándolo.

Sigues siendo tú - Khea. [#1-Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora