Sangre Derramada 【Diabolik Lover x Male!Reader】

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Un joven de cabello negro sacudía su pies derecho fastidiado, estaba aburrido de tanto esperar en aquel aeropuerto en el que debían recogerlo para llevarlo a cumplir su parte del pacto.

Al principio la idea le pareció un total fastidio y una perdida de tiempo pero después pensó "¿Que diablos? No tengo nada que perder y seria solo un año" y termino aceptando cumplir con su parte.

En cuanto se fastidio completamente decidió salir del aeropuerto a esperar algún indicio del rey de los vampiros. Espero, espero y espero pero nadie llego.

—¿Debe ser una broma no? —Se pregunto a si mismo en voz alta.

—No es ninguna broma. —Hablo una voz seria.

Un hombre de cabello blanco se acercó pacientemente hacia el joven demonio, este solo sonrió amargamente.

—Cinco malditas horas. —Dijo pausadamente con el ceño fruncido.

—Lamento la demora pero había trafico. —Se escuso el hombre de cabello blanco. —Eres idéntico a tu padre.

—¿Perdona? —Pregunto ofendido para luego sonreír de lado. —Ya quisiera el ser tan guapo como yo. —Hablo con gracia.

El rey de los vampiros río divertido para después hacer una seña de que lo siguiera -lo cual hizo- y dirigirlo hacia una linda y espaciosa limusina.

—Muy linda y todo pero ¿Cuanto tarda el viaje?

—¿Porque tanta prisa? —Pregunto sonriendo con los labios.

—No lo se, creo porque... —Fingió pensar un poco para poner una expresión de iluminación total. — ¡Oh, Si! Ya lo recuerdo, Porque estuve parado cinco malditas horas en un aeropuerto. —Hablo sarcásticamente.

Adorno su cara con una sonrisa fingida y después borrarla poniendo una expresión seria mientras entraba al vehículo seguido por el rey vampiro.

El resto del recorrido paso en un silencio sepulcral, ninguno de los dos se dirigió una palabra en todo el camino o por lo menos hasta que llegaron a una gran puerta de madera.

—Muy lindo todo pero es algo sombrío ¿Cuantas personas han muerto aquí? —Pregunto mientras olía repetidas veces el lugar, había un olor que jamas olvidaría, olía a sangre.

El hombre de cabello blanco río un poco para después negar ante aquella pregunta despidiéndose en el proceso e indicando que sus hijos tenían en cuenta su llegada. Que gran mentira.

El joven demonio suspiro aliviado de que el hombre ya no lo acompañase, luego tocó repetidas veces esperando a que algún alma abriese la puerta pero nadie la abrió.

—Pero que educados son tus hijos, Tougo. —Dijo irónico mientras sonreía de la misma manera con la que le había sonreído a Tougo en la limusina y entrar a la gran casona de estilo victoriano.

Era una casa espaciosa pero se sentía sola, como si nadie habitase en ella y la verdad el empezaba a suponer que en aquella casa no hubiese mas que almas.

Camino por los pasillos algo fastidiado por el frío y metió sus manos en sus bolsillos para aplacarlo un poco hasta que llego a una sala de estar con un sofá grande y dos individuales, en el gran sofá se encontraba reposando un joven de cabellos rubios y ropa desaliñada.

El de cabello negro se quedo quieto en donde se encontraba admirando la cara del rubio hasta que este abrió perezosamente uno de sus ojos y luego cerrarlo con fastidio.

—Disculpa, ¿Sabes donde puedo hablar con el hijo mayor de la familia? —Pregunto acercándose un poco al contrario.

—Estas hablando con él. —Respondió seco.

—Oh... ¿Entonces sabias de mi llegada?

—No, "Él" me había dicho que vendría a vivir durante todo un año una nueva novia de sacrificio. —Explico con fastidio. —Pero tu eres un chico, así que puedes marcharte, no necesitamos a un niño.

El ojo izquierdo del joven de cabello negro empezó a tener un pequeño tic por la rabia que sentía en ese momento.

Se acercó al contrario lo suficiente como para susurrarle al oído.

—Escuchame claramente, pedazo de imbécil, Yo no recorrí medio mundo para que un rubio desteñido viniera a decirme "No eres una chica, vete al infierno" y quiero que sepas que no te desaras de mi con tanta facilidad. —Dijo para sonreír y luego sacarle el dedo del medio al rubio en señal de que se fuera al infierno.