🍏Felix se emocionó como si estuviera viendo una obra de teatro. Pero su sonrisa se borró al darse cuenta de la mirada que le dió Chan, significaba claramente: “fuera de mi vista”
Así que con la cabeza gacha salió de la habitación de su mejor amigo.El guardaespaldas se sentó en la cama de Jisung, viéndolo allí acostado,casi temblando de miedo.
—Ni se te ocurra llorar— habló el mayor mientras suavizaba la mirada—, me romperás el corazón.
—¿Por qué golpeaste a una persona inocente?— preguntó Jisung sintiéndose más pequeño de repente.
—Se quería aprovechar de ti— frunció el entrecejo volviéndose a enojar—¿Por qué te importa tanto?
—Eso no es verdad. Solo estábamos hablando.
—Sabes que solo quiero protegerte...
—Pues tu forma de proteger es muy bruta— dijo sentándose en la cama para estar a la altura, Chan tuvo que hacer un gran esfuerzo para no mirar el torso descubierto del castaño. No iba a mentir, Jisung lo volvía loco. Sus sentimientos por él no desaparecían por más que quisiera. El castaño lo hacía sentir en el cielo con tan solo mirarlo. Lo amaba tanto que haría todo por mantenerlo a salvo.—No lo hagas más, por favor.
—Como digas.— susurró el mayor mientras pasaba una mano por el cabello del contrario.—Mañana será otro día. Tus padres están muy molestos por tu comportamiento, Jisung.
El menor asintió con la cabeza, lo sabía. Chan le tarareó una melodía tranquila. Poco a poco se recostó nuevamente en la cama y cerró los ojos tratando de conciliar el sueño, cosa que no fue tan difícil, ya que la voz de Bang lo relajaba demasiado.
Asimismo dejo de pensar en los problemas y durmió.
Chan lo miró con todo el amor que tenía escondido en su corazón y decidió irse una vez que Jisung descansaba tranquilo..
La fuerte palma de la mano de su padre chocó bruscamente con la mejilla de Jisung, resonando por toda la casa. Hehjin—la madre—, abrió los ojos escandalizada, mientras veía la escena.
—¡Wooyoung!— gritó la mujer— Le arruinarás la cara...
Los dos guardaespaldas desviaron la mirada, odiaban el tipo de trato que tenían los señores Han con su único hijo. Sentían que la impotencia les recorría todo el cuerpo, dejándolos como unos inútiles. Sobretodo BangChan, quién apretaba los dientes y luchaba por no mandar todo a la mismísima mierda para poder salvar a su pequeño.
—Fuiste un irrespetuoso— habló el hombre posando la mirada en la marca roja que había dejado en el pómulo de su hijo. Jisung no le dirigió la mirada, no lo merecía. Él estaba acostumbrado a esos tratos, desde hace años no derramaba lágrimas delante de sus progenitores, ellos no merecían verlo llorar. Siempre lo repetía en su cabeza.—Tu y tus caprichos... ¡Ya me tienen cansado!— continuó Wooyoung— Ahora todos creen que ese sujeto te ensució.
Jisung tembló un poco al darse cuenta que el “sujeto” del que hablaba su padre era aquel chico de ojos oscuros pero bonitos. Ahora temía que le hagan daño, los Han eran personas peligrosas cuando se trataba de proteger a la familia.
—JiSung, ¿Quién era ese...— Hehjin paro de hablar al recibir una mala mirada de su esposo.
—Calla mujer.— dijo.— No le daré importancia a ese sujeto. No lo conozco, Jisung nunca lo ha visto en el pueblo y creo que jamás lo volverá a ver.
Por fin dijo algo coherente, pensó Jisung.
—Tendras un castigo de todos modos.
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Changbin y BangChan iban caminando a la par, mientras observaban todo y a todos para la seguridad del hijo de su jefe. Quién chillaba de vez en cuando quejándose del castigo y de lo malos que eran sus padres.
—¿Pueden creer que no me dejarán ver a Felix por tres días?— preguntó exasperado. No podía vivir sin su mejor amigo, quién siempre estaba allí para él, haciéndolos reír y entretener.
—Creo que fueron compasivos— rió el más bajo de todos recibiendo una mirada enojada de Chan.—Lo siento.
—De todas formas— habló el mayor—, Jisung, no tenías que gritarles en frente de esa familia rica. Pudiste rechazar la oferta sutilmente.
—¡Era mi maldito cumpleaños!— gritó el castaño—,¡Me querían vender!
—No grites Jisung— lo regañó Chan. Pero por dentro le quería dar toda la razón.
—Igual no se por que te quejas tanto, si te venden todos los días— contesto Changbin, está vez recibiendo un golpe del mayor en su cabeza.—. Lo siento.
—Tienes razón.— dijo Jisung agachando la cabeza— Pero tal vez pensé... Que el día de mi cumpleaños podría estar en paz, sin embargo todo terminó en un escándalo.— Chan asintió sintiendose un poco culpable—Bien, ahora tengo que llevar estás botellas al bar de la familia Hwang. También por tres días seguidos.
—La familia Hwang es muy amable, así que no tendrás problemas con ellos— aseguró el rubio.
—¿Conocés a todo el mundo verdad?— preguntó Jisung con gracia.
—La diosa Libra le ha dado un poder de comunicación impresionante— Habló Changbin sorprendido, sabía que Chan era muy amable y social con las personas. Apostaría a que todos en el pueblo lo conocían.
Una vez que llegaron al dichoso y único bar en el pueblo, los dos guardaespaldas se pusieron más alerta y entraron al lugar. Allí se podían apreciar muchas cosas. Como ciudadanos ebrios, otras personas comiendo con tranquilidad y en la barra—donde servían los tragos—, se hallaba un grupo de amigos que no paraban de reír y cantar cosas sin sentido. Jisung solo vió al señor Hwang acercándose para poder saludarlo.
El señor Hwang, era un hombre viejo con cabello canoso y un par de arrugas en el rostro, pero se notaba que había sido un joven excesivamente guapo.—¡Jisung!— lo saludo con emoción, pues era la primera vez que lo veía en persona, todos en el pueblo hablaban de él.—Tu padre me ha informado que vendrías a dejar las botellas.
—Así es señor Hwang— El castaño sonrió mientras le tendía la caja llena de botellas que cargó durante todo el camino.—, vendré por tres días seguidos.
—No sé como agradecerte— Habló el viejo tomando las manos de Jisung con sutileza. Chan gruñó disgustado, pero rápidamente volvió a sonreír al recordar que esa no era una familia con malas intenciones.— Podrías quedarte a comer, ¿Qué dices?
—¿De verdad?— se le iluminaron los ojos, moría de hambre.
—¡Claro!— contesto el señor— Siéntate, puedes comer todo lo que tú desees.
Jisung agrandó su sonrisa y hizo lo que el mayor le dijo, ambos guardaespaldas se sentaron a los lados del menor también felices de obtener comida.
Han podía sentir las miradas de las personas sobre su cuerpo, eso le molestaba pero estaba tan acostumbrado que ni siquiera decía algo al respecto.Mientras comía y hablaba con sus guardaespaldas —que también eran sus amigos—. Unas fuertes carcajadas se escucharon en la entrada del bar, llamando la atención de Jisung, quién se giró un poco para ver a los recién llegados. Eran dos chicos.
Y a uno de ellos lo reconoció de inmediato.
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feliz año nuevo y navidad atrasados sjwja