CAPÍTULO 29

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MI NOMBRE ES BLANCA Y SOY PROSTITUTA

- Buenas noches

Al escuchar, mi corazón comenzó a latir a mil por hora. Gire la vista y ahí estaba mi cliente. Al menos lo que podía ver con la luz de las velas. Un señor de más de 50 años, canoso, robusto, moreno claro. Vestía con un traje negro, camisa blanca, corbata roja. Tragué saliva, podía sentir los latidos de mi corazón en mi cabeza. Me puse de pie delante de él. Yo traía un vestido negro y zapatillas de tacón.

- Hola Buenas noches...

- Tranquila, me imagino que debes estar nerviosa. No te preocupes, no te haré daño Blanca.

- ¿Cómo sabe mi nombre?

- He pagado mucho dinero por este servicio, al menos tenía que saber tu nombre. ¿No crees?

- Si, lo siento. Estoy muy nerviosa.

- ¿Puedo acercarme a ti?

- Si claro. Disculpeme, de verdad no tengo idea de que hacer.

- Tranquila, todo estará bien.

Se acercó a la mesa, abrió el cajón y tomo los condones. Mojo las llemas de sus dedos con saliva y apago las velas. Quedamos en absoluta oscuridad, en este momento comprendí a Pedro y las ganas de no querer ser visto.
El Cliente me tomo de la mano y me llevo a la cama, donde me sento mientras me decía al oido  que todo estaría bien. Se retiró el saco y tenía un aroma agradable.  

- Blanca, por favor me dices si te lastimo.

- Si claro.

Intentaba poner mi mente en otro lado. Me repetía una y otra vez que lo hacía por necesidad. Mis sentidos estaban al 100 y podia escuchar como se quitaba la ropa, incluso podria decir que en medio de aquella oscuridad podía verle o al menos es lo que yo me imaginaba. ¿Qué tenía que hacer? ¿Cómo tenía que ponerme? En mi mente viajaban muchas preguntas y ya no había tiempo, tendría que despejarlas en ese preciso momento, conforme se fueran suscitando las cosas.  Sentí su cuerpo desnudo junto al mío, mi piel se estremeció por completo. Mi respiración comenzó a agitarse. Comenzó a besarme el cuello, mientras retiraba mi ropa. ¡Por favor Dios, si es que existes ayúdame a superar esto!

Una lágrima corrió por mi mejilla y cerré los ojos esperando que el acto terminara.
Sentí dolor cuando se introdujo en mi, pero cerré mis ojos fuertemente y presione mis labios para evitar se escapara algún grito. Intente que mi mente viajará a otro momento en que yo yo fuera felíz, era difícil encontrar algún momento en mi vida donde yo fuera felíz, pero lo encontre. Mi mente viajó a aquel momento en el que Luis me dio mi primer beso, y la calidez que sentía cuando me abrazo. Me aferre a ese recuerdo y lo repetía una y otra vez, me miraba dando vueltas con aquel vestido azul que me dejó el Abuelo y caminando de la mano de Luis.
¡Luis! ¿Dónde estarás?

- ¿Te gusto Blanca?

Reaccione  y regrese al momento, mis pensamientos se disiparon y recordé lo que me dijo Paty.

- Si, estuvo genial.

- ¿No te lastime?

- No para nada, estuvo bien gracias.

- Descansa un poco. Tenemos toda la noche.

- ¿Toda la noche?

- Si, pagué por toda la noche... duerme

Tania me dijo que sólo serían un par de horas 2 veces tal vez.  Cubri mi cuerpo con las sábanas y trate de dormir. Lo conseguí por un par de horas, hasta que me despertó nuevamente.   en total fueron 2 actos durante toda la noche. Me sentía adolorida y cansada.

- Blanca, a valido la pena cada centavo que pague. Sin duda regresare. Tal vez pague exclusividad. Gracias...

Saco un par de billetes de su cartera y me los dejo sobre la cama. Antes de irse corrió un poco la cortina, lo que permitió entrara un poco de luz.
Quise incorporarme y me dolia sentía mi vagina realmente adolorida. Tome una sábana y la entere en mi cuerpo, me dirigí al Sanitario y note sangre. Me asusté ¿Qué me había hecho? Yo no sentí tanto dolor mientras lo hacía. ¿Por qué estaba Sangrando? Me Di un baño con agua caliente me coloque mi ropa, tome el dinero que me dejó lo oculte entre mi ropa interior, tome mis zapatos y me dispuse a salir de la habitación, pero con cada paso sentía dolor.
Paty me observo y me llamo a su oficina.

- ¿Y bien? ¿Cómo estuvo?

- ¿Porqué pase toda la noche?

- Porqué pago mucho dinero por ti.

- Estoy sangrando, Y me duele.

- Es normal, el sangrado es porque perdiste tu virginidad. Eso es lo que los vuelve locos. Y te sientes adolorida porque jamás lo habías hecho.
Bien Blanca negocios son negocios. Aquí está tu paga.

Saco un Sobre con dinero y me lo entrego.

- Tomate 3 días para que te recuperes.  En cuanto regreses comenzarás a trabajar. Ya puedes irte.

Y así sin más, como si nada importará me dirigí a cambiarme aquel vestido llamativo y colocarme unos jeans y playera.
Mientras caminaba a casa no hacía más que pensar en lo que había pasado, no sentí nada, más que tristeza por lo que sería mi vida a partir de ese momento.
Cuando llegue a casa, le conté a Tania lo que había pasado.

- Deberías estar feliz Blanca, si ese hombre contrata exclusividad, no tendrás que estar con más hombres sólo tendrás que estar disponible para él.

- ¿Felíz? No me siento felíz

- Se de una forma para ser felíz, vamos a llevar a Ana el cine.

- ¿A  Ana? Tania se que la que muere por ir al cine eres tú.

Tania siempre había tenido ganas de ir al cine, pero nunca podíamos. Así que si, tenía razón sería una buena forma de pasar un buen momento.

- Bueno, tal vez yo también tenga ganas, pero esque es como un sueño. ¿No Crees?

- Si, tienes razón, sirve que compro ropa para Ana y Jesús. ¿Tania, crees que con lo que me pagaron pueda pagar tu operación?

- Blanca, te lo agradezco, pero no me voy a operar, además no alcanzará, lo que investigue es que son varias operaciones, y muy costosas. Varias no se hacen en el país. Ya no me interesa hacerlo. Es mejor que saquemos adelante a ese par de mocosos que tenemos como hermanos e intentar ser felices en el proceso.

- Me da mucha pena que desistas de ese sueño.

- Tranquila, mirame soy feliz y lo seré más  si me invitas al cine. Anda vamos.

Salimos rumbo al cine, Jesús, Ana y Tania super felices, yo no me sentía bien. Estaba adolorida y me sentía deprimida, pero el ver a Ana y Jesús emocionados me recongortaba.
Le compre ropa a mis hermanos además de una muñeca a Ana, porque su muñeca sólo tenía una pierna. Lo curioso es que no dejo su muñeca vieja, cargaba ambas.

Pasaron los días y ya tenía que regresar a casa de Paty no con mucho ánimo, pero tenía que hacerlo. 

- Blanca tú habitación el la 6 ahí vas a esperar a tus clientes.

- Gracias paty

Me dirigí a la habitación entre y cerré la puerta, me senté sobre la cama y me puse a pensar que tipo de cliente me tocaria.
Por primera vez en mucho tiempo me sentía encerrada entre cuatro paredes. Ahora si podía decir que "MI NOMBRE ES BLANCA Y SOY PROSTITUTA"

*LUNA Angelita*
Karla Noguez

Mi nombre es Blanca y soy ProstitutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora