#6 Hale

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Isaac tenía un aspecto horrible. Su pelo estaba mucho más desordenado que de costumbre y respiraba agitádamente, como si viniera llegando de una maratón. Recordé la vez en que Scott y yo nos apuntamos para la Maratón Anual de Beacon Hills, en los tiempos que creíamos que nuestro destino era ser deportistas. Al final no logramos ni un kilómetro sin pedir más agua.

—¿Qué quieres? —nunca había visto a Allison desmoronarse. Su voz no estaba firme como de costumbre y sus ojos parecian un vidrio que estaba apunto de quebrarse. No se atrevió a mirar a Isaac a los ojos.

El chico de los ojos azules trató de acercarse a ella, pero el fuerte brazo de Scott lo detuvo.

—Creo que Allison te hizo una pregunta —le dijo a Isaac.

Sin darme cuenta, Lydia se había acercado a mi y me tomó del brazo.

—Esto no va a terminar bien —me susurró.

—¿Qué pasó? ¿Están peleados o algo así?

—Peor.

Allison miró a Scott con cara de súplica, pero éste la ignoró. Seguía agarrando a Isaac, dejándolo inmóvil.

—Scott, suéltalo, me puedo cuidar yo sola —suplicó Allison.

Scott sonrió.

—Eso ya lo sé, Allison. Lo detuve por el bien de él —Scott soltó a Isaac y lo empujó para que entrara. Cerró la puerta con cuidado y se apoyó en ella —Se de lo que eres capaz.

—¿Cómo sabes de lo que es capaz Allison? —preguntó Isaac,  exasperado.

Scott me miró en busca de ayuda. Siempre eramos victimas de momentos incómodos, y nuestras miradas fueron la salvación.

—Todavía no entiendo qué haces aquí, Pequitas —dije tratando de llamar la atención.

Lydia me miró, levantando una ceja. Apenas pude reprimir una sonrisa.

—Él no tiene pecas, Idiota.

—¿Entonces por qué tiene esos pequeños puntitos en su cara? ¿Eh?

Lydia rodó los ojos y yo le sonreí. Allison nos fulminaba con la mirada mientras Scott tenía sus ojos fijos en Isaac, como si en cualquier momento fuera a escapar o algo así.

—No estamos aquí para hablar sobre mis supuestas "pecas", tortolitos. Tengo algo importante que decirles —hizo una pausa como para que todos analizaramos lo que estaba ocurriendo. Scott se acercó y todos alrededor de la mesa estabamos muriendo por saber que había descubierto Isaac—. Hoy en la mañana encontré otro cuerpo.

Allison miró a Scott e hizo una mueca. Lydia abrió los ojos como platos y se mordió el labio con fuerza. La miré fijamente, tratando de leer su expresión.

—¿Otro cuerpo? —logró decir Allison.

Isaac asintió.

—Si, otro. Lo que es extraño, ya que se encontraba en la residencia de la Manada Hale.

Lydia se pasó la mano por la cara y me daba la impresión de que había comenzado a llorar.

—Pelirroja, ¿Está todo bien?

—No. Hoy en la mañana pude sentir...

—¿Sentir qué?

—Pude sentir un asesinato. Pude sentir el momento exacto en que ese cuerpo dejó la vida. Y no le tomé importancia. Dios, si solamente les hubiera contado...

—Lydia, está bien. Tarde o temprano, nos enterariamos de todos modos. Solo que nadie pensaba que sería él quien nos ayudaría —dijo Allison, mirando a Isaac casi sin pestañear.

Hilo Rojo Del Destino {#1} || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora