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Jisung quería ser fuerte, vaya que lo quería. Pero se le estaba volviendo imposible ahora que Minho le besaba cada parte del rostro, teniendo un poco de favoritismo por las adorables mejillas. Mientras el mayor trataba de demostrar todo su amor, Han pensaba que era el más idiota del pueblo. Porque se suponía que él tenía que vengarse y odiar a Minho con toda su alma, despedazarlo y hacerlo sentir miserable, para finalmente abandonarlo... como él lo hizo.

—Haría lo que fuera por tí— habló el mayor, sin dejar de abrazar el pequeño cuerpo del contrario. Cuando dijo aquellas palabras, lo dijo con un doble sentido. Después de haberle hecho el amor a Jisung, no le quedaban más dudas de lo mucho que lo amaba... así que si hacía falta matar a alguien, lo haría.

—Minho...— lo llamó el castaño con un hilo de voz—Creo que ya es hora de que vuelvas con tu familia.

—¿Mmm? Me quedaría todo el día contigo— mencionó, acariciándole el cuello, Jisung se tuvo que morder la lengua para no decir “eso lo hubieses hecho antes”.

—Si, pero tengo que trabajar— Con cuidado se levantó y apartó al pelinegro—. Taehyung fue generoso al aceptar negociar contigo— continuó, mientras buscaba ropa en el armario—¿Qué clase de negocios hiciste con él?

Minho se paralizó ante la pregunta, ¿Debía decirle a Jisung?, tenía mucho miedo a su reacción. Así que decidió no decir nada, aún.

—Le compré un par de esclavos— respondió, obviamente mintiendo—. Mi padre necesita ayuda en el ejército, así que creo que para eso servirán—El menor lo miró de reojo, pensando en los pobres niños y jóvenes que eran esclavizados y torturados por su jefe, en ese mismo edificio.

—Entiendo, ahora vístete rápido— le pidió—. Tengo más clientes que complacer— agregó a propósito, quería dejarle en claro a Minho que él no era el único que lo tocaba... aunque si era el único que lo hacía ver las estrellas...

—Jisung, en verdad no quiero que esos hijos de puta te toquen— Le advirtió señalándolo con un dedo. El nombrado rodó los ojos evitando sonreír—. Lo digo de verdad, vendré para complacerte las veces que quieras, pero no dejes que te toquen un pelo esos malditos— soltó un suspiro—. Es eso o los mato.

—No te vengas a hacer el malo— Le habló Jisung acercándose para encararlo, el mayor justo terminaba de vestirse. Ambos quedaron frente a frente mirándose a los ojos—. Yo puedo hacer lo que se me de la gana, si me quiero acostar con otro o otra, ese es mi problema, no el tuyo. Que te quede claro.

—No quiero discutir contigo— dijo Minho tomando su saco y cortando el contacto visual—. Yo sólo vine para demostrar que te quiero, te quiero conmigo y que te sacaré de aquí cueste lo que cueste.

—Pues buena suerte, cariño—Tras esas palabras el pelinegro se marchó dejándolo solo. Jisung se llevó las manitos a sus ojos y se sentó en la cama. Su pecho dolía, estaba angustiado, no esperaba que Minho le hiciera el amor. Ahora sus sentimientos volvían a despertar, se sentía tonto por caer tan rápido de nuevo.

Relamiéndose los labios, observó el pequeño escritorio de su habitación. Allí descansaban unas cuantas hojas y una pluma. Aquella que usaba para escribirle cartas a Felix cada semana. Se sentía mal por haberlo dejado sin despedirse, pero esperaba volverlo a ver en el futuro. Las cartas que le enviaba nunca eran respondidas, eso le pareció extraño, sin embargo también estaba la posibilidad de que su amigo estuviera enfadado por su repentina ida.

Se dio cuenta de lo mucho que lo necesitaba y extrañaba. Reír y llorar en sus brazos. Contarle sus problemas y soltar un montón de chismes a la vez.

Ahora estaba solo, su mejor amiga era la pared de la habitación, que talvez no tenía ojos pero era testigo del dolor y los tormentos que vivía día a día el castaño.

Sonrió falsamente y se dispuso a ir a trabajar.

.

Al día siguiente Minho caminaba por el establecimiento militar, sus ojos estaban puestos sobre los soldados practicantes a los cuales se les estaba enseñando el dominio de las armas y espadas. Las armas eran lo más nuevo, funcionaban con pólvora, eran bastante lentas a la hora de una guerra. Sin embargo para eso estaban las espadas, combate cuerpo a cuerpo si era necesario.

—¿Para qué quiere un arma, señor Minho?— preguntó Hyojin observando el artefacto entre sus manos. El nombrado frunció el ceño, comenzaba a irritarle esa mujer, siempre se metía en sus asuntos.

—Es personal, ya no preguntes.

—Ultimamente ya no me cuentas nada— Siguió hablando, ignorando olímpicamente las palabras del pelinegro—. Sabes que puedes confiar en mí. Después de todo no dije ni una palabra de lo que pasó en tu expedición al pueblo... habló de aquel chico.

Se refería a Jisung.

—Te lo agradezco, pero esto son mis asuntos— reiteró, de un manotazo le arrebató el arma y la miró de cerca. Nunca antes había tenido una en sus manos, se sentía como un gran poder. Tenía la muerte entre sus dedos y eso lo hacía sentir superior. Amaba esa sensación—Me la quedaré, ni una palabra a mis padres ¿entendido?

—Si, señor.

El escorpiano comenzó a caminar en dirección opuesta, hasta llegar al campo de entrenamiento. Los soldados que hablaban con ánimos y reían entre sí, quedaron en total silencio al ver a Minho. Todos se pusieron rígidos e hicieron una reverencia.

El pelinegro los ignoró y siguió su camino hasta llegar al muñeco de paja, el cual era también de entrenamiento. Le apuntó con el arma y apretó el gatillo, pero no salió nada.

—¿Cómo funciona esta mierda?— preguntó en voz alta. Los soldados se miraron los unos a los otros asustados. Sólo uno de ellos se animó a ayudar al superior.

—Señor, tiene que remover la pólvora dentro del tubo— habló el joven que se había acercado—, con este palillo se empuja hacia abajo y luego se saca el seguro, por último apunte y dispare.

—Entiendo, gracias...

—Seungmin— llevó una mano a su frente en forma de respeto.

—Te subiré el puesto— le guiñó el ojo, haciendo que el menor se sonroje y vuelva a su puesto. Minho rió por lo bajo y llevó a cabo su cometido.

Siguió los pasos que anteriormente le había dicho Seungmin, apuntó al hombre de paja y disparó. Asimismo la fuerza del disparo lo tiró hacia atrás. Una vez que se recompuso se dió cuenta de que su tiro falló.

Tendría que practicar duro si quería matar a todos aquellos que le hacían la vida imposible.

¿Por quién empezaría?



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holaa lind@s

principalmente quiero pedir disculpas por no actualizar tan seguido.
me estoy sintiendo un poco mal, tengo que estar pendiente de la escuela y ahora conseguí un trabajo donde tengo q levantarme muy temprano. termino muerta, literal.

así que ahora tuve un poquito de tiempo para poder actualizar, los quiero mucho mucho mucho!

cuídense💞


sensuality | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora