🍎Felix corría con prisa a la casa de su mejor amigo. En sus pequeñas manos sostenía un sobre color blanco con una estampa roja. Una mujer rubia le había encargado que se lo dé a Jisung, era urgente y aún más al saber que la posible carta dentro de el dichoso sobre la había escrito nadie más que Lee Minho.
El pecoso amaba el drama y si se trataba de su amigo... ¡Tenía que ayudarlo!, Jisung merecía ser feliz.Cuando llegó a la vivienda de los Han, respiró pausadamente sintiendo las piernas cansadas. Pero sin duda entró al lugar como si fuera su propia casa, todos conocían a Felix allí.
—Oh Felix, me asustaste— la señora Han posó una mano en su pecho tratando de relajarse—, Jisung aún duerme, sube a despertarlo.
El rubio asintió sin mirarla y subió las escaleras apresurado. Una vez arriba entró en la habitación encontrándose una escena bastante peculiar. Bueno, Jisung estaba durmiendo, pero no estaba solo, a su lado BangChan se encontraba abrazándolo algo protector.
—¡Jisung!— gritó asimismo despertando con crueldad a los dos chicos acostados en la cama, quienes se pegaron un buen susto y miraron para todos lados confundidos— Menos mal que no vino tu madre a despertarte, haría un gran escándalo— rió entre dientes mirando como Chan salía de la cama con rapidez y se sacudía la ropa.
—No es lo que piensas— dijo el otro rubio con cara adormilada.
—Yo no pensé nada— se defendió Felix—, tienen las ropas puestas así que no puedo mal pensar...
El mayor de los tres salió de la habitación para refrescarse y seguir con su trabajo dejando a solas a los dos más jóvenes. Jisung talló sus ojos con los puños y miró a su amigo con enojo.
—¿Qué pasa?— preguntó mientras se sentaba en la cama.
—Hola Jisung, ¿Cómo estás? Yo estoy bien gracias por preguntar— respondió el pecoso con ironía, Han suspiró.
—Lo siento, sólo odio que me despierten a los gritos— suavizó su mirada estirando ambos brazos para que el menor lo abrace y con gusto lo hizo—, ayer tuve un mal día.
—Oh no te preocupes cariño— Felix le acarició la cabeza— todo estará bien...— carraspeó—Ah, tengo que darte algo Sung.
Rebuscó en su bolsillo trasero encontrando el sobre color blanco, con una sonrisa cómplice se lo tendió al castaño quien lo miraba confundido— ¿Y esto?— preguntó sacando la estampa roja.
—Lee Minho.
“Me he dado el tiempo de buscar información sobre ti, eres un caso nuevo para mi.
Han Jisung, hoy es el día. Te espero a media noche en las afueras de tu vivienda, ven solo... Que nadie te vea.
Por fin tendrás lo que anhelas._Minho_"
—¡Oh santa mierda!— gritó al terminar. Felix frunció el entrecejo y le quitó la carta para leerla él también.
—¡Por la diosa Virgo!
—Lix, necesito tu ayuda.
—Todo lo que desees Sung.
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A media noche el silencio reinaba en la casa de los Han. La brisa nocturna se escuchaba tan lejana pero era tranquilizante. Menos para Jisung porque se moría de nervios y aún seguía en su habitación mordiéndose las uñas mientras miraba por la ventana, el suelo se veía tan lejos.