CAPÍTULO 25

4.3K 140 15
                                    

MI NOMBRE ES BLANCA Y SOY PROSTITUTA

- Buenas Noches Blanca, mi nombre es David Ferrer.

¿David Ferrer?  ¿Quién era este sujeto y porque quería hablar conmigo? Jamás lo había visto, sus ojos tenían un peculiar color azul. ¿Será familia de Pedro?

- ¿Por qué quiere hablar conmigo? Yo no lo conozco.

- Lo se, de hecho es la primera vez que te veo. Lo único que conocía era tu nombre y el lugar para encontrarte. Dime Blanca ¿Por qué estas trabajando en un lugar así? ¿Dónde está tu madre?

- No se quien sea señor, yo soy mayor de edad y puedo trabajar en donde quiera.

- Tranquila, sólo quiero saber...

- Y ¿Porqué tiene usted interés en mi?

- Blanca yo conocí a tu madre años atrás, he de confesarte que tienes sus mismos ojos. Salimos un tiempo a escondidas, claro, pero después supe que tenía 3 hijos yo soy un hombre casado no quería escándalos así que me fui. Mi hermano me ayudó a cambiarme de ciudad. Tú madre fue a buscarme en repetidas ocaciones a mi casa, en la cual vivía mi hermano ya. Yo no tenía idea hasta hace poco, que te encontraron aquí.

¿Qué? ¿Qué es lo que este hombre estaba diciendo? ¿Cómo es posible que conociera a mi madre? Yo jamás lo vi, esto era tan confuso.

- Eso no es posible, yo no lo conozco. ¡Esta mintiendo!

- No Blanca no miento, cuando Mary me confesó que tenía 3 hijos yo entre en pánico, no me interesaba conocerlos. Tenía que irme y salvar mi matrimonio. El escándalo acabaría con mi familia, sólo quería una aventura y la había conseguido.

- ¿Por qué me dice esto? ¿Para que regreso? ¿No le bastó con hacerle daño a mi madre? ¿Qué es lo que quiere?

- Hace poco mi hermano fue a buscarme, él si te conoce, te vio en una ocacion cuando le llevo dinero a tu madre, para que dejará de buscarme. Yo no sabía esto Y la verdad no me interesaba, hasta que supe hace unos meses que la insistencia de tu madre en buscarme era porque estaba embarazada.  Y el dinero que mi hermano le entrego fue para que desapareciera y jamás volviera. Cosa que tu madre cumplió, jamás regreso.

- ¡Eso no puede ser verdad! Esta mintiendo

Por un momento me detuve a pensar en lo que este señor decía, si esto era verdad Ana era su hija, era el papá de las Gemelas. ¿Qué es lo que este señor quería? ¡Seguramente quitarme a mi hermana!  ¡No lo permitiría!

- A mi no me interesaba revivir este error de mi pasado, pero al pasar los días me dio curiosidad, tal vez tenga un hijo o una hija.  Y tu sabes que es así, porque lo veo en tu rostro.

Estaba realmente confundida con todo esto, yo no permitiría que me quitará a Ana. Si antes no le importó, ¿Por qué le importaría ahora?

- Mi madre si tuvo un bebé, una hermosa niña, de cabellos rojizos y ojos azules. Cuando mi madre murió quedamos a la deriva y en una noche de invierno mi hermana murió, tenía 3 años su nombre era Jhana. Es todo lo que tengo que decirle y al igual que usted se lo pidió a mi madre, no quiero que vuelva a buscarnos.

- ¿La niña murió? ¿Dónde la enterraron? Sabía que tu madre murió, me lo dijo mi hermano, pero no sabía que la niña corrió con esa suerte. ¿Qué le pasó?

- No quiera venir a limpiar sus culpas, nunca supimos de que murió mi madre y mi hermana enfermo tenía fiebres muy altas,   yo hice lo que pude, pero yo también era una niña, desgraciadamente mi hermanita murió.

- Blanca lamento mucho lo que pasó...

Antes de que pudiera continuar le grite...

- ¡No, no lo lamente! ¡Usted decidió dejar a mamá! y no lo culpo, ¿Tiene idea de lo que emos pasado desde que ella murio? No lo creo, en el mundo de los ricos, en su mundo. No les importa lo que un par de niños huérfanos les pueda pasar. Porque su sociedad está tan podrida, que preferirían ver a un hijo muerto que se enteren que era un hijo bastardo.

- Yo no sabía que tu madre estaba embarazada cuando me fui.

- ¿Hubiera cambiado algo? No creo, se habría asustado y de igual forma se hubiera ido.

- Si lo se, pero...

- Pero nada, usted es un ser miserable. Que no merece vivir. Pero ustedes no mueren porque ustedes tienen dinero para pagar doctores y tienen la maldita suerte de no pasar hambre y querer vivir adieta todo el tiempo, tienen la maldita suerte de  no pasar frío en los inviernos y tener todo para salir adelante. Nosotros no señor, nosotros tenemos que trabajar para tener algo que comer. No tenemos derecho a enfermarnos...

- ¡Blanca, eso no es mi culpa! La miseria en la que vives o viviste no es mi culpa. Cada persona carga con su Cruz, y tú  no tienes derecho de culparme la aventura que tuve con Tu madre ella la aceptó, yo no la obligue.

- Bueno señor, ya le dije lo que quería saber, ahora por favor no quiero que vuelva a buscarme.

Con lágrimas en los ojos, me disponía a salir de oficina. Cuando me tomo del brazo y pregunto ya más tranquilo.

- ¿Dónde enterraron a  la niña? Permíteme ir, por favor.

Su rostro reflejaba angustia y preocupación. Me daba un poco de pena.

- No tuvimos forma de enterrarlos en el cementerio, así que está en un terreno aún costado. Si quiere ir podría llevarlo ahora.

El hombre recogió su maletín, se colocó el sombrero y salimos de la ofina. Abordamos un auto y lo guíe hacia el terreno. Nosotros limpiabamos la pequeña tumba de Jhana u cada que podíamos llevábamos algunas flores. Así que fue fácil ubicarla. A pesar de que la oscuridad de la noche nos había caído sobre nosotros.

- Bien señor aquí está mi hermana.

- ¿Aquí?

Se quedó un momento callado, simplemente mirando la tumba de mi hermana, pero no reflejaba ninguna muestra de dolor. Aunque porque estaría triste si jamás la conoció.

- ¿Blanca, podrías dejarme darle una sepultura decente?

- ¿Porqué? ¿Usted cree que lo que nosotros hicimos no fue decente?

- No es eso, permíteme hacerlo por favor.

- hágalo, si con eso se siente mejor, pero mi hermana ya no lo sabrá.

Me retiré de el lugar lentamente.

- ¡Te avisaré lo que haré, Gracias Blanca!

Aún estaba sorprendida de lo que me había enterado. Se que mamá tuvo varias parejas, pero sin duda esto no lo esperaba.
Caminaba hacia casa, pero decidí desviarme rumbo a la Barberia.
Me paré justo enfrente, sabía que tenía que entrar en algún momento, pero no lo hice, sólo lloré extrañando a Don Jacinto.
Me di la media vuelta y camine de regreso a casa.

Todo el tiempo fue pensando, lo que me dijo ese señor, ahora entendía la reacción del papá de Pedro. Eso quería decir que Pedro era primo  a Ana, claro tienen los mismos ojos. Llegué a casa, y Ana salió corriendo a Abrazarme.

- ¡Hermana, te quiero! Ven quiero enseñarte que ya se leer muy bien.

Ana me jalo de la mano y me mostró su libreta. Comen si a leer en voz alta, pero no pude poner a atención a su lectura. Estaba pensando se era lo correcto lo que hice, negarle la oportunidad de conocer a su hija...

*LUNA Angelita*
Karla Noguez

Mi nombre es Blanca y soy ProstitutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora