El Perfeccionista [Park Jimin]

♠•Capitulo 16•♠

Y cuando todo empieza a ir mal...simplemente sonríe. Sonreír no cuesta nada y si no tienes una sonrisa, entonces te regalo la mía.

—¿Qué tan mal se puso papá? —preocupada bajó del taxi y continuó caminando hacia su casa.
Le había tomado por sorpresa aquella noticia mala, aunque no tanto porque ya tenía conocimiento respecto a la salud de su padre.

—El doctor dijo que Antonio...tenía cáncer en la próstata. Al parecer el cáncer es una enfermedad hereditaria que se ha venido presentando en la familia de tu padre, según tengo entendido tu abuela murió joven debido a ello, así que él también lo adquirió siendo su hijo y ahora igual lo tiene Alan, tu hermano —se escuchó sollozos reprimidos de parte de la señora. —Ambos están muy mal...ya no se que hacer

—Mamá...quisiera estar contigo para apoyarte, me duele que estén atravesando por esto —la morena inevitablemente soltó en llanto. No sabía que hacer ni que decir, en ese instante se encontraba tan desorientada. ¿Por qué les estaba pasando esto a ellos?

La familia es lo más sagrado que una persona puede tener, es tu refugio cuando todo sale bien o la base que te impulsa alcanzar tus sueños. La familia es lo que te motiva y te brinda seguridad cuando sientes que toda va a salir mal y ellos te dicen  intentalo de nuevo, lo lograrás. Siempre estarán ahí listos para atraparte cuando te caigas, para iluminarte cuando todo esté oscuro, preparados para defenderte cuando ya no tengas fuerzas y lo más importante, siempre estarán para darte amor cuando tu corazón se sienta lastimado. Puede que haya conflictos, si, pero cuando los lazos de cariño son fuertes al final del día se dajará el orgullo a un lado y juntos superarán los obstáculos como una familia.
Es horrible saber que tus seres queridos están sufriendo, sobretodo por una enfermedad tan letal como lo es el cáncer, el cual es la causa de millones de muertes alrededor del mundo.

—Hija, he visto como tú papá se ha estado deteriorando rápidamente. Todo el tiempo está triste, decaído; casi no tiene apetito y a menudo lo escucho llorar en donde nadie pueda verlo. A veces se reprocha así mismo el hecho de dejarte que nos mandes dinero y que él no pueda trabajar, se siente inútil. —dijo su mamá, e intentó inútilmente suprimir varios sollozos. La señora no quería darle más preocupaciones a su hija, solo quería desahogarse con alguien y la única que podría comprenderla era la castaña quien estaba a ciento de miles de kilómetros, sola y sufriendo mucho.

—Pero sabes que lo hago porque los amo y quiero ayudarlos. Ustedes me lo dieron todo, por lo que ahora me corresponde a mi —la morena le respondió tristemente —Mi papá debe comprender que solo quiero ayudarlos, no es un inútil y no quiero que tan siquiera lo piense.

—Entiendelo...él cree que somos una carga para ti y yo también pienso lo mismo, apenas comienzas a emprender vuelo y mira con todo lo que tienes que lidiar, por eso buscaré un empleo y sustentaré a la familia. Además, Alan también ha empeorado...perdió toda su melena castaña, está más flaquito que antes y le da tanta vergüenza su aspecto que ya no quiere ir a la secundaria. Mi niño está entrando en depresión... tengo miedo de que empeore.

La castaña no pudo reprimir por más tiempo el llanto que tenía atorado en la garganta y dejó que todo saliera. Su hermanito, su pequeño hermano de 13 años, el travieso y sonriente que recordaba se estaba desmoronando rápidamente por aquella horrible enfermedad ¿Qué podía hacer para evitarlo? Ahora ni siquiera tenía un empleo, solo estaba Park, quien le pagaba por sus “servicios” y eso no la hacía sentirse orgullosa, pero el dinero que recibía ayudaba mucho a su familia.