8. refrescante bienvenida.

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Mei tomo sus primeros auxilios. Su madre no tardaría en llegar y no debería de recibirla así. Fue al baño a buscar respuestas sobre lo que había pasado con manos temblorosas tomo un algodón y lo sumergió en poca agua oxigenada e inmediatamente lo coloco en su herida.

Tss...ouch.

Miro su reflejo en el gran espejo que habitaba en la pequeña habitación. A detalle miro que era una gran mordida; toda su ropa estaba ya llena de sangre. Y unas grandes bolsa colgando de sus ojos nacieron.

Recordó que la rubia antes de irse de la habitación. Se transformó en humana nuevamente con lágrimas en los ojos lamentándose de lo ocurrido, sin embargo, mei corrió a yuzu de la habitación como si fuese un perro cualquier de la calle.

Pov. Mei.
Hazme el favor de borrar todo lo ocurrido. Maldita rubia...¡Ni siquiera puedo odiarte después de esto! ¡Odio quererte! Sin importarte que me has lastimado, literalmente, te largas sin decirme nada más.

Agarro con fuerza el lavamanos de los lados, tensando sus manos. Y más lagrimal salio de sus ojos. Llevo sus manos a la cabeza entrelazando su cabello oscuro.

Mientras tanto con yuzu.

Ella veía todo que le daba vueltas. Agarro una chamarra roja y salió del departamento olvidando su celular y demás cosas que ella considera importante. Sentía un presión en su pecho como si la hubiesen golpeado con un bat de béisbol con una gran fuerza. Camino entre la gente perdiendo el sentido común.
Chocaba con la gente, vocireaban. Sus oídos se volvieron sordos.

Tenso todo su cuerpo al solo recordar la escena violenta que formo con su hermana.

Casi a las afueras se encontró con un otro bosque. – mencionando que ella vivía en uno –. Era estúpido perderse en el que estaba su hogar, fácilmente mei o sus padres la buscarían y la encontrarían. Así que pensó en perderse en ese que estaba a la vista de sus ojos.

El cielo estaba encapotado no hizo de esperarse la lluvia meona, mojando gran parte a yuzu a lo que se resguardo en un árbol muy grande. Merecía lo que estaba pasando con el clima. Se había enojado quizás con ella por lastimar así a mei.

Sus lágrimas y la lluvia se juntaban al caer al gran césped.

Se sentó en el verdoso. Coloco las palmas de sus manos en la frente mientras daba el grito al cielo. Definitivamente sería una noche muy difícil.

"Bestia bestia bestia bestia bestia bestia" esa palabra esa maldita palabra como desearía que no existiera y que no se lo dijera la persona que empezaba a tener sentimientos encontrados.

Pov. Mei
Han pasado unos cuantos días desde que yuzu no ha regresado. La verdad no me importaba pero  está pasando los límites. Mi madre junto a mi padre la han intentado localizarla pero no habido ni una huella. Por lo tanto, he mantenido a yuzu al pendiente de sus trabajos, el director ha entendido la situación (aunque tuve que mentirle y explicarle una situación inexistente)

Antes de ir a la academia busco su ropaje: taehyungnista. Muy lindo, no solía hacerlo pero le agradaba el estilo. Coloco un poco de maquillaje en zona herida, provocando un poco de ardor. No tenía mucha práctica en esto, miraba a escondidas unos cuantos videos de maquillaje.

Por los pasillos, caminaba una azabache cuya expresión no había ninguna, más que la imagen de la rubia, no dejaba de dar vueltas en su cabeza y miles de preguntas. Después de eso hubieran dialogado pero no era excusa para escapar así de la casa y más que mei estaba herida de su pierna, ahora ya estaba mejor y podía correr y demás.

Estaba tan centrada en sus pensamientos hasta que choco con alguien haciéndola tirar sus hojas de papeleo. Cuando vio de quién se trataba pudo sentir coraje, tristeza y alegría. Era esa maldita cabellera rubia ¡Esa cabellera rubia! ¡shit! Decía su mente a gritos.
Se levantó rápido sin antes levantar los papeles y ordenarlos nuevamente.

Okogi ¿que haces aquí? – murmuró indiferente.

–¿Acaso me vas a prohibir venir a estudiar?–  hablo sin mirarla, solo le daba la espalda. No quiera verla por el momento, su culpabilidad nuevamente vendría y la destrozaría.

A dirección del director, ahora.

Yuzu solo dejo salir un suspiro de su boca. Volteando encontrándose con mei hicieron contacto al instante. Seguirían unos segundos más pero mei se dió la vuelta y avanzo hacia el despacho del director, fue seguida por la ojiverde, durante el camino ninguna de las dos hablo ni dijo una sola palabra. Solo se escuchaban sus pasos unas cuantas voces de los alumnos que se encontraban en sus respectivas clases.
Había girado la perilla de la puerta para que yuzu entrara primero y después ella para cerrarla con el pie con cierta brusquedad, poniendo el seguro tirando los papeles al suelo.

La mayor solo volteó para ver qué sucedía ni siquiera pudo reaccionar ya que unos labios fríos chocaron con los suyos. Al principio estaba tan confundida con un pequeño shock, al pasar los minutos empezó a seguir el ritmo.

Mei besaba y mordia su labio inferior, yuzu empezaba a excitarse pero era demaciado tarde. Su lengua de mei empezó hacerse presente en la boca de yuzu. Dando a entender, ella accedió ahora sus lenguas jugaban pero por desgracia la falta de aire se hizo presente hasta que se separaron dejando un hilo de saliva.

Mei empujó a yuzu hacia el escritorio haciéndola sentarse en este, se sentó en su vientre sin dejarla de besar. Movía sus caderas hacia delante y atrás los gemidos se hacían presentes pues yuzu estaba en un punto de quitarle la ropa de mei de un solo movimiento
En la intimidad de mei pudo sentirse un bulto grande la hizo sonreír por fin la haría suya de una vez por todas.

Teóricamente, ya la había hecho suya.

Los pasos del director se escucharon cerca de la puerta, intentando abrir la puerta. 

Tuya || 𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora