Seduction ➮ᏚeokᎻui

￫ O N C E

Fue inexorable no abalanzarse al pelirrojo que se empezaba a desprender de sus ropas para cambiar a una más ligera. El menor no se preocupó ni un segundo por su pudor, sin embargo, SeokMin enloqueció al ver cada parte del cuerpo formado, pensando lo bien que le quedaban esos panties de franjas color pastel y como se veía atrevido con unas medias adornando sus piernas nieva.

Se levantó, dio los pocos pasos que los distanciaba y se colocó detrás del de hebras bermejo. Acarició las delgadas caderas juntando sus cuerpos.

— ¿Tratas de seducirme, Junnie? —Besó el lobulo de la oreja y después el cuello.

—Sí —se recargó en el pecho de SeokMin— y esperaba llamar tu atención, sino hubiera sido vergonzoso.

—Funcionó.

Jun le miró de soslayo, desde esa pose besó al mayor sujetando la nuca. Sintió la erección de SeokMin sobre las prendas que aún lo cubrían, e inmediatamente su cuerpo reaccionó con esa simple fricción.

— ¿Todavía me puedes modelar tu ropa interior? —Se separó mirando los grandes orbes.

El menor trató de no sonrojarse que para nada funcionó, le lanzó una mirada juguetona. Abrió un cajón frente ellos, apuntó la lencería dejando que se acercara SeokMin.

—Escoge el que quieras —ahora él se posó detrás del pelinegro abrazando el torso.

Los ojos de SeokMin miraban la lencería, todos eran lindos, de diferentes colores y modelos. Quería ver a Jun con cada uno de ellos, pero sabía que no podría contenerse ni en el primer cambio. Eligió uno de color salmón, tenía un pequeño moño en medio, sin embargo, lo que le llamó la atención fue ese borde de listón que hacía sujetar a la cadera. Imaginarlo con él hizo palpitar su hombría.

—Éste.

Jun dejó de abrazarlo, y tomó la pieza en su mano. Llevó a SeokMin al colchón para sentarlo, el mayor le siguió con la mirada algo confuso.

El rostro de SeokMin se llenó de deseo cuando vio a Jun quitarse la braga con sensualidad, mostrando su exitación al aire, las mejillas de Jun se tornaron rosadas por la penetrante mirada de SeokMin en él. Se puso el otro pedazo de tela de igual manera, tan sensual y lento; no podía mentir que estaba demasiado exitado hasta sentirse sensible, la acaricia de la tela subir por su piel le calentó por algún motivo.

SeokMin inconscientemente lamió sus labios al observar, que en efecto, el calzoncillo lucía muy bien en Jun.

Se acercó al mayor hasta quedar sentado en su regazo. Se miraron con minuciosidad y después estamparon sus labios uno con el otro. Jun enredó sus dedos en las hebras negras de SeokMin cuando sus lenguas se juntaron para danzar. Las manos de SeokMin viajaron a las nalgas desnudas, empezó amasando las dos mejillas e hizo mover las caderas para tener fricción en sus entrepiernas. Jadearon juntos por el placer recorrer todo su sistema.