En este capitulo narra Camila...!! espero que les guste!! :)
Tic tac.
Tic tac.
Tic tac.
Ese maldito reloj me estaba poniendo histérica, encima mas los nervios que ya sentía por solo estar ahí hacían que se me partiera la cabeza de dolor.
Tic tac.
Creo que mi cara de horror me delataba, la secretaria no dejaba de mirarme no sé si con lastima o con desprecio. Pero claramente se sentía superior que a todas, con aquella minifalda que le llegaba solo centímetros más abajo de los muslos y una remera con un llamativo escote.
Tic tac.
Quería que todo esto terminara, entrar de una maldita vez, y así poder volver a mi casa. Ducharme y luego acostarme.
Tic tac.
“Cinco minutos, cinco minutos. Tu puedes aguantar esto camila”. Me decía a mi misma en forma de aliento
Tic tac.
La puerta en la que tenia una placa grabada el nombre “Federico millerva” se abrió.
Salió una chica de casi de mi misma edad, con ojos colorados e hinchados, de tanto llorar.
Trague saliva y como un reflejo me agarre mi rostro con las manos. Temía por lo que me esperaba.
Tic tac.
Luego salió un hombre de estatura normal, pelo castaño y ojos negros. Guapo, no lo voy a negar.
Vestía con pantalón de vestir y saco, pero sin corbata. Se despidió de la chica con un beso en la mejilla, al que ella correspondió con una sonrisa, y unas mejillas ruborizadas.
Tic tac.
La provocativa secretaria le entrego un papel al hombre guapo, que claramente se llamaba Federico.
y el pronuncio mi nombre con vos dulce, tranquila, pero muy seductora. O eso me pareció a mí.
Me levante despacio, las piernas me temblaban, no quería entrar y remover mi pasado.
Cuando al fin pude caminar los 20 pasos que nos separaban me pare al frente de el.
- Mucho gusto soy Federico millerva y desde hoy tu psicólogo. Entremos al consultorio para seguir conversando más tranquilos.
Lo segui. Ya era tarde para escapar. En realidad no podía escapar. Era ir al psicólogo o directo internarme me dio a entender hace dos días mi padre, después de una discusión por haberme desaparecido el dia entero. Ya estaba tan acostumbrada que no se diera cuenta de mi ausencia que no me tome molestia de volver temprano el domingo, era un hermoso dia, además de haberlo pasado en todo instante con angel.
No era un consultorio de psicólogo como aparecen en las películas donde hay un sillón grande y cómodo para uno sentarse. Solo había un escritorio y dos sillas. El tomo asiento la que estaba detrás del escritorio, y yo en la otra que estaba adelante.
“¿y ahora que? ¿tengo que decir algo? ¿o el se da cuenta de lo que me pasa con solo mirarme?” mil preguntas se me aparecían en mi mente, era la primea vez que iba a un psicólogo y no sabía que hacer o decir.
- Bueno camila. Quiero que nos conozcamos mejor. ¿te parece?.- “no” tenia ganas de contestarle, peo daría una primera mala impresión de mi. aunque mucho no me importaba lo que piense ese ¿hombre? O ¿chico?. Era difícil de dirigirse tan estructuradamente a un chico que no llegaba a tener dos años mas que Mauricio.
- Bueno.
- Cuantos años tenes?
- 17.
- Muy bien, yo tengo 24.- tenia razón solo era un año mas grande que mi mauri.- estudias?
- Si.- “o eso es lo que mi padre cree que hago, pero solo voy para pasar el tiempo” termine mi respuesta en mi mente.
- Tienes amigos?.- dios este chico es raro, como no voy a tener amigos, esta bien que estoy pasando por un mal momento pero no para tanto.
- Si.
- Tienes novio?.- que le importaba a el si yo tenía novio o no.
- No.
Y así paso los 45 minutos de mi primera sesión de psicología, con preguntas a las que yo no encontraba sentido. Pero agradecía de que no me haya preguntado nada sobre mis intentos de suicidio, ni sobre mi hermana y madre.
Sabia muy bien que igualmente tarde o temprano ese tema llegaría.
Con solo pensar en hablar con alguien sobe mi madre y mi hermana ya se me hacia un nudo en la garganta, llenándome de furia, y principalmente de dolor.
Un dolor que me acompañaba valla donde valla.
Al salir de la clínica y sentir el cálido viento de primavera tranquilizo un poco los fuertes latidos de mi corazón. Latidos que solo se producían al saber que me estaría esperando angel, para llevarme a mi casa.
Esos ojos verdes que tanto me gustaban ver me miraban acompañado con una bella sonrisa que solamente el sabia hacer.
Suspire como una idiota.
“¿Qué rayos me pasa?” me preguntaba sin cesar cada vez que lo veía y mi corazón se aceleraba, y mis pómulos se volvían rojizos.
Sin duda me hacia sentir feliz, una felicidad que me molestaba, que me hacia doler. No quería ser feliz si no tenia a mi otra mitad conmigo.
- Como te fue?.- el siempre tan dulce preocupándose por mi.
- Bien, gracias por venirme a buscar.
- De nada. Vamos?
- Si claro.
Una vez que me subi a la moto encendió el motor y despacio fuimos A mi casa.
Me gustaba estar con el, en su moto, agarrarlo por la cintura, sentir su calor, y oler su perfume tan varonil.
El viaje fue corto. Demasiado cortó para mi gusto.
Al bajar de la moto tropecé y como siempre estaba el para salvarme. Me agarro firme entre sus brazos. Impidiendo que me caiga. Cerré los ojos. Sentía su respiración muy cerca de mi rostro. Poco a poco mi respiración se iba agitando igual que la de él.
Despacio Ángel iba acortando la distancia que había entre nuestras bocas.

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Mi Angel.
Teen FictionCamila después de haber perdido a personas importantes en su vida no quiere seguir viviendo, cuando intenta sacarse la vida un bombero llamado Ángel aparece, salvándola de su intento de suicidio y dándole un poco de paz en su tormentosa vida. Camila...