Después del accidente...

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me encontraba sentado otra vez en aquella habitación. Día tras día había ido allí y ya me conocía todos los detalles de la sala. Siempre la misma puerta por la que entraba, la misma silla plástica dónde me sentaba, el mismo techo, las mismas losetas blancas brillantes, las mismas paredes lisas... y siempre ese  color blanco que abundaba donde quiera que mirase. No se escuchaba nada más que un pitido cada cuántos segundos de pi...pi...pi..., un corazón latiendo. Era un lugar sin entretenimiento, aburrido, triste y callado. Sí, estaba en un hospital. Os preguntaréis que pintaba yo allí. Bien, pues, visitaba diariamente a alguien. A una chica de cabello rubio claro y ojos azul cielo, los cuales no se veían porque los tenía cerrados. Estaba tendidal sobre una camilla de sábanas blancas como una muñeca de porcelana. Su piel estaba pálida y aún se notaban quemaduras en algunas zonas. Sus labios estaban medianamente estallado y apenas se oía su respiración. Como ya sabréis, estoy hablando de Zoe. Sus dedos estaban conectados a máquinas al igual que salían cables de su pecho y de su barriga. De vez en cuando le ponían en el rostro una máscara de aire, que la ayudaba a respirar. Realmente era horrible verla allí en esa situación. Parecía una muerta a la que, conectándola con cables a máquinas, esperaban revivir.

Me acerco cuidadosamente a su cama y la observo. Le paso la mano dulcemente  por el rostro a modo de caricia. Inconscientemente sollozo otra vez recordando lo ocurrido.

Después del incendio nos llevaron a todos al hospital. Los bomberos se encargaron de apagarlo del todo 2 horas después. Afortunadamente todos estábamos bien, bueno, todos los que habíamos sobrevivido. Cuando llegamos al hospital comprobaron que no teníamos nada grave y seguidamente nos repartieron a cada uno por habitaciones. Nos hicieron numerosas pruebas y preguntas, hasta dejarnos descansar. ninguno estaba tranquilo después de lo sucedido. Nos colocaron a todos juntos en una habitación con camas para que durmiésemos.

Claudia estaba pálida cuando la trajeron. Se había puesto nerviosa por Zoe incluso le había llegado a dar un ataque de ansiedad. De hecho, esa noche no durmió nada. ninguno podía pegar ojo. todos empezamos a recordar o a distraernos. A Claudia casi le da otro ataque de ansiedad, pero la calmamos entre todos. Se quedó sollozando mientras apretaba su almohada. Liam había venido dormir con nosotros al hospital y se acostó pronto con su novia abrazarla y tranquilizarla. Valentina se había agotado y tras unas medicinas con efectos secundarios de cansancio, se quedó dormida. Damián también sollozaba por la pérdida de su mejor amigo Nick y de Saúl, y compartía breves conversaciones con Bruno, el cual también estaba triste. Era la peor forma de empezar la época de Navidad.

yo no hablé con nadie ningún momento. Mi cabeza por la noche solo recordaba lo ocurrido, mis ojos veían la falta de mis dos amigos y de unos asesinos, y por el día pensaba en Zoe, la cual después del incendio se queda inconsciente y le llevaron al hospital. Pasaron los días y todos fuimos mejorando poco a poco, el sufrimiento iba pasando. Pero Bruno y los demás empezaban a preocuparse por mí. Yo no decía ni soltaba palabra y apenas me levantaba de la cama si no era para preguntar por Zoe a algún médico. Y cuando me dijeron que había caído en coma, la cosa no mejoró. esa noche había estado llorando.  Me había dado igual que mis amigos me estuviesen observando.

Con el paso de una semana durmiendo allí a falta de un hogar, nos presentaron uno nuevo. Tardarían en restaurar este que se había quemado y ,de todas formas, ninguno de nosotros quería volver al lugar de los acontecimientos para revivirlos en el recuerdo. Así que nos alegró tener otro nuevo lugar para vivir y estudiar. Este era mucho más grande que el anterior y más bonito. Tenía unos jardines realmente bellos y un instituto fantástico y cómodo. Las habitaciones eran acogedoras y calentitas para el invierno. Estaba 10 minutos de una playa, cosa que para el verano venía genial, pero también a 20 minutos de un monte y una montaña para practicar ski, de modo que el invierno también se pasaría bien. Firmamos y rellenamos los papeles y pronto nos instalamos.

De Plasta , A Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora