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La luz del día llegó a los ojos de cierto castaño, que hace unos minutos dormía plácidamente sobre una cama desconocida, donde se había entregado en cuerpo y alma. La claridad lo obligó a cerrar los ojos de nuevo, pero está vez con más fuerza.

Se le revolvió el estómago por una extraña razón.

Una vez que se acostumbro a la iluminación que entraba ferozmente por la ventana. Notó muchas cosas.
Estaba desnudo, solo y no estaba en su casa— eso era lo más obvio—.

—¿Minho?— murmuró, observando el lado de la cama vacío y cada rincón de la habitación, pero no había señal del pelinegro.

Lo busco por toda la casa, sin embargo Minho ya se había ido hace un tiempo.

Con un nudo en la garganta y los nervios de punta, comenzó a vestirse. Era tarde, muy tarde... Se suponía que la misma noche anterior volvería a su casa, ¡Pero se quedó dormido!

Se sentía mal, eso era verdad. Le había dado su virginidad a Minho sin pensarlo mucho... ¿Y ahora qué?
Lee no estaba a su lado, no se había despedido, ni siquiera lo había despertado. Solo se esfumó.

Por mucho que quería largarse a llorar y gritar lo estúpido que era, no podía por que tenía que volver a su casa corriendo o volando si era eso posible. ¿Y si la gente lo veía?, Oh mierda...

Revolviendo toda la casa pudo encontrar un sombrero que lograba ocultar su cara, pero no era suficiente.
Volvió al cuarto y agarró las sábanas, se envolvió en ellas como pudo; y ya estaba listo. Se veía tan extraño, pero era necesario si quería volver a su hogar sano y salvo.

Salió de la cabaña corriendo, apenas conocía en camino de vuelta. En esos momentos odiaba tanto a Lee Minho, pero también lo amaba. Si, se había enamorado como un tonto.
¿Cómo no enamorarse?, Si el pelinegro lo coqueteaba todo el tiempo, lo miraba a los ojos y se conectaba con él como nadie nunca lo hizo... Le mostró el placer, lo volvió loco con una simple sonrisa y ni hablar de la apariencia tan caliente, que lo derretía una y otra vez.

Sin darse cuenta las lágrimas inundaron sus mejillas regordetas. Siguió adelante, corriendo hasta llegar a su casa.

Se escabulló una vez entró, tuvo muchísima suerte de no encontrarse a nadie en el camino.
Llegó a la pared donde estaba su ventana y todas esas sábanas y cortinas que su amigo había ultilizado como soga de escape.

Subió usando todas sus fuerzas, ya que no estaba acostumbrado a ese tipo de ejercicios. Cuando por fin estuvo dentro de su habitación soltó un gran suspiró al notar que solo estaba Felix, este se encontraba dando vueltas de un lado a otro igual de nervioso que él.

—¡Jisung!— lo abrazó, dejando escapar asimismo todo el estrés acumulado. No había podido dormir ni un poco desde que el nombrado se fue. Tenía tanto miedo.

—Fe-felix... Soy un tonto— se rompió, apegándose más al delgado cuerpo de su mejor amigo. Las lágrimas seguían saliendo como cascadas. No entendía muy bien eso de las relaciones, pero sabía que lo que hizo Minho estaba un poco mal... Pues lo había dejado abandonado.— se fué...

—Hijo de...

—¿Es mi culpa?— preguntó sollozando— ¿No fui lo suficientemente?

—Hey— El rubio agarró la cara de Jisung, obligándolo a verlo—, no digas eso nunca. Tu eres la persona más buena y pura que conocí, ese tal Minho no supo como tratarte... En este caso él es el tonto.— el mayor volvió a sollozar al escuchar el nombre de Lee.

—Estoy muy triste...— musitó hundiendo la cara en el cuello del menor. Felix negó con la cabeza mientras le daba ligeras caricias en la espalda.

—¡Jisung!— la voz de Hehjin resonó por toda la casa dándole escalofríos a los dos jóvenes— ¡Estamos invitados a una fiesta!

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Ya habían pasado varias horas desde esa mañana, ahora se podía ver al sol ocultarse en el horizonte.

Jisung suspiró por décima vez, mientras unas señoras lo vestían y maquillaban para la gran fiesta. Su madre no le había dado mucha información al respecto, pero lo único que sabía era que la fiesta estaba organizada por uno de los ricos más conocidos en el pueblo, Kim Taehyung. Un joven con unos cuantos años más que él. Muchos decían que era un loco avaricioso y soberbio, había sido bendecido por el Dios Capricornio, uno de los dioses más peligrosos y sigilosos, junto con el de Escorpio y Aries.

Jisung tenía miedo, ese hombre trabajaba y negociaba con sus padres en ocasiones. Sabía que sus negocios no eran del todo buenos...

Pero algo lo tenía tranquilo a pesar de todo lo anterior. Kim Woojin, también asistiría a aquella fiesta y aunque le cueste admitirlo, eso le generaba un sentimiento de seguridad.

Se miró en el espejo, se veía hermoso.
Su cabello caía levemente en su frente, sus labios tenían un color rosa brilloso y su túnica era dorada, esta tenía un gran tajo en el pecho, asimismo dejando ver parte de sus clavículas y torso.

Se miró una y otra vez, sintiendose bien consigo mismo. Sabía que llamaría la atención.

Lo que Jisung no sabía es que volvería a encontrarse con cierto chico que tenía su amor por los suelos.








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es re corto el cap perdónn

soy re pesada yase
pero les quiero agradecer por la atención que le están dando a esta novela. me hacen reír con sus comentarios locos y de verdad les tengo mucho aprecio.

ennn finnn

hice otra historia kskdk

es minsungjin

se llama department !!!

por si les interesa uwu

bueno basta de spam, nos vemos en el siguiente capítulo ahjaj







sensuality | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora