34. La zona de confort

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Me desperté de buen humor, algo raro teniendo en cuenta de que hoy sería el día en el que se ampliaría mi castigo y supuestamente mis padres descubrirían mi extraña relación con Jordan, pero la certeza de que nada ocurriría me mantenía tranquila

Mis padres no iban a venir, no tenían tiempo y menos para un día familiar en el colegio de su hija, así que como siempre mandarían a Nora que seguramente pasará más tiempo intentando acercarse a Abbey que conmigo. Lo único que me producía incertidumbre era el castigo de West pero seguramente sería una ampliación de mi estancia en esta habitación a la cual ya me había acostumbrado por completo y a pesar de que me daba pena estar separada de Alice y Chelsea no me parecía un castigo tan horrible.

En cuanto a los padres de Jordan, tampoco parecía que estuviesen muy por la labor de colaborar en los días de la familia de su hijo cuando ni siquiera se presentaban a las tutorías con los profesores

Me levanté antes de que una de las profesoras entrara y comencé a vestirme con calma. Me peiné, maquillé levemente y comencé a pensar en él. Al instante una sonrisa tonta se formó en mis labios, me gustaba y yo lo sabía. No tenía muy clara la verdadera razón por la que le había rechazado y empezaba a pensar que lo de mis padre solo era la excusa en la mi orgullo se escudaba y también una buena parte de mis inseguridades. 

Hacía casi un año que no tenía una relación y no quería que empezar otra me avocase al fracaso de la anterior. Además Jordan era distinto a cualquier chico con el que haya podido estar antes y eso es lo que más odio y más me gusta a la vez. El no poder tener esto bajo control era matador, esa duda, esa sensación de no saber que va a pasar, no me gusta; pero él sea de las pocas personas que consiguen generarme eso es precisamente lo que lo hace tan atractivo 

Con Dylan todo era más fácil, sabía exactamente lo que pasaría cada vez que nos juntábamos, era capaz de intuir lo que él pensaba o sentía en cada momento y nunca estuve fuera de mi zona de confort. Pero Jordan ha cogido esa zona y me ha sacado a patadas hasta dejarme en un terreno que desconozco pero sobre el que no sé si correr o permanecer estática 

La puerta se abrió y la señorita Hall entró y empezó la inspección rutinaria. Abrió los armarios, miró detrás de las cortinas, debajo de mi cama, incluso rebuscó en la basura a la caza de algún preservativo 

-Bien, puedes salir, las familias ya han empezado a llegar y recuerda que a las nueve deberás ir con tus padres al despacho- asentí sonriendo y ella me miró confusa 

Al bajar al comedor se notaba el cambio a otros días no sólo por la llegada de los padres sino por que todas aquellas alocadas y desobedientes alumnas que suben chicos a sus cuartos, se escapan para beber y queman libros en clase habían sido sustituidas por sus Alter egos de modales exquisitos y actitud tranquila poco creíble para las que estamos con ellas en clase. 

Reí y me acerqué a Chelsea

-¿Y Alice?- pregunté y ella señaló a un par de señores con andares regios que se movían por el jardín mientras Alice les hablaba desde detrás- ¿Tus padres no han llegado?- pregunté

-Sí están hablando con West en su despacho, como siempre. ¿Estás nerviosa por lo de después?

Negué- La verdad es que no, mis padres no van a venir y los suyos tampoco así que estoy tranquila

Chelsea rio- Ya sabes, cuanto más grandes las expectativas, más grande es la hostia cuando no se cumplen

-Supongo, pero es algo de lo que estoy segura- vi a Nora entrar por la puerta- ¿Ves?- ella se encogió de hombros y yo me fui despedí para acercarme corriendo a mi tía, la cual me abrazó pero Chelsea me siguió

St Claire: Internado para rebeldes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora