La decisión estaba tomada. Chuuya tendría su última batalla contra la pandilla de Fyodor y después de eso, dejaría atrás esa faceta, ese mundo que tanto significó para él.
Esa lo que debía hacer pero aún así tenía en su interior un extraño sentimiento de arrepentimiento. De verdad a él le encantaba pegarse con otra gente, por muy estúpido que pudiera sonar. Se sentía libre cada vez que lo hacía y después de dejarlo, no podría volver nunca más a esos tiempos.
Chuuya Nakahara, el más fuerte de Yokohama, desaparecería por completo.
Así tenía que ser. Todo el mundo estaría mucho más feliz si él finalmente avanzaba. Osamu quería eso, Kouyou también. Oda también. Y por supuesto... Su madre también.
Dazai estaba recuperándose de sus heridas en el hospital, pero al menos ya podía hablar con él, besarle y abrazarle con cuidado de no hacerle daño. El castaño estaba muy apagado, apenas tenía fuerzas para hablar pero le sonreía y le acariciaba, eso le decía que todo estaba bien, sólo necesitaba tiempo y él estaría a su lado.
En esos momentos Chuuya se encontraba recostado en la cama del hospital, acariciando con sus dedos los de su novio. Cualquiera que entrara podrían verles así de melosos.
-Me sorprendió muchísimo cuando dijiste que estabas estudiando como es debido, cariño.
-Quería darte una sorpresa, y parece que lo he conseguido ~ Dime... ¿Estás estudiando tú?
-Sí, Kouyou ha informado en el instituto de lo sucedido y vendrá un profesor a hacerme el examen. El doctor estima que sin duda estaré recuperado y podré ir a la universidad a la vez que todos, por eso quiero hacer los exámenes. No quiero que por culpa del capricho de alguien, me quede sin cumplir mi sueño. Aunque no me disgusta del todo estar aquí, ¿sabes? El ambiente de los hospitales me gusta. Estoy aprendiendo cosas nuevas, aún cuando no es de la forma en la que a mí me gustaría. - rio suavemente.
-Osamu yo... He decidido qué hacer con mi futuro. Por eso empecé a esforzarme en los exámenes. Quiero pararme en el mismo sitio que tú.
-¿Eso quiere decir que...? - los ojos café de Dazai mostraban ilusión.
-Sí. Quiero trabajar contigo en un hospital.
Dazai soltó un grito de alegría mientras comenzaba a reír, mostrándole al otro cuán feliz estaba de su decisión. Le besó con ganas y juntó su frente con la del contrario, mientras ambos se sonreían y mantenían sus manos entrelazadas.
-No sabes la ilusión que me hace que hayas tomado esa decisión, Chuuya.
-Si he logrado encontrar lo que quería ha sido gracias a ti, y solo a ti. Has cambiado mi vida desde que llegaste. Me has orientado y me has hecho recapacitar. He cambiado gracias a ti. Por eso... Gracias, Osamu. Te amo.
Un sonrojo apareció en las mejillas del castaño, quien besó de nuevo los labios de su novio y le dedicó una mirada repleta de complicidad.
-Eso tendría que decirlo yo, Osamu. Si tú no hubieras llegado, ¿qué habría sido de mí? Desde que llegaste cambiaste mi modo de ver la vida, el como podía enfrentarme a las adversidades. Si estoy contigo me siento capaz de hacer cualquier cosa. Juntos lograremos hacer realidad nuestro sueño.
-Sí ... Iremos a una universidad en Tokyo.
-Y nos comparemos un piso cerca, tengo bien ahorrado mi dinero para eso.
Maldición. Chuuya no había pensado en las cosas secundarias. Claro, a partir de que se mudaran a Tokyo, estarían viviendo juntos todos los días... ¿Podría existir algo más maravilloso que eso? Tendría la oportunidad de verle despertar, de verle recién duchado, de dormir con él todas las noches. De repente tenía muchísimas más ganas de que llegara ese momento.
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《El macarra de Yokohama》Soukoku
RomanceNakahara Chuuya es uno de los gamberros más conocidos de Yokohama. Lidera una pandilla con el objetivo de ser el más fuerte de la ciudad. Sin embargo, en el instituto conoce a un chico que le hace ver el mundo de otra manera. Su nombre es Dazai Osam...