¿Me Recuerdas? | Jack Frost | Temporada 4

Capitulo 42.

Narrador.

Había pasado tiempo cuando Drew Black había partido al mundo real a esparcir sus pesadillas, cada vez los niños estaban dejando de creer alrededor del mundo y los guardianes no podían hacer nada, por el momento, solo quejarse, golpear muros, tratando de hallar una solución pero todo era inútil. En otra sala llena de celdas estaban los que recién habían llegado, Jamie, Sofí y Rubí estaban en diferentes celdas separadas.

Jamie: Rubí, basta – dijo el chico cuando miró a la más pequeña golpear los barrotes una y otra vez – Vas a lastimarte –

Rubí: ¡Los sueños están en peligro! Debemos hacer algo ¿Qué acaso se rendirán? – respondió sin siquiera mirarlo – ¡Debemos salir! –

Y donde estaban los guardianes escuchaban los gritos de la niña desesperada por salir, sus padres estaban tratando de ver algo pero no lo lograban, Jack estaba en un rincón en el suelo donde no podían verlos los demás, él estaba perdido en sus pensamientos y solo quería creer que su chica estaba sana y salva en algún lugar, pensar en todo menos en que ella... se había ido.

Hiccup: ¿Jack? ¿Estás bien? – preguntó su amigo

Rapunzel: ¿Crees que...? –

Merida: No, no puede ser posible. No le creo nada a ese idiota –

Jack: Jamie estaba con ella, debía protegerla ¡Y la dejó sola! ¡Si no era yo, era él pero parece ser que no puede hacer ni una sola cosa bien! –

Guardaron silencio, inclusive los niños en la otra zona, Jamie había escuchado y bajó la mirada apenado por aquello.

Jamie: Lo siento, Jack – susurró – Fue mi culpa –

Sofí: No es verdad, Jamie... nada fue tu culpa, n-nos dejamos llevar por la oscuridad y confío en que _______ está en alguna parte –

Rubí: No debes dejar tus sueños, Jamie... saldremos de aquí –

El chico sonrió viendo apenas a su hermana y a la pequeña desde lo lejos, después miró los muros de la celda donde estaba y había una pequeña ventana en lo alto con tres barrotes cubriendo y dejando pasar el frío, tras las rejillas podía ver el cielo gris pero un destello de luz dio hacia él como si algo detrás de esas nubes oscuras algo se ocultara.

Narra ________.

Seguía en la cabaña, daba vueltas por la pequeña sala tratando de pensar que es lo que haría después de que esta vez estaba sola y podía correr cualquier riesgo, el canto de sirena había desaparecido una vez que la escuché y ya estaba oscuro afuera la única luz era aún la llama que estaba en la chimenea que estaba a nada de extinguirse. Después de mi caída al lago demasiados fragmentos de momentos que pasé empezaron andar por mi cabeza, desde ese momento trataba de recordar, trataba de juntar las piezas que tanto buscaba y ver el resultado final.

__: Piensa, ________... ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? ¿Cuál es tu propósito? – me repetía a cada segundo – Hombre de la Luna dijo que con el tiempo lo sabría y... - me detuve una vez cuando me di cuenta – ¿Hombre de la Luna? –

Aquel nombre parecía conocer, salí de la cabaña y miré al cielo completamente estrellado y a la gran Luna viendo hacia mí, sentía su presencia conmigo, acompañándome a mitad de la oscuridad, no sentía miedo en lo absoluto. Estaba rodeada de paz, de tranquilidad y magia.

― Llegó la hora, ________. No hay más tiempo –

Escuché claramente a mi lado. La Luna me había respondido. Justo cuando iba a responderle el canto de la sirena me interrumpió y cuando bajé la mirada me pareció ver una silueta entre los arboles frente a mí, cerca del lago... me armé de valor y comencé a ir hacia donde parecía haber alguien o algo mientras la luz de la Luna me guiaba.

A mitad del camino, el destello azul de esa noche en el castillo apareció frente a mí dejándome verla claramente, solo era un punto de luz soltando destellos y esta lo que hizo fue dar una vuelta a mi alrededor hasta volver a quedar de frente.

__: ¿Quién eres? – pregunté pero no recibí respuesta, en cambio el canto de la sirena siguió a lo lejos y la silueta volvió a aparecer pareciendo como si se asomara entre los arboles – ¡Muéstrate! –

― Sígueme –

Un susurro apareció y no la pensé.

El bosque parecía estar haciéndose más pequeño, los arboles parecían juntarse tanto que me dificultaba pasar entre ellos y sus ramas estaban tan abajo que mi rostro rozaba con estos, me cubrí como pude sin dejar de avanzar pero una corriente atravesó por mi pecho haciéndome suspirar y mirar a mi alrededor donde no había nada más que... muros de hielo.

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Es corto pero el siguiente cap será muy, muy especial.

Espero les guste uwu