Bebé

391 58 0
                                    

No había sido fácil, pero ahí estaban ambos cuidando a sus primeros bebés, habían salido mellizos y se parecían a sus padres quienes, aunque habían leído mucho sobre paternidad no estaban demasiado seguro de cómo tratar a sus pequeños. Ambos miraban la cunita donde descansaban aquellas criaturitas.

―Al menos mi padre dice que la ropa que les compro es suave con la piel de los bebés. Criarlos será todo un desafío Kōki.

―Espero no arruinarlo, adoro a nuestros pequeños, pero creo que aun no estoy preparado.

Akashi se acerco a su pareja y lo atrajo suave a él.

Nadie nace estando preparado para ser padre Kōki. ―Se apoya suave en su hombro. ―Sé que lo haremos bien.

Furi tomo al bebé que se había puesto a llorar, aunque luego el otro contagiado por su hermano también se había puesto a llorar, pero aquel fue tomado por Akashi, justo en ese momento el segundo bebé se hizo encima del pañal. Kōki reviso el pañal del bebé que había tomado, pero estaba bien, parece que solo estaba hambriento así que se lo llevo mientras Seijūrō le toco cambiar los pañales. Era un trabajo asqueroso y fétido, pero era su obligación como padre y lo hizo limpiando el área y poniéndole nuevos pañales al pequeño bebé, quien estuvo tranquilo un rato, pero pronto volvió a llorar.

El otro bebé también tenia hambre así que le dijo a Kōki que hiciera más formula, y luego cuando uno de los bebés estuvo satisfecho, después era el otro que se había hecho en los pañales, otro cambio correspondiente para descubrir que los bebés no querían dormirse sin razón aparente.

Al final cuando por fin ambos bebés durmieron la pareja se miró cansada mientras ambos estaban sentados en un sillón.

―Esto será muy difícil...

―Si, así parece ser.

―Sei ¿Tú eras así de exigente cuando eras bebé?

―Supongo, aunque cuando a los meses yo era mucho peor, solo me gustaba estar con mamá y cuando me alejaban de ella tiraba las cosas a quien estuviese cerca. Al menos así me contó mi padre que era.

Furi rió un poco al imaginarlo.

―Seguro eras un bebé precioso, por algo nuestros hijos salieron tan bellos.

Su pareja lo acercó a él.

―Se parecen a nosotros, por eso son perfectos. Será difícil este momento, pero debemos ser fuertes.

―Lo sé, pondré todo de mi para que esto resulte.

―Lo haremos.


31 días de Akafuri por diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora