¡TERMINADA!"TEMIDO" |Zayn & Tú|.

Capítulo 30.

—1889 elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña, como veían que resistía fuero a llamar otro elefante—Escuche el cantar de Lara, claramente no estaba en sus 5 sentidos. ¿Quién canta una canción para niños a las 5 de la madrugada sin que haya niños en la casa?, solo ella— 1890 elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña…— Comenzó a reír fuertemente. Diablos Lara, ya cállate.

Baje rápidamente las escaleras limpiando rápido mis lágrimas.

—Lara... sh… mírame… sh— Chiste, esta me miro confundida.

— ¿Qué?

— ¿Qué diablo haces? Vete a dormir, Lara.

— No quiero— Balbuceo.

—Vamos—Tome su brazo.

— ¿Iremos a Narnia?

— ¿Qué? No. A Narnia vas a ir con la patada que te daré.

—Que agresiva—Toco mi nariz.

—Deja de tocarme.

—Liam me toco así.

— ¿Qué te toco Liam?

—Cosas de grandes, no te diré—Canturreo 

—No quiero consecuencias dentro de 9 meses Lara Hilton.

—Amo nuestro apellido, es sexi—Dijo cayendo en su cama al llegar a su alcoba.

—Ya duérmete—La arrope.

—Hasta mañana hermanita—Sonrió cerrando sus ojos.

—Hasta mañana—Susurre saliendo de la habitación.

***

El domingo pasó rápido, pase todo el día encerrada y no le abrí si quiera a Ian.

Mi Almohada, testigo de ahora mis lágrimas, miles y miles de lágrimas. ¿Por qué lloraba siquiera? Si Zayn quería ocultarme cosas que lo hiciera, total ya no éramos nada.

Un dolor recorrió todo mi cuerpo haciendo que flaquee aun estando acostada. 

Mi padre ya ni demostraba su cariño por sus hijos. Estefany quería vivir aquí y papá no se negó. Lara, Lara es mi único apoyo, al igual que Vero. Zayn, Zayn, Zayn, cuanto te odio Zayn.

Sueno tan dramática, sé que es una completa estupidez todo lo que pasa y personas tienen peores problemas a los que yo.

Pero, pensé que una relación, por más que duro solo un maldito día, tenía que haber confianza. Y Zayn no había confiado en mí.

#Zayn

—Fátima deja de fastidiar.

Fáti, esta niña. Es pesada, le he dicho que pare de saltar en la maldita cama para que me deje dormir, pero al contrario. Más salta.

— ¿Y princesa?

—Murió.

—Las princesas no mueren—Dejo de saltar. Gracias a dios.

—Si lo hacen, esta ha muerto.

—No—Una lagrima salió de sus ojos. Diablos.

—Fátima, lo lamento. —Soné brusco.

—Yo quiero a princesa.

—Pero princesa no quiere a príncipe.

—¿Por qué?

–Porque príncipe cometió un error.

—Y el hermano de princesa también se enojó— ¿Por qué mi hermana preguntaba por Ian? Diablos, me puse celoso.

—No.

Me levante rápido y me metí en el baño. Lave rápido mis dientes y mi cara.

Al salir Fátima ya no estaba.

Saque rápido de mi cajón el paquete a cilindrado blanco y me dirijo al pequeño balcón de mi habitación. Era pobre, pero tampoco tanto.

Tomo el encendedor y prendo el pucho. Lo dirijo a mis labios lentamente y aspiro.

Mis músculos se relajan al sentir la magnífica marihuana en mí.