Capítulo 33

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-Skylar- susurro sorprendida

¿Cómo...

-Sorpresa- a ambos lados están Thomas y el padre del año

Siento como mi sangre hierve de la ira. No salgo del asombro, no pensé que fueran a secuestrarla, ¡solo es una niña!

-Malditos hijos de puta ¡suéltenla! - les ordeno furiosa acercándome con paso amenazante

-Epepep, un paso más querida... y bye bye dulce Sky- me advierte Thomas haciendo que me detenga, Sky solo me mira con los ojos rojos de tanto llorar

Vuelvo la mirada a Thomas que me mira con una sonrisa psicópata en el rostro.

-Déjala ir - le digo

-Lo haré si dejas al imbécil con el que te revuelcas y vienes conmigo- responde acercando una jeringa a su cuello

-¡Esta bien, esta bien! -alzo la voz haciendo que se detenga- Solo, no le hagas nada- digo empezando a desesperarme

-Primero ven conmigo y luego la suelto- me ordena

-Esta bien- digo acercándome hasta él pero me quedo a unos cuantos metros de distancia

-Te prometo que seremos felices, vas a poder tener todo lo que quieras, una mansión, joyas, dinero, incluso armas, vamos a tener todo... y juntos, seremos invencibles, nadie podrá detenernos- me dice con la misma sonrisa de loco endemoniado que tiene, miro a Sky y le hago una seña para que cierre los ojos

-Hablas demasiado - digo y le lanzo el cuchillo con fuerza a la mano que sostiene la jeringa, haciendo que esta se caiga y se rompa al contacto con el suelo

Saco el arma y sin pensarlo le disparo en la frente haciendo que su cuerpo caiga hacia atrás, inerte. Dirijo el arma hacia D' Pietro y aprieto el gatillo sin dudarlo pero ninguna bala sale. Maldita sea, justo cuando lo voy a matar me quedo sin balas. No puedo tener peor suerte.

Lanzo el arma al suelo frustrada y vuelvo a mirar a Skylar que sigue con los ojos cerrados pero está temblando.

-Tranquila enana, todo va a estar bien ¿si? - le digo intentando que se relaje

-No le mientas a la mocosa hija- me regaña D' Pietro, que hasta ahora no se había movido ni un centímetro para ayudar al idiota número dos que ahora yace en el suelo muerto

-Cierra la boca idiota, tienes suerte de que me haya quedado sin balas- le espeto furiosa al ver como le acaricia la cabeza a Sky, provocando que empiece a llorar nuevamente

-No creo que estés en condiciones de ordenarme nada querida- me dice con tono burlón

-¿Qué quieres? - pregunto harta

-Matarte- me responde furioso- Por tu culpa mi esposa murió, si tan solo no hubieras nacido ella aun estaría conmigo y tu no serias un estorbo- dice furioso

-Que yo recuerde, los bebes no se hacen solos, necesitas a dos personas para eso- le digo sacando mi cuchillo lentamente

-Cuando te mate, por fin tendré mi venganza y habré cumplido mi promesa... y lo haré - se abalanza sobre mi y me hace caer al suelo de espaldas

Mi cabeza rebota contra el suelo y por un segundo creo que me voy a desmayar pero rápidamente sacudo mi cabeza al sentir unas manos presionar mi garganta con fuerza. Me empiezo a ahogar y es ahí cuando, con las pocas fuerzas que me quedan, alzo el brazo y lo clavo en su estómago una, dos, tres, cuatro, cinco veces hasta que deja de hacer presión en mi cuello. Tomo una bocanada de aire a la vez que toso sin parar y empujo a D' Pietro a un costado. Siento mis ojos intentando cerrarse pero no puedo dormirme, tengo que sacar a Sky de aquí.

Pero antes...

Observo mi obra maestra. Una A en el pecho de cada uno hechas con mi bello cuchillo. Para que sepan quién los mató y que recuerden que conmigo nadie se mete.

Luego, corro hasta Sky y la desamarro rápidamente para luego estrecharla en mis brazos. Rodea mi cuello con sus pequeños brazos y solloza en mi pecho. Pobre mi enana, no merecía que la metieran en esto. Pero ya pagaron, ya no le van a hacer daño a nadie.

-Shh... tranquila Sky, todo está bien ahora, estas bien, estamos bien- murmuro contra su pelo mientras la abrazo más fuerte- Hay que salir de aquí ¿si? vamos a casa- le digo, a lo que asiente despacio y la cargo con cuidado sintiendo mi herida arder

Salgo de la habitación, no sin antes recuperar mi bello cuchillo, y camino por los pasillos hasta dar con la puerta de metal que está cerrada con candado. Presiono dos veces mi auricular, que milagrosamente no se me ha caído, y le hablo a Josh.

-Derriben la puerta

-Si Señora

Segundos después la puerta de metal es derribada por mis hombres, que parecen más gorilas con trajes, y se acercan a mi.

-Brucia tutto (Quemen todo) - les ordeno

-Si Signora (Si Señora) - me responden entrando con la gasolina y los fósforos

-Alessa... - me llama Sky

-Dime enana- le contesto caminando hasta la camioneta

-Tu brazo está sangrando- me dice y giro a ver la herida

-Tranquila enana, no es nada, solo es un rasconcito- la verdad es que estoy un poco mareada pero no quiero asustarla

-¿Nos vamos a casa? - me pregunta acurrucándose en mi pecho

-Si enana... nos vamos a casa



...

-Signora, siamo qui (Señora, ya llegamos) - me avisa uno de mis hombres

-Bene, grazie (Bien, gracias) - respondo - Ho bisogno che chiami un dottore per venire a dare un'occhiata a Skylar (Necesito que llames a un médico para que venga y eche un vistazo a Skylar)- le digo, estoy empezando a marearme pero primero quiero que revise a la enana para ver si le hicieron algo

-Si Signora, propio ora (Si Señora, ahorita mismo) - me responde y una vez me bajo de la camioneta, sale a buscarlo

Respiro aliviada al estar frente a mi cabaña. Necesito una ducha... apesto a sangre y a sudor.

Camino con Sky en brazos, porque se ha quedado dormida en el camino hacia acá, ella también está agotada. Abro la puerta con un poco de dificultad, ya que la estoy cargando. Desde afuera se escuchan gritos y ni bien entro, todos se callan de golpe. Josh está con una laptop en su regazo, Kayla esta con una bolsa de hielo en la cabeza y Caden está sin camiseta con vendas alrededor de su torso y con un corte en la ceja.

Malditos hijos de puta, se atrevieron a tocarlos, los voy a matar.

Todos me miran con alivio al verme entrar a la casa haciendo que sonría un poco, pero la vista se me empieza a nublar así que rápidamente recuesto a Sky en el sillón y justo cuando me voy a desplomar, unos brazos tatuados me sostienen, lo miro y me devuelve la mirada preocupado por mi estado.

-¿Brujita?- dice pero soy incapaz de responder, en cambio mis ojos se van cerrando- ¿Brujita?... ¡amor! ¡¿mi amor que tienes?! - es lo último que escucho porque mis ojos se cierran

Que gran cumpleaños. 

LA JEFA DE LA MAFIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora