Yukimaru

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El animal vio como su amo y la persona que conoció desde nacimiento venia con un completo extraño, hizo un sonido de desconfianza al primer instante, no le gustaban mucho los humanos que se acercaban a su dueño, la mayoría intentaban tocarlo al menos y el siempre los rechazaba, por el único que se dejaba acariciar era por Akashi a todos los demás los mordía, simplemente le parecían desagradables.

Yukimaru observo que la mirada del pelirrojo miraba a ese chico de una manera especial, como esas miradas cariñosas que este le daba cuando era limpiado, pero era algo más mucho más. Aquel joven de cabello castaño olía un poco a Seijūrō ¿Por qué? Sin embargo, ese joven tímido no se parecía a ningún humano que había conocido, era más o menos similar a su dueño, razón que solo por eso dejo que posara su mano en su elegante cuello blanco.

Akashi se había asustado un poco porque sabia que Yukimaru era desconfiado con otros humanos, pero parecía cómodo con la mano de Furihata posada suavemente y acariciándole.

― ¡Whoa! Su pelaje es tan suavecito y brillante, es precioso. Nunca había visto un caballo tan lindo y tan de cerca. ―Kōki lo dijo con una alegría digna de un niño pequeño, a Seijūrō le recordó así mismo de pequeño cuando era inocente cuando su madre aun estaba viva.

Entendió porque el caballo parecía estar cómodo con Furi, era porque el caballo había reconocido la pureza que él había perdido hacía varios años.




31 días de Akafuri por diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora