Capítulo diecisiete

161 16 4
                                    

"Karol encontraron a tu hijo".

Una sonrisa triste aparece en mi rostro, he escuchado está frase tantas veces en todo este tiempo, los hombres que he contratado para que lo busquen me han traído niños falsos, eran parecidos a Jhostin pero no eran él.

—¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá, Jhostin está aquí! Mi hermanito por fin está aquí.

Sofía emocionada me abraza y si mi pequeña dice que es él, es porque debe serlo, corro escaleras abajo, sintiendo la adrenalina por mis venas, mi corazón está pulsando demasiado rápido, estoy nerviosa, ansiosa, llena de felicidad pero me da miedo que no sea él, me he emocionado tantas veces.

Un mes sin mi bebé. Un mes.
Dios mío. Es él.

Mis piernas ya no aguantan, siento mi corazón salirse de mi pecho, el nudo en la garganta duele cada vez más, mi hijo por fin está aquí, caigo de rodillas al piso al instante en que lo veo, mis manos cubren mi boca por inercia, estoy sorprendida, las lágrimas no se retienen y empiezan a resbalar por mis mejillas. Jhostin, al verme se libera del los abrazos de sus abuelas y viene corriendo a abrazarme.

—¡Mamá!

Un

Dos

Tres

Son los pasos que da al mismo tiempo que siento mi corazón latir con más fuerza, por fin te tengo entre mis brazos, amor mío. Había extrañado tanto su aroma, hundo mi nariz en su cuello, y que placer es  escuchar su voz. Lo abrazó fuerte recordando aquella vez en que desapareció, no quiero volver a perderte, no quiero que estés lejos de mi nunca más.

Estoy tan conmovida, tuve miedo de no volver a verlo, hay tanta gente mala en el mundo y él siendo tan pequeño, que no le pudo haber pasado, gracias a Dios que está aquí.

Brunella y Mónica, me sonríen entre sollozos.

La madre de, Ruggero, vino porque se enteró que su nieto estaba desaparecido entonces inmediatamente viajo;
Y mi madre, aparte de la preocupación por su nieto, vino porque tuvo miedo que vuelva enloquecer.

(Días después)

Envuelvo a mi hijo de felicidad, lo consiento lo más que puedo para quitarle el susto de haberse perdido pero, él no parece estar asustado, -eso mismo dijo el psicólogo- al contrario luce muy feliz y algo triste a la vez, no lo entiendo, es como si nada hubiera pasado, oh bueno si y ese algo es lo que él extraña.

—¿Qué pasa, cariño?— le pregunto mientras acaricio su cabello.

—Extraño mucho a mi papá.

Trago grueso, sintiendo un dolor en mi pecho.

Brunella mira entristecida a su nieto.

—Él dijo que volvería a verme.

—¿Cuando te lo dijo?— pregunto. No recuerdo haber escuchado una conversación así cuando estaba vivo, además, Jhostin, era muy pequeño para recordar.

—Él estuvo conmigo, mamá. Mi papi volvió del cielo.

Brunella y yo intercambiamos miradas, eso es imposible, debe de estar imaginado o ha sido un sueño.

—¿Viste a papá?— pregunta Sofía con curiosidad y emoción.

—Si, hermana.

—¿Dijo que me extrañaba?

—No hermana— la felicidad de mi pequeña Sofía se apaga.

—¡No es justo, mamá! ¿Por qué papá solo fue a ver a Jhostin y no a mí? ¿Acaso ya no me quiere?

CONTIGO HASTA LA MUERTE #AES2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora