El novio de tía May (Starker) [+18]

13. PALABRAS VACÍAS

Estaba a punto de salir por la puerta del restaurante cuando una mano se asió a su brazo.

—Peter—lo nombró Tony en un tono que casi parecía cuidar cada letra de su nombre—. No te vayas así. Happy se fue a su casa y no podrá llevarte hasta mañana. Quédate esta noche.

Oh, no. Here we go again.

—Señor Stark—Se giró para hacerle frente, pero su gesto no era tan duro como hacía unos minutos—. No lo haga más difícil, por favor.

Se soltó con delicadeza, caminando un metro más hasta el hall del hotel, donde el mayor volvió a alcanzarle.

—Déjame hacerte mío tan sólo esta noche, Peter—le dijo en voz baja—. La última.
—Está loco.

Se soltó de nuevo, pero Tony volvió a interponerse en su camino.

—Señor Stark—suspiró—. La gente aquí le conoce. Han venido por usted, y vamos a llamar la atención.
—Me da igual todo en estos momentos—le aseguró—. No me importa perder la cordura contigo, Peter.
—Pare.
—Sólo esta noche—volvió a insistir.

Era la primera vez que Stark le hablaba en tono de súplica. El muchacho no quería dejarse llevar, pero era imposible negarse ante tanta insistencia.
En realidad, Peter era consciente de que Tony no necesitaba obligarle a nada. Le tenía desde el primer momento, sólo que se había empeñado en nadar contracorriente.

Terminó cerrando un momento los ojos y asintiendo. Si Stark no lo besó allí mismo, fue precisamente por lo que el muchacho había dicho antes: todos le conocían, y estaban allí por él.

Quizás muchos pudieron pensar mal cuando ambos dos se metieron en el ascensor para subir a la suite, pero no iban a ponerles las cosas fáciles besándose ante miradas ajenas.

Peter esperaba tensión, miradas dominantes, azotes y morbo, pero lo que se encontró al entrar por la puerta fue a un Stark sediento de sus labios, los cuales besó durante largos minutos mientras le sujetaba de la cintura.

El más joven intentó desechar los malos pensamientos y centrarse sólo en lo que estaba sintiendo.
Tony no estaba siendo rudo. Sus manos descansaban en su cintura casi sin apretar, sólo lo justo para notar el agarre. En cuanto a su boca, sólo buscaba intensos pero dulces roces contra la suya.

Los encuentros anteriores, con su rudeza y dominación, habían sido excitantes hasta la extenuación, pero fríos al mismo tiempo.
No había siquiera un resquicio de aquel Tony Stark dominante y sucio, que en esos momentos besaba sus labios como si fueran de cristal.

Peter estaba excitado, pero no era eso lo que hacía que continuase allí, sin oponer resistencia. Era esa conexión, que Stark había empezado a labrar, la que lo mantenía pegado a él.

Al separarse, Tony besó su mejilla y entrelazó su mano con la del chico, guiándolo hasta la cama.

Se deshicieron de la ropa sin demasiadas prisas, aprovechando cada segundo de cercanía de sus rostros para besarse.

¿Qué estaba pasando? Peter estaba hipnotizado por el cambio de actitud del mayor. Aquello no sólo activaba sus instintos primarios, sino también provocaba una segregación abundante de oxitocina por todo su cuerpo.

Se colocó encima del genio quien, una vez desnudo, se había tumbado en la cama, y continuó besándole mientras notaba las experimentadas y maduras manos paseándose por su espalda y sus nalgas.

—Peter...—jadeó tras haber recorrido el ancho de su cuello mediante besos cortos—. Siento todo esto.
—Yo...—gimió cuando las manos del mayor apretaron ligeramente sus nalgas—...también.