Capítulo 23

1.9K 123 4
                                    

Termino de quitarme la ropa mojada y un pensamiento pasa por mi cabeza.

A la mierda.

Camino en ropa interior en busca del tatuado y cuando lo encuentro, está apoyado en la isla de la cocina con solo una toalla en la cadera y hablando por teléfono.

Me acerco sigilosa y cuando estoy detrás de él paso mis manos por su torso haciendo que se sobresalte y se gire sorprendido. Sonrío pícara y al ver su mirada confusa, comienzo a jugar con los bordes de la toalla. Su respiración se acelera al igual que la mía porque sabe que es lo que quiero, lo que deseo. Tanto he esperado causando qué, pura tensión sexual, pero ya no más. Como dice el dicho. '' El que no arriesga no gana''

Sus ojos se oscurecen y sin dejar de mirarme, cuelga el teléfono y lo pone en la mesa. Se acerca peligrosamente a mi rostro y cuando su respiración choca con la mía, acorto el espacio que hay entre nosotros y uno nuestros labios, presionando mi pecho contra el suyo. 

De un momento a otro sus manos descienden y se colocan en mi trasero, haciendo que dé un salto y rodee su cintura con mis piernas, luego me coloca sobre la isla, todo sin dejar de besarnos. La única barrera que nos separa es mi ropa interior y su toalla.

-¿Por qué sigues vestida? - pregunta con tono sensual jugando con el tirante de mi brasier

-Eso se puede arreglar... pero antes... - Deslizo mi mano por su torso, bajando hasta llegar a su notable erección y sin pensarlo mucho la rodeo con mis dedos viendo como la expresión de su rostro cambia radicalmente

Sus ojos se oscurecen disfrutando de mi atrevimiento y la toalla se desliza hasta caer al suelo, y no puedo evitar mirar hacia abajo y morderme el labio... mmm...

En su mirada se nota el deseo que siente y de un momento a otro sus manos rompen mi brasier y empieza a masajear mi pecho mientras que el otro lo introduce en su boca haciendo que suspire de placer. Se despega de mi pecho y va descendiendo dejando un rastro de besos por mi abdomen hasta llegar a mis bragas y las desliza lentamente por mis piernas. Una vez que nos deshacemos de ellas ya no hay nada que nos separe.

De un momento a otro me coge en brazos y camina hasta mi habitación, me deja sobre la gran cama y se coloca sobre mi, haciendo que ciertas partes sensibles de nuestros cuerpo se rocen y suspiremos. Caden acaricia mi mejilla y me mira fijamente.

-Eres hermosa - murmura contra mis labios

Entonces, se impulsa en mi interior. Jadeo sin poder evitarlo al sentir un sin fin de sensaciones. Se queda quieto por unos segundo y ninguno de los dos habla, solo nos miramos, hasta que decido tomar la iniciativa y empiezo a mover mis caderas contra las suyas sacándole uno que otro jadeo, haciéndome sonreír bajo su mirada.

Toma mis manos y las sube por encima de mi cabeza, logrando que mi espalda se arquee y volviendo la sensación más intensa. Empieza a balancearse entrando y saliendo de mi, baja su cabeza y empieza a besar mi cuello sacándome suspiros entrecortados. Logro zafar una de mis manos de su agarre y atraigo sus labios a los míos, empezando a besarnos apasionadamente, pero se siente algo más que no logro identificar y que me termina gustando. Los minutos van pasando y una capa de sudor nos cubre a ambos. Poco a poco siento como se forma algo en mi interior y empiezo a respirar entrecortadamente, por lo que Caden aumenta el ritmo de sus estocadas y se deja ir al igual que yo, sacándome un grito de placer y provocando que mis ojos se cierren por la intensidad.

Aún con las respiraciones aceleradas, sale de mi y se tumba a mi lado, mirándome.

-¿Ahora qué? - me pregunta luego de unos minutos haciéndome reír

LA JEFA DE LA MAFIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora