#11 Vacio

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Segunda Parte: Lydia

Cuando Stiles cayó al piso, el mundo se derrumbó.

No estaba completamente segura de como me sentía acerca del chico. Sus ojos me acompañaban todas las noches y eso no me molestaba en absoluto, el problema es como él podía cambiar drásticamente mis sentimientos en tan pocos días. Desde que Jackson se había marchado, no había sido capaz de entregarle mi corazón a nadie más, ni chico ni chica, aunque distracciones tuve de ambas. Pero Stiles, ese idiota era diferente.

-¡Stiles! -grité y me fui corriendo inmediatamente hacia él. Los Onis se acercaban a un paso rápido pero Derek y Scott trataron de detenerlos. Allison sacó una de sus navajas de su bota y Kira se conformó con una bara que se encontraba detrás del viejo armario de la habitación.

Le toqué ambas mejillas a Stiles, y noté que estaban increiblemente frías. Un extraño sentimiento creció dentro de mi. Miré sus manos, luego su cuello y finalmente su frente. Todo su ser estaba pálido.

-Es como... -susurré para mi misma- es como si algo estuviera quitándole su color. Como si le estuviera quitando su humanidad.

Me giré, y vi como mis amigos peleaban contra solo tres Onis. ¿Donde estaba el otro restante?

Me puse de pie, dispuesta a ayudarlos a pelear, cuando noté que Isaac no se encontraba en la sala. ¿Cómo y cuando se fue?

No había tiempo para pensar y me reprimí por eso. Saqué una navaja que había escondido bajo mi falda y traté de acercarme a Allison, para pelear codo a codo como muchas veces habíamos hecho, pero el cuarto Oni me detuvo. Me giré asustada, dispuesta a utilizar mis poderes si era necesario, pero este no hizo nada. A su lado, de pie, se encontraba Stile sano y salvo, pero increiblemente pálido y con oscuras ojeras.

-¿Stiles? -pregunté y mi voz se quebró al notar como los cuatro Onis se agrupaban alrededor de él y desaparecían con el viento inexistente allí bajo el sótano.

-Stiles -repetí, pero esta vez con lágrimas en los ojos. Un ardor subió hasta mis dedos, específicamente el meñique izquierdo, lo que lo dejó inmóvil. Me lo tomé con cuidado con la otra mano, justamente como la había hecho el día de la Enfermería, el día en que conocí a Stiles.

-Lyds... -Allison se acercó con cuidado y me miró a los ojos-. Tu dedo... ¿Te duele?

Sabía que Allison recordaba el día de la Enfermería. Estabamos las dos, juntas en clase de Química Avanzada tratando de mezclar aquellos líquidos hasta que sin quererlo un tubo de ensayo cayó desde mi mano al piso. Mi dedo me dolía, igual que hoy, pero ese dolor era mucho más soportable. Allison se preocupó de inmediato y me dijo si quería ir a la Enfermería. Le respondí que no, que no era necesario, pero ella me lo preguntó nuevamente. Decidí ir para dejarla tranquila. Y fue ahí cuando vi a Stiles.

-Bastante -respondí con un hilo de voz-. ¿Qué...qué le pasó a Stiles?

Derek se acercó y puso su chaqueta de cuero por sobre mis hombros, cosa que le agradecí con una sonrisa.

-No lo sé, pero estoy bastante seguro de que Kira y su familia si -dijo él.

Kira, que estaba parada en la entrada del sótano, asintió con una seguridad que nunca había visto en la chica antes.

-Lydia, será mejor que te llevemos donde Deaton por la cosa de tu dedo. Seguro él tendrá respuestas -manifestó Derek-. Y sería bueno también llevar a tu amigo, Allison, ¿cómo se llamaba? ¿Ramón?

-Scott -respondió Allison cortante. Me giré con cuidado para ver a Scott, que estaba helado en una esquina sin decir palabra alguna. Lucía perdido, desorientado, y sus ojos oscuros estaban...vacíos.

Hilo Rojo Del Destino {#1} || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora