31 días de Akafuri por diciembre

Ángel y demonio

Era un demonio, era cierto, pero no podía evitarlo, estaba enamorado de aquel ser que era maligno. No solo era eso, era uno de los más cercanos al príncipe de las tinieblas.

Su cuerpo se estremecía ante las caricias que aquel demonio le proporcionaba, de sentir el calor del fuego dentro de su piel , no podía evitarlo. Había entregado su cuerpo y su corazón a aquel hermoso y sensual demonio con el cual cada vez que podía se acostaba. El placer era adictivo y sabia que posiblemente terminara como un ángel caído al igual que quien tomaba su cuerpo, pero a estas alturas no le importaba.

―Kōki ¿Sabes que te pueden condenar por acostarte con un demonio? ―Después de hacer el amor estaban abrazándose cariñosamente y Seijūrō llenaba de besos a su pareja un tierno ángel que para el pelirrojo se le hacia el mas antojable del mundo.

―Lo sé, pero te amo y te deseo. ―Le dio un beso en la mejilla a su demonio quien en un principio temió y luego se enamoro profundamente. ―Aunque si me vuelvo un demonio como tu podré estar siempre contigo.

―Estaremos siempre juntos, pero sin que te juzguen, por cierto, de tanto que hemos hecho el amor podrías estar esperando.

Kōki asiente con una sonrisa.

―Seria un niño precioso y lindo como tú. ―Se volvieron a besar cariñosamente.

―Hoy no vuelvas con los demás ángeles, porque voy a declararte mío oficialmente no importando las consecuencias. Te amo Kōki.

El ángel sonrió contento abrazando fuerte a su pareja demonio. Quien diría que la felicidad estaría precisamente en un demonio.