Capítulo 16, parte II.

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Grace.-

Acaricié el cabello de Harry mientras sentía cómo dibujaba trazos imaginarios en mi vientre, apoyado en mi pecho con su oreja justo donde estaba mi corazón. Suspiré levemente, con la satisfacción y la tranquilidad llenando cada parte de mí, sin embargo Harry alzó su cabeza y me miró asustado.

– ¿Estoy aplastándote? –Preguntó en voz baja y sonreí.

–No, de hecho me gusta que estés ahí– respondí, sintiendo el rubor subir hasta mis mejillas.

Parecía que había vuelto a los primeros meses en los que salía con Harry, sonrojándome por lo más mínimo y pareciendo toda una adolescente inexperta, lo cual era irónico al saber que estaba casada con él hace cinco años, tenía una hija e íbamos ser padres nuevamente.

–Te ves linda– comentó Harry, rozando la punta de sus dedos en mi mejilla y acercando levemente su rostro al mío–, pareciera que puedo volver a ponerte nerviosa– agregó con una sonrisa casi traviesa y lasciva.

–Lo haces– confesé, llevando mi mano hasta su nuca–, siempre lo has hecho, Harry.

Cerré la distancia que nos separaba y uní mis labios a los suyos. Se sentía como siempre; dulce, excitante, suave y lo más importante, se sentía completamente correcto. Tiró de mi labio inferior y no pude evitar sonreír en medio del beso.

Los ojos de Harry brillaban con cariño cuando se separó y se detuvo a mirarme directamente a los ojos. Su mirada había recuperado aquel destello que tenía antes de que existieran todos los problemas- algunos aún sin resolver- entre nosotros, la sonrisa traviesa y casi infantil parecía no querer abandonar sus labios y mucho menos hacer desaparecer los hoyuelos que se formaban en sus mejillas cada vez que sonreía. Amaba sus hoyuelos.

Besé sus labios cortamente y Harry volvió a apoyar su cabeza en mi pecho, nuestras respiraciones siguiendo un ritmo constante y tranquilo.

–Tal vez deberíamos dormir– murmuró Harry, con su palma a un costado de mi vientre. Él simplemente parecía no querer dejar de tocarlo.

–Entonces tendrás que ayudarme a cambiarme– dije, jalando suavemente de su cabello. Me gustaba cómo estaba llevando su cabello, era perfecto y hacía cosquillas en mis mejillas cada vez que se inclinaba a besarme.

–Si quieres que te desnude, solo tienes que decirlo, cariño– rió, aún apoyado en mí.

–Si no estuviese tan cansada, tal vez aceptaría aquella invitación implícita– admití, esbozando una sonrisa.

Harry se incorporó en la cama y me guiñó un ojo antes de levantarse y llegar hasta mi lado. –Vamos a dormir entonces, Grace.

Tomé sus manos y me puse de pie frente a él. Su sonrisa se amplió cuando mi vientre rozó su cuerpo. Bajé la mirada, sintiendo esa molesta sensación de incomodidad, no me gustaba que me viera de esa forma, como si me deseara cuando en realidad parecía un balón.

– ¿Qué ocurre? –Preguntó Harry, tocando mi barbilla e invitándome a verle.

–Nada– respondí de inmediato.

Frunció su ceño y besó mi nariz antes de decir–: Eres una pésima mentirosa, ¿lo sabes cierto? –Entrelazó nuestros dedos con suavidad–. Dime qué ocurre, Grace.

Mordí mi labio con incomodidad y volví a bajar mi mirada. –Estoy gorda– murmuré cerrando mis ojos. Harry rió y me obligó a sentarme nuevamente en la cama.

–Estás loca– dijo, besando mi mejilla. Tomó el dobladillo de mi camiseta y comenzó a subirla.

Una vez que me quitó la camiseta, se arrodilló frente a mí, sus manos a cada lado de mis caderas. Sus ojos buscando los míos en todo momento.

Do you really wanna be alone? {Harry Styles}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora