↺ P R Ó L O G O

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Ahí estaba, volteando los filetes de carne en el asador, con su perfecto cabello negro, su perfecta piel bronceada y esa hermosa sonrisa

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Ahí estaba, volteando los filetes de carne en el asador, con su perfecto cabello negro, su perfecta piel bronceada y esa hermosa sonrisa.

Sí, seguía siendo una encantadora vista.

¿Cuándo fue que se enamoró de esas carcajadas afinadas, y esa nariz afilada?

Ya lo recordaba, fue hace cinco años.

SeokMin con un traje negro a la medida, el pelo muy bien peinado y esa espléndida sonrisa, que no hizo más que temblar sus piernas como gelatina.

Estaba allí parado, en el altar, esperando y ansiado de ver a la que iba ser su futura esposa.

Él cumpliría trece años cuando su tía HeeMin desposo al hombre más apuesto que vio en su corta vida. El hombre que se volvió su amor platónico, ese hombre que sentía que le veía con otros ojos, un hombre prohibido, el único que lo hizo suspira durante cinco años, y lo seguía haciendo.

Aún viéndolo con ese delantal de cocina y repartiendo el asado con esos brazos tonificados y descubiertos, hizo que su corazón latiera desenfrenado. Fue bello mientras duró, hasta que el flaco y corto cuerpo de su tía apareció abrazando a su amado por la espalda.

Odiaba.

Odiaba.

Odiaba.

La odiaba a ella, odiaba sus ojos saltones, su largo cabello castaño, su estupefacta sonrisa, su estúpido cuerpo desnutrido, y más que nada odiaba esos grandes pechos que colgaban de ella.

Quería la atención de SeokMin en él. Lo deseaba, y mucho.

Pero cómo, cómo podría hacerlo.

Una ladina sonrisa apareció en su rostro. Una vez de que la arrastrada de su tía desapareciera de su vista, caminó hasta SeokMin.

—Tío, Seok.

—Ey, Junnie ¿Vienes por tu segunda ronda? —El mayor le regaló una sonrisa, Jun se ruborizó al instante.

—Sólo quiero una salchicha.

Tu salchicha —pensó con mucha vergüenza.

—Muy bien, pero deberías considerar en comer más —puso el pedazo de embutido en el plato.

—Pero no podré lucir mis faldas, en serio quiero que las veas.

Hizo un puchero y seguido guiñó un ojo a su tío.

Pasó por detrás de SeokMin arrastrando su mano en la espalda baja y entró enseguida a la casa.

SeokMin lo siguió con la mirada, perplejo de lo que escuchó y sintió del adolescente.

Jun estaría listo para su siguiente ataque. Pero primero cambiará unas cuantas cosas.

 Pero primero cambiará unas cuantas cosas

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Seduction ➮ᏚeokᎻuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora