Hilo Rojo Del Destino {#1} || Stydia

#20 Fin del Juego

"Alto" dijo el encargado de seguridad cuando ya estábamos a dos pasos de salir del lugar. "Las personas que entran y salen del recinto deben estar previamente..."

Su voz era cordial, sincera, solo estaba tratando de hacer su trabajo. Pero no había tiempo, así que le di una patada en la rodilla para derribarlo rápidamente y poder salir.

"Deprisa" le dije a Stiles mientras dejábamos atrás al encargado de seguridad que se quejaba en el piso, dispuesto a seguirnos. Le hice unas cuantas señas a Stiles para que apurada el paso, pero era tan torpe con sus pies que si se tropezara con una hormiga, no me sorprendería.

"No sabía que eras tan violenta" mencionó mientras bajábamos los escalones de la salida de Eichen.

"No lo soy" le respondí. Tomé la puerta principal, dispuesta a abrirla y con ello dejar el lugar, pero esta no respondía. Luego de intentar un par de veces más, empecé a perder la calma, y la empecé a agitar con vehemencia.

"Calma, Pelirroja" susurró Stiles mientras me tomaba las manos. "Eres bastante violenta"

Lo miré a los ojos. A pesar de todo, estaba tranquilo. 

"No lo soy" repetí esta vez en un susurro. Sus manos estaban frías pero me emanaban calor. Sus ojos eran cristales que ardían y estaban dispuestos a quemar los míos.

 Pero no había tiempo.

Stiles soltó mis manos con cuidado y le dió un empujoncito a la puerta. Esta se abrió, haciendo un molesto ruido. 

"Al parecer, las puertas te quieren más a ti" le dije mientras salíamos de Eichen. Era de noche y hacia un poco de calor, algo raro para Noviembre, pero ninguno de los dos se quejó.

"Es imposible que alguien me prefiera antes que a Lydia Martin" respondió mientras posaba sus manos en los bolsillos de sus jeans desgastados. "Solo tuve suerte"

Estaba tan oscuro que deducí que Stiles no notó mi sonrojó, pero definitivamente si sintió el golpe que le propiné en su brazo. "Basta de la baja autoestima" le dije a continuación.

"No es baja autoestima" Stiles rió, lo que me hizo reír también. Acabábamos de escapar de un maligno demonio japones y un guardia de seguridad probablemente nos estuviera buscando, pero Stiles quería discutir sobre su autoestima. Estaría mintiendo si dijera que no lo había extrañado. 

 "Entonces, ¿Qué es?" pregunté mientras doblábamos en una esquina, donde pude divisar el jeep azul de Stiles. 

"Es la verdad" noté que sus dedos jugaban con una pequeña pulsera morada que llevaba puesta en mano izquierda. Era muy bonita, y a la vez, simple. Nunca se la había visto puesta antes. "Eres linda, inteligente, divertida, demonios...eres perfecta" soltó una sonrisa. Lo miré y no puede articular ninguna palabra. ¿Por qué me decía todas esas cosas en momentos tan inadecuados? "No me extraña que ese oficial de policía con el que tanto hablas no se te haya declarado aún" 

Ahora si que estaba extrañada. ¿Estaba celoso? No lo creo, pero por la forma en que lo dijo, hasta la persona menos experimentada diría que lo estaba. ¿Celoso del policía? Solo hablábamos de vez en cuando, yo lo ayudaba a investigar si él era una criatura sobrenatural y él me cubría cuando me saltaba clases. No, no podía negar que era atractivo y con un buen sentido del humor, pero al fin y al cabo soy una estudiante y él es un policía. Aunque quisiéramos, no sería correcto. 

En cambio Stiles...

Estaba a punto de decirle que entre Jordan Parrish y yo nunca habría nada, hasta que sentí una áspera mano tomar mi hombro y lanzarme lejos, dejándome a unos metros de distancia de Stiles.