Capítulo I

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Esa mañana logré impedir que Lucy se fuera a España y que se lleve a Catalina con ella.

Desde que la cargué luego de pensar que la perdí, siento que la vida me está dando una nueva oportunidad de hacer las cosas bien.

Sin embargo, no todo es alegría y felicidad.

Lucy estuvo feliz porque, según ella, recuperé la cordura. Eso no significó que todo estaría bien entre nosotros, pues la bofetada que me dio luego de unos minutos me hizo ver que la lastime mucho.

No solo eso, su hermano, el tal "Sting", me quitó a la niña para luego golpearme, esta vez sí sangré por la boca.

- Tú no tienes derecho a estar un centímetro cerca de ellas - Me agarró del cuello - Quiero que te vayas, que desaparezcas por donde viniste, y que nunca en tu vida vuelvas a cruzar palabras con mi hermana y sobrina.

- Esto es entre ella y yo - Dije sin miedo - Quiero hacerme cargo de mi hija, darle todo lo que se merece.

- ¿Y Lucy? ¿Dónde queda ella en tus planes?

- Yo solo sé que quiero cuidar de Catalina, ella es mi hija - Sting me soltó bruscamente - la que lleva mi sangre es ella, no Lucy.

- Estás mal si piensas que mi sobrina estará con un patán como tú.

- ¿Y tú quién te crees para decidir eso?

- Soy quien te romperá el hocico como vuelvas a buscar a mi hermana.

- Ya les dije que vengo por mi hija, ella es la que me importa - Hablé serio - No quiero quitársela, sería ridículo, yo solo quiero criar a Catalina.

- Pues no se va a poder.

- ¿Por qué?

- Si tú quieres en realidad a mi sobrina, deberás demostrarlo y hacerte cargo de mi hermana.

- ¡Ella me detesta!

- ¡Lo detesto, Sting! - gritó Lucy.

- Tú creíste ser un hombres al quitarle la inocencia y hacerle un hijo, y lo digo porque luego demostraste ser un desgraciado al pedirle que se largue para así seguir dándote la gran vida.  

- ¡Pero estoy aquí para corregir mis errores!

- ¡Te haces cargo de Lucy también o no dejaré que pongas tus manos sobre Catalina!

Yo hice crujir mis dientes, ese tipo se estaba ganando un buen pase al hospital.

- Son ambas o ninguna - Volvió a decir enojado - Después de todo, Catalina es muy pequeña y necesita que su madre la alimente cada dos o tres horas.

- Yo solo quiero ver a mi hija de vez en cuando.

- Pues te aviso que si no decides ahora mismo yo y mi familia, incluida ellas dos, nos iremos para siempre de este país.

- ¡No pueden hacer eso!

- ¡Lucy no tiene a nadie, ni siquiera un techo donde dormir aquí! ¡Toma una decisión rápido porque tenemos que tomar otro vuelo por tu culpa!

Si tuviera mi propia casa tal vez aceptaría, pero vivía con mis padres y ellos no sabían la locura que estaba cometiendo.

- ¡Ya esperé suficiente! ¡Nosotros nos vamos!

- ¡Está bien!

Lucy amplió los ojos sorprendida, no solo ella, sino la albina que estaba a su lado y su hermano.

- ¡Da igual porque Lucy no quiere quedarse contigo! - Ese tipo tomó a Heartfilia para llevársela, pero ella se soltó de golpe.

- ¡Sting, no seas así!

- ¡No te dejaré con él!

- Sting - Ella lo abrazó - Sé que te cuesta dejarme ir, pero yo no puedo ser egoísta con mi hija...

- Lucy, no te dejes engañar - Su hermano la separó - Este tipo dice eso ahora, pero te hará sufrir.

- Catalina necesita a su padre...

- Lucy...

- Sting - La mujer albina los interrumpió - Deja que ella tome sus propias decisiones, si algo sale mal nos lo dirá de inmediato, ¿No es así, Lucy?

- Sí - Asintió ella - Sting, no pongas esa cara.

- Él no me agrada...

- Te juro que si las cosas no salen como espero, te lo diré y ahora sí me iré contigo - Su hermano suspiró - ¿Si, Sting?

- ¿Estás segura de esto?

- Quiero intentarlo.

- Está bien, pero no olvides llamarme si te hace algo malo, si te llega a poner la mano encima no dudaré en matarlo.

- Estaré con Larcade.

- ¿Por qué dices eso?

- Porque ellos dos son parientes - El hermano de Lucy quedó asombrado - Larcade me cuidará, y yo también puedo defenderme sola.

- Bueno, sí ese chico del cual has hablado maravillas estará contigo, creo que si puedo aceptarlo.

- Sting - Lucy volvió a abrazarlo - Te amo, hermano...

- Y yo a ti...

Me acerqué a ellos y Lucy me miró enojada, supongo que seguía odiandome por todo lo que le hice.

- ¿Podemos irnos ya?

- ¿Por qué la prisa?

- Mis padres están en casa - Ella comprendió - No saben que estoy aquí, debo hablar con ellos cuanto antes.

- ¿Crees que me rechacen?

- Tú sabes que estás prohibida en mi casa - Sonreí divertido.

- No es gracioso.

- Mejor no perdamos tiempo - Ella asintió.

La vi despedirse de su hermano y cuñada, también de un pequeño que aquella albina cargaba. Salimos del Aeropuerto en silencio y pagué un taxi que nos lleve a la mansión.

Todo estaba bien en el camino hasta que recordé un detalle.

¡Olvidé la moto de Zeref!

- ¡Joder! - Grité en el taxi.

- ¡Imbécil, la acabas de asustar! - Lucy se enfadó conmigo y comenzó a mover a la niña en sus brazos - Ya hija, no llores.

Pensé en la reacción de mi hermano cuando se lo dijera, de seguro me haría picadillos. Maldije como nunca, Zeref se pondría como loco, aquella moto era prácticamente su amante. Yo se la robé y la dejé en medio de la nada como si fuera chatarra.

Solo me quedaba la opción de llamar a un criado de la mansión para que la fuera a recoger.

- ¿Qué pasa, pequeña? - Giré mi vista a Lucy, ella le hablaba a la niña - ¿Por qué estás enojada, hija?

Oí como Catalina soltó un quejido y sonreí, me acerqué a Lucy para verla mejor y me dio gracia aquella mueca que tenía, sin duda sus gestos eran iguales a los de su madre.

- Catalina - Ella me miró con aquella expresión - ¿Pero qué le has hecho para que se ponga así, Heartfilia?

- Estaba por dormirse cuando cierto animal gritó de la nada - Habló ella con enfado.

- ¿Te refieres a mi? - Me apunté.

- ¿Ves a otro animal por aquí?

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Continuará***

|| Cuando el Peligro está en Casa "II°T" || 《 Fairy_Tail [Fanfic] 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora