21.Darse a la fuga

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Se me había olvidado la sensación de dormir tantas horas y de verdad que lo echaba de menos.

Olvidarme por una vez de exámenes, trabajos, enredos, salidas nocturnas y un sin fin más de actividades fuera del temario y que había experimentado estos meses se sentía bien

Solo me quedaban un par de días para la vuelta a clase y pretendía aprovecharlas al máximo siguiendo haciendo lo que mejor se me da: No hacer nada productivo

Seguí disfrutando de la calidez de las sábanas y el silencio de la habitación mientras me movía levemente de un lado a otro de la cama perezosamente

El pitido de un mensaje en el móvil sonó y yo estiré el brazo con vagancia para ver quien había osado perturbar mi sueño pero para mi sorpresa no era ni de Chelsea, Paige ni de Alice ni siquiera mis padres diciéndome que me levantase sino de Don esterilizado del que gracias a los astros no había sabido nada en todas las navidades, hasta ahora.

<Sólo tres días para que puedas volver a verme ,seguro que estás impaciente Pdt : Ya estoy esperando tu respuesta borde y a la defensiva con la que intentarás ocultar lo mucho que te gusto>

Será idiota, cogí el móvil y me decidí entre responder o no pero finalmente volví a dejarlo en la mesilla y volví a darme la vuelta con la esperanza de poder volver a dormirme pero otra vez volvió a vibrar

<Me tomaré ese visto como que ya estás tan enamorada de mi que no sabes que responder, tranquila en un par de días ya podrás volver a disfrutar de mi presencia>

Esta vez no me pude aguantar y contesté rápidamente

<Disfrutaría más de tu silencio y tu ausencia pero supongo que no tengo tanta suerte como para que te hayas desescolarizado>

<Y ahí está la respuesta borde y a la defensiva, me alegra ver que las galletas de Santa Claus no te han cambiado el carácter >

<Y a mi me entristece que Santa Claus no te haya traído de regalo un poco de inteligencia>

Sonreí, quité el volumen y volví a intentar dormir pero oí unos ruidos en la habitación de al lado hicieron que me incorporara con alarma pero tras darme cuenta de que provenían de la habitación de mi tía me volví a relajar. Se había quedado aquí durante las vacaciones y mañana volvería a su finca a las afueras pero durante su estancia no había dejado de traer compañías nocturnas a espaldas de mis padres, pero la habitación de invitados y la mía están puerta con puerta y doy fe de que se oye todo lo que pase en la otra

Sabiendo que dormir iba a ser imposible, me levanté y me dirigí hacía la cocina para desayunar y en ese momento el acompañante de Nora salió de la habitación y rápidamente le reconocí

-¿Señor Abbey?- intenté no mirarle mucho pero el hecho de que estuviese semi desnudo no ayudaba para nada y él parecía igual de sorprendido de verme

-¿Mia?¿Qué haces aquí?

Mi tía comenzó a hacer aspavientos en mi dirección desde dentro de la habitación, que yo no entendí

- E-esta es mi casa- tartamudeé

Abbey se giró bruscamente hacía mi tía la cuál madijo

-¡Me has dicho que esta era tu casa!

- Me estoy quedando aquí en vacaciones pero....

-Desde luego, no has cambiado en nada- molesto recogió la camiseta del suelo de la habitación y bajó la escaleras

-¡No,espera Robert!

-¡Ya no somos adolescentes, Nora! ¡No me vuelvas a llamar hasta que madures y comprendas que ya somos adultos!- se giró hacia mi- ¿Están tus padres en casa?-Negué con la cabeza- Bien, espero que este incidente quede olvidado-se fue y yo miré a mi tía

St Claire: Internado para rebeldes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora