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Minho entró al despacho de Taehyung sin tocar la puerta, sus miradas chocaron y diferentes sensaciones recorrieron sus cuerpos. El mayor estaba muy divertido ante la escena y el menor quería poner su mejor faceta de seriedad, haciéndole sentir orgulloso a su Dios Escorpio.
—Así que ayer se vieron— Habló Kim, dejando a un lado todo el papeleo de su escritorio—. Mira, esto es fácil... Si quieres ver a Jisung vas a tener que negociar conmigo, no hay otra alternativa y lo sabes.
—Ya veo, tú también lo utilizas— Dando pasos firmes se acercó hasta el escritorio y puso sus dos manos arriba de la refinada madera. Taehyung formó una curvilínea en sus labios—. Yo no quiero comprar a Jisung, él es una persona como cualquier otra, si quisiera comprarlo lo hubiera hecho hace mucho tiempo.
—¿De verdad?— La risa de Taehyung era angelical pero en esos momentos no era más que una obra maestra siniestra—. No eres nadie para juzgar a los demás, sé todo lo que le has hecho al pobre Han— Con un dedo chocó el pecho de Minho—. Eres muy ingenuo si piensas que voy a venderlo.
—¿Entonces qué quieres?
—¿Alguna vez has matado a alguien?
Los ojos de Minho se volvieron más opacos, nunca en su vida había había matado. Siempre se metía en peleas o entrenaba en el ejército, pero jamás lo había hecho—No— contestó—¿Por qué preguntas eso?
—Es una venganza, contra los padres de Jisung, ¿Qué te parece?—El capricorniano se relamió los labios—El pequeño ha sufrido demasiado, merece que esos desgraciados se pudran en el infierno, ¿No te ha dicho del castigo que le dió su padre por tu culpa?
—¿Qué?— El pelinegro dió un paso atrás confundido.
—El Jisung que conocías ya no existe, Lee— tomó una bocanada de aire—. Aunque él se haga el fuerte, no es más que una farsa. Cada vez que tiene un cliente tiembla de impotencia, porque sabe que no hay escapatoria y me tiene que obedecer en todo. Es perfecto por fuera, brilla y se destaca entre los demás, pero por dentro está podrido. Y me encanta.
El menor quería golpear el perfecto rostro de Taehyung, desfigurarlo, ¿Cómo podía existir un hombre tan desagradable?
—Me estás diciendo que Jisung ha pasado por mucho pero aún así te aprovechas de él porque te encanta— Citó con enojó, Kim asintió ensanchando su sonrisa—. Eres despreciable, al que mataré eres tú.
—¿A mí?— Soltó una carcajada— Eres muy gracioso, deberías ser comediante. Sin embargo, tú no puedes hacer nada por tu cuenta, ¿O lo olvidas Lee Minho?—Hicieron contacto visual—. Tu madre y tu padre, eres su único y favorito títere.
—¿Cómo sabes todo eso?
—Tengo mis contactos— ladeó la cabeza—. Ya no hay salida Minho, ¿Aceptas?, si no lo haces tendré que hacerle un informe a tu madre de tu visita de hoy.
—¡No!— gritó Lee. Si sus padres se entregaban estaba perdido—Aceptare, pero yo también sé lo que ocultas Taehyung, sé lo de los diamantes y los esclavos.
Los ojos de Kim se abrieron con impresión por unos segundos, antes de volver a su estado de desinterés.
—Ambos estuvimos investigando— afirmó el pelirrojo sin dejar de estudiar al menor con la mirada—. De todas formas, tengo más puntos a favor, así que no quieras manipularme, es imposible aunque seas escorpiano—terminó riendo—. Bien, ¿Sabés algo de Lee Felix?
