♠•Capitulo 18•♠

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Un buen manipulador sabe perfectamente como persuadir a una persona ilusa y que esta caiga en su juego las veces que se le antoje, aunque todo lo que diga o haga sea inverosímil ¿Pero qué hacer cuando esas personas no son ilusos como aparentan y deciden seguir el juego por voluntad propia?

La noche había caigo en Seul, el invierno de diciembre rápidamente comenzaba a notarse por la caída masiva de nieve y el frío abrazador que te helaba cada vertebra de el cuerpo. Las personas se encierran lo más pronto posible en sus hogares junto a sus familiares para disfrutar un chocolate caliente y una buena charla entre ellos. Poco a poco las calles se fueron quedando vacías, solo la de unas almas solitarias vagaban ahí sin algún rumbo fijo. 

La triste canción de Hello se escuchaba en uno de los departamentos cercanos a donde se encontraba una pareja descansando después de haber hecho el amor con sublime entrega.
Aquella melodía despertó a Jimin, se sentó en la cama, desviando su mirada a un costado para cerciorarse que su morena permanecía dormida.
Ella totalmente desnuda bajo una delgada sabana blanca aun mantenía con sus ojos cerrados y sumergida en un sueño pesado, ni siquiera sentía el frío que empezaba arraigarse de la habitación.
El castaño se dio un tiempo para detallar las facciones del perfilado rostro de la chica e inevitablemente pudo contener el deseo de acariciar su suave mejilla y delinear sus labios con el dedo pulgar.  

¿Aun continuo amando a Ji Eun?

¿Realmente la amaba?

Esas preguntas mentales abrumaron al joven coreano, pues después de todo esto comenzaba a dudar de lo que en verdad quería y de por lo que vale la pena luchar. Su mundo se había desestabilizado a causa de IU y no en el buen sentido. Las cosas se habían complicado más, su carrera se encontraba en peligro y  Ji Eun estaba involucrada, eso era algo flagrante. Quizá a pesar de todo existía un sentimiento romántico de parte de él pero se aseguraría de eliminarlo antes de iniciar con su venganza, porque sí, Jimin no se quedaría de brazos cruzados a llorar por alguien quien no lo amó. Le haría pagar a la pelinegro por no haberlo querido y por mentirle tan descaradamente.

Dio un ligero beso en la comisura labial de su chica porque efectivamente, era suya y muy difícilmente la soltaría. Esta morena le parecía especial, se había dado cuenta de lo soñadora que era, lo protectora que es con su familia, la poca ambición que muestra hacia el dinero, lo determinada y perspicaz que caracterizaba su carácter pero también lo temerosa e inocente que es. Tal y como era él cuando inicio su carrera pero que desapareció tras el mar de críticas, desprecios e insultos que sufrió.

Sonrió al recordar que incluso aunque no lo mereciera, TN trató de defenderlo ante las amenazas de la pelinegro, ella había le había tenido compasión aun monstruo. Bueno, así se veía él.
Descendió un poco su rostro para seguidamente depositar un cálido beso en el cuello de la morena.
Descubrió su cuerpo de las sabanas y salió de la cama, dirigiéndose hacia la ventana para apreciar como la nieve caía en la ciudad. Un pequeño sonido telefónico llamó su atención, revisó su móvil pero no era ese el que había sonado por los que dedujo que se trataba en del celular de su chica, sin problemas lo tomó y revisó la bandeja de entrada. Se trataba de un mensaje proveniente de la mamá de TN y accedió a el. En un principio no entendió ninguna palabra de aquel texto por lo que buscó la opción de traducir, no quería invadir la privacidad de la castaña, solo tenía mucha curiosidad sobre de lo que hablaba con su mamá. ¿Hablará de él con la mujer morena que aparecía en la foto? Aquella señora al igual que Alan, compartían muchos rasgos parecidos con su chica y eso le hizo sonreír.

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Hola hija ¿Cómo te encuentras? Espero que bien. Verás, te quiero decir que presté dinero en un banco, para ello me vi obligada a hipotecar el terreno de la casa y pues con eso pagaré el tratamiento de tu padre, sin embargo no es suficiente para pagar también el de tu hermano. Me duele decirte esto porque se supone que nosotros los padres somos los que tenemos que ayudar a los hijos y no al revés pero enserio requiero de tu ayuda, TN. Ya no se que más hacer, lamento mortificarte y darte tantas molestias...sabes que te amo, hija mía.
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Jimin se sintió melancólico al terminar de leerlo, pues el mensaje no era muy agradable en sí, es decir, aquello expresado en el pequeño texto era muy trágico a su parecer. Jamás imaginó que la familia de la morena atravesara por una situación como esta porque si bien era cierto, él creía que ellos tal vez solo sufrían económicamente y que eran como cualquier otra familia común de latinoamericana, que llevaban su vida tranquila y humilde.
Esto no era como pensaba, sin embargo podría ayudarlos de alguna manera aunque primero hablaría con la morena, la cual seguía dormida.

A media noche la castaña por fin despertó y al no ver a Jimin a su lado supuso que ya se había marchado del departamento. El frío caló en sus huesos, esto la llevó a vestirse con un gran playera de algodón y unos pans enormes pero que brindaban un buen confort. Salió de la habitación dirigiéndose directamente a la cocina por un baso de agua, al llegar a ella dio un salto de susto cuando sintió que era sujetada por la cintura, luego de darse cuenta que se trataba del castaño se tranquilizó.

—Estaba segura de que ya te habías ido, Park —aun dándole la espalda se sirvió un vaso con agua y bebió de este con mucha tranquilidad.

—No lo hice porque antes de eso, necesito hablar contigo de algo muy serio —la hizo girar su cuerpo para encararlo.

Ambos se miraron, ella se recargó sobre el tablón de la mesa y el castaño deslizó sus traviesas manos por la cintura de la chica para pegarse aun más a ella.

—¿De qué se trata?

El joven analizó unos instantes las palabras que saldrían de su boca con el objetivo de que no sonará tan rígido —Me he enterado de que tu familia está atravesando por una situación crítica.

La incomodidad y el nerviosismo comenzó hacer presencia en la  morena, el chico lo notó al verla desviar la mirada al suelo.
—No se a lo que te refieres...

—No trates de negarlo y hacerte la fuerte ante mi, TN. Sabes perfectamente a lo que me estoy refiriendo —dijo él ante la negación de de ella.

—Esta bien, es cierto, pero ¿Eso que tiene que ver contigo? Es algo que no te concierne en lo absoluto porque no es tu familia, es la mía —se señaló así misma.

—Te equivocas, por supuesto que me importa y mucho. Precisamente porque se trata de tu familia —tomó su quijada.

—Si no recuerdo mal, cuando me secuestraste, me amenazaste con dañar a mi familia y a mi, así que no me vengas ahora con que te interesa porque no te creo nada —alzó las cejas e intentó apartarse pero el castaño no se lo permitió de ninguna manera.

—Quiero ayudarte de verdad —ella lo miró con los ojos cristalizados, pues su familia no era un juego y no quería que Jimin se aprovechara de la situación y le tomara el pelo —Dejame hacerlo...

Ella lo meditó durante unos minutos y aunque le hubiese encantado decirle que no, esto no era un juego y si el podía en realidad ayudarla no le quedaba más remedio que aceptar.
—Esta bien ¿Qué quieres a cambio de tu ayuda?

—Sencillo, solo debes quedarte conmigo hasta que yo lo desee, siempre siendome fiel y acatando mis ordenes sin contradicciones —la tomó desprevenida y besó con pasión sus labios, pasó la lengua por la comisura de sus labios para luego adentrarla en la boca de la morena. Ella lo recibió con gusto, correspondiendo enseguida a su feroz gesto. Sus lenguas calientes y mojadas se acariciaron entre sí, proporcionadoles a ambos un leve cosquilleo en el estomago.
Jimin la subió a la encimera, metiéndose en sus piernas y profundizando el rico beso. Deslizó sus manos por debajo de la playera de su morena, acariciando lentamente cada centímetro de su piel, provocando un estremecimiento en la chica.

—¿Sientes algo por Jeon? —repentinamente preguntó e hizo frenar el beso y romper el momento.

—No —él intuyó que no estaba siendo sincera. La morena soltó un profundo suspiro —No lo se...no estoy segura.

Jimin no estaba conforme con su respuesta pero no insistió más con el tema —Esta bien —bajó a la morena de la encimera —¿Tu padre y tu hermano están enfermos?

—Si, ellos...tienen una enfermedad cancerígena y el tratamiento es demasiado costoso —se le escapó una lágrima traicionera —No tengo las posibilidades para pagar su cura...

—Pagaré el tratamiento de los dos...es más, tu hermanito podría recibirlo en este país en donde estoy seguro hay más tecnología avanzada y eso aumentaría la posibilidad de su curación  —le aseguró el joven.

Ella sonrió ante sus palabras, mordió levemente su labio inferior para no soltarse a llorar enfrente suya
—Gracias...no sabes como te lo agradezco...—lo abrazó eufórica

Jimin besó su frente —Mañana mismo le dirás que tomé el primer vuelo a Corea...

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El Perfeccionista [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora