CAPÍTULO 35

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MI NOMBRE ES BLANCA Y SOY PROSTITUTA
*LUNA  Angelita*
Karla Noguez

Como se lo prometí a Tania en las mañanas después de dejar a Ana en la escuela me iba a estudiar, me la pasaba todo el día en aquel lugar, se trataba de un centro en donde daban clases a los adultos que no tuvimos la oportunidad de estudiar, me sentía feliz de darme cuenta que no era la única que buscaba recuperar el tiempo perdido, tenía varios compañeros algunos de mayor edad pero al fin nunca es tarde para aprender. Ponía atención y realizaba todas mis tareas, al llegar a casa le enseñaba a mis hermanos lo que aprendía. Era poco el tiempo que pasaba en casa ya que si no estaba estudiando, estaba haciendo tarea, hasta que me llegaba la hora de irme a casa de Paty al pasar 4 meses concluí la educación primaria. Me sentía muy felíz. Pero no me detendria.

El padre de Ana cada mes la veía, nos ayudaba con el pago de la renta y los gastos de la escuela de Ana. Era un buen padre, cuando estaba con Ana le contaba cuentos, la llevaba al parque. Compraban cajas de galletas se pensaban los ojos y comían intentando adivinar el sabor. Me gustaba verlos juntos. Pero el señor David aún tenia miedo.

- Blanca, aún no se como decirle a mi esposa lo de Ana.

- Dígaselo así como me lo está diciendo. ¿A que le teme? ¿A perder un matrimonio?

- Puedo perder mucho más que eso.

- Esta perdiendo más.  Ana cada día crece más.

- Lo se, estoy pensando regresarme a vivir a mi antigua casa. Por cierto Pedro vino conmigo, esta en casa, deberías ir a verlo, esta molesto con todo el mundo. No tolera ver a su padre.

- ¿Pedro? Me gustaría verlo. Aún tengo su cartera, sería un buen pretexto.

Me agradaba la idea de ver Pedro. Así que acepte enseguida.

- Puedo llevarte y dejarte en la casa mientras yo llevo al cine a Ana.

- Estaría muy bien.

Sentía una gran emoción. De ver a Pedro, entendía la frustración que sentía, tal vez el hablar conmigo le calmara.  Entre y tome la cartera, me subí a la camioneta y salimos rumbo a la casa.
Me encontraba justo afuera, muy nerviosa el señor David abrió la puerta y grito.

- Pedro, ¿Donde estas? ¿Hay alguien que quiere verte?

- ¡No me interesa ver a nadie tío, ya lo sabé!

- ¿Ni a mi Pedro?

Grite emocionada, pasaron un par de minutos cuando lo vi, esta desaliñado y se le notaba triste. Pero note su cara de asombro cuando me vio.

- ¡Blanca! ¿Qué haces aquí?

- Me dijeron que estas muy mugroso y que necesitas un baño, porque estas haciendo berrinches.

- Bueno no todo eso es verdad. A mi defensa puedo decir que no tengo quien me hecho una mano.

Pedro sonrió y el señor David se alegro de ello.

- Me da gusto David que te guste esta visita. Los dejo mientras yo atiendo unos pendientes. Regreso en unas horas Blanca.

- Gracias señor David. - respondí

- Vamos Blanca a mi habitación.

- ¡Te lo advierto que yo  no vengo a darte ningún servicio he!

- ¡Tonta! Vamos...

Caminamos a su habitación y enseguida me pregunto de donde conocía a su Tío. 
Comencé por contarle toda la historia. Pedro estaba realmente sorprendido, lo sabía por su mirada y porque no me interrumpía salvo para hacer un par de preguntas.

Mi nombre es Blanca y soy ProstitutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora