St Claire: Internado para rebeldes

1.Ni Snow fue tan rastrero

Papá acabó de hablar y sentí que todo el mundo se me venía encima.

-¡No pienso ir a un internado! ¡Me niego! 

-Mia ya te lo hemos dicho, es una escuela de señoritas para que te...como decirlo...modeles un poco, no te lo tomes como si fueras a ir a la cárcel- continuó mamá

-¿Me estáis castigando por lo del otro día con los Walker verdad? Pues quiero que sepáis que no me arrepiento y no pienso pedir perdón

Se miraron a la vez y suspiraron- No, fue la gota que colmó el vaso pero tu padre y yo lo habíamos estado hablando antes de eso

-Pero déjame decirte que tu comportamiento fue absolutamente vergonzoso- dijo papá sentándose en la silla de mi escritorio

-¡Estabais hablando de matrimonio! ¿Qué queríais que dijera? Solo tengo dieciséis años y tal vez no os habéis enterado pero hace bastante que pasamos la edad media y los matrimonios de conveniencia se quedaron ahí, que vosotros tengáis mentalidad de dinosaurio no es mi culpa.

Papá resopló y negó con la cabeza- Sólo fue una broma entre amigos nada más

-¿Una broma? Lo único que os faltó fue imprimir el documento y firmar

-Mia, tu padre ya te lo ha dicho, sólo hablamos de que tal vez algún día su hijo Jordan y tú os podríais conocer ¿Tan malo sería?

-¡Llegasteis a hablar de que partes de la empresa se quedaría cada familia!

-¡Debiste mantener la compostura! Era una cena importante para hablar de negocios y tu madre me insistió en llevarte para presentarte confiando en que serías capaz de comportarte y tu como siempre no te supiste contener cuando simplemente tenías que estar callada

-No finjas que me llevasteis inocentemente simplemente para que me conocieran. Me exhibisteis como un a buldog francés para que ellos vieran si era digna de su hijo y así poder fusionar las dos empresas- ambos guardaron silencio- Lo siento si os he puesto en evidencia alguna vez, pero soy así y llevarme a un reformatorio no me va a cambiar- Papá farfulló algo que no pude oír, se levantó bruscamente y abrió la boca para decir algo pero mi madre se adelantó

-Mia no queremos que cambies y en ningún momento hemos insinuado eso, simplemente te van a enseñar protocolo y a controlar un poco tu impulsividad.

-¡Eso es cambiarme! Soy impulsiva y no soy capaz de callarme y eso forma parte de mi forma de ser, si no lo aceptáis es vuestro problema, haber tenido otra hija.

-Si es mi problema por que tú serás quien herede la empresa y no pienso consentir que el hecho de que no sepas tener la boca cerrada arruine todo lo que me ha costado tanto levantar.

-Ten cuidado no te den el premio a padre del año- Desde luego en estos momentos él derrocha amor paternal por cada poro de su piel ( Que se note la ironía)

No digo que no me quiera o que no se preocupe por mi, todo lo contrario mi padre y yo siempre hemos estado muy unidos pero el trabajo siempre va delante de todo y cualquier cosa que pueda hacer tambalear la ¨Harrison Company¨ hace que saque las garras y supongo que ese tornado que lo hace temblar soy yo.

Sé perfectamente que no tengo filtro y digo lo primero que se me pasa por la cabeza en cualquier momento sin pensar ni por un momento las consecuencias, esto siempre perjudica a mis padres sobre todo en las cenas de empresas a las que me llevan ( y normalmente automáticamente se arrepienten) pero que me enseñen a tomar té y hacer reverencias no va a reformarme ni un poco

-Lo de los Walker sólo ha sido una de las muchas situaciones incómodas que hemos pasado contigo ¿Te recuerdo cuando visitó la sede el jefe de aquella petrolera?